Crítica:

Una nueva historia

El acantonamiento de la cultura oficial en posiciones tradicionales, su deliberado esfuerzo por aferrarse a concepciones caducas, el control de las instituciones académicas por quienes defendían las posturas ideológicas más conservadoras han sido causa principal, durante muchos años, del general atraso de la histoniografía española, de su marginación hasta fechas relativamente recientes respecto a la amiplia renovación de la ciencia histórica de los últimos cincuenta años. Las mismas razones han hecho posible una extendida despreocupación (salvo excepciones, entre las que destaca el núcleo cat...

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El acantonamiento de la cultura oficial en posiciones tradicionales, su deliberado esfuerzo por aferrarse a concepciones caducas, el control de las instituciones académicas por quienes defendían las posturas ideológicas más conservadoras han sido causa principal, durante muchos años, del general atraso de la histoniografía española, de su marginación hasta fechas relativamente recientes respecto a la amiplia renovación de la ciencia histórica de los últimos cincuenta años. Las mismas razones han hecho posible una extendida despreocupación (salvo excepciones, entre las que destaca el núcleo catalán, formado a partir de la obra de Vicens) por los problemas de teoría y metodología histórica, y, como corolario, la parquedad e insignificancia de las publicaciones accesibles en nuestro país sobre tales asuntos. El positivismo más craso impeiranté en las aulas universitarias y en los centros oficiales de investigación tenía como contrapartida necesaria la ausencia de reflexión sobre los problemas metodológicos y el tratamiento de las cuestiones de teoría histórica, bajo la forma degradada de una filosofía de la historia, impregnada, bien de un agustinismo en estado puro, bien de elementos más actuales extraídos sobre todo de las elucubraciones ensayísticas y escasamente científicas de Toynbee, todo ello sin contacto con la realidad historiográfica contemporánea, empeñada en un ambicioso proceso de autoidentificación y de exploración acelerada de sus posibilidades.

Ciro F

S. Cardoso y Héctor Pérez Brignoli, Los métodos de la historia. Introducción a los problemas, métodos y técnicas de la historia demográfica, económica y social. Barcelona, Editorial Crítica, 1976, 434 pp. Presentación de Josep Fontana.

Situación de vacío

Esta situación ha tenido, como uno de sus efectos, la práctica inexistencia, hasta los años setenta (si salvamos alguna excepción, como los artículos de Pierre Vilar agrupados en Crecimiento y desarrollo), de textos en lengua castellana sobre metodología y teoría histórica que pudieran ofrecerse a los estudiosos españoles para permitirles, tanto la obtención de una visión panorámica de las experiencias historiográficas recientes, como la familiarización con los rudimentos de unos métodos y unas técnicas que estaban probando sus virtual¡dades por los cuatro puntos cardinales. Este vacío ha idó cubriéndose, desde hace algunos años, con algunas publicaciones valiosas sobre teoría histórica (J. Fontana), metodología (W. Kula), técnicas de utilización de material estadístico (R. Floud), o libros de introducción al estudio de áreas históricas concretas (P. Conard-Malerbe, para la historia contemporánea de España), y ahora con la aparición de este texto de dos historiadores latinoamericanos, preocupados por ofrecer, con una clara intención pedagógica, un resumen de los elementos teóricos esenciales que debe conocer el universitario interesado por la historia o el investigador en ciernes: balance de las corrientes historiográficas recientes, principales direcciones de la investigación actualmente en curso, discusión de los métodos de la historia económica y social, preseritación sumaria de algunos elementos indispensables de técnicas estadísticas y de representación gráfica.La obra de Cardoso y Pérez Brignoli se articula en tres partes. Los primeros capítulos abordan un panorama de los progresos de la ciencia histórica desde la época de entreguerras. Como punto de partida, se establece el triple origen del dinámico esfuerzo creador que rompió los viejos moldes positivistas: las elaboraciones académicas de la escuela de los Annales, el diálogo fecundo entre economistas e historiadores y las aportaciones decisivas del materialismo histórico.

Los nuevos métodos

La segunda parte ofrece un estado de la cuestión, siempre a nivel elemental, sobre las direcciones de la investigación y la puesta a punto de nuevos métodos en las diversas áreas «regionales» en que se especializa la ciencia histórica: historia de la demografía, económica, social, de las mentalidades colectivas. Ante una problemática tan compleja y tan extensa, la capacidad de síntesis y el acierto en los planteamientos didácticos de los autores se ponen claramente de manifiesto. En una sucesión bien articulada se escalonan la definición de conceptos básicos (crecimiento vegetativo y esperanza de vida, estructura y coyuntura, crecimiento y desarrollo), el análisis de los métodos más usuales o más novedosos, la discusión de algunos problemas típicos (historia económica /economía retrospectiva, sociedad estamental /sociedad clasista) y la presentación de diversas técnicas de cuantificación (valores absolutos, técnicas de muestreo), de tratamiento de los datos (establecimiento de valores medios, elaboración de índices) y de representación gráfica de los mismos (cuadros y curvas).La tercera parte se presenta como conclusión de los planteamientos anteriores: la articulación de las diversas historias «regionales» en una explicación histórica global. La integración de los diversos planos de la realidad social en un sistema explicativo unitario es una exigencia de todas las corrientes progresivas de la historiografía actual, desde que fueron asumidos los conceptos de historia social, puesto en circulación por la escuela de los Annales, y de totalidad social, elaborado por el materialismo histórico. Ambas tendencias se dan la mano: la moderna historiografía marxista se reclama de la doble herencia de Febvre y Marx para encaminarse hacia una historia integradora, según la terminología de Pierre Vilar, cuya influencia sobre la obra que comentamos, es patente en todas sus páginas.

En definitiva, nos hallamos ante un excelente manual universitario de introducción a la teoría y metodología históricas, ante una apretada síntesis de los principales problemas de la materia, elaborada a partir de un sólido conocimiento de los ejes fundamentales de progreso de la historiografía más reciente y con un decidido propósito didáctico, patente en la exposición de conclusiones a fin de capítulo, en el uso dosificado de las notas a pie de página, en el constante recurso a la ejemplificación y en la considerable extensión del material gráfico.

La obra viene precedida de una escueta presentación de Josep Fontana, quien abunda en los conceptos que han hecho de sus escritos una guía para las jóvenes promociones de historiadores de nuestro país.

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