Activa temporada musical en Barcelona

El teatro del Liceo inició su actividad el 4 de noviembre, pero en realidad no ha sido hasta ahora que la temporada ha arrancado de verdad. Las primeras funciones con ópera rusa fueron poco menos que de trámite, y sin negar que Boris Gudonov y Príncipe Igor fueron representados con dignidad por la Compañía Nacional de Sofía, vino después una Arabella decididamente mediocre, aceptable únicamente como testimonio de que la empresa liceística no es inmovilista en cuanto a repertorio.En cambio, la reposición de Tosca, no sólo por ser un título de Puccini, ha abarrotado la sala,...

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El teatro del Liceo inició su actividad el 4 de noviembre, pero en realidad no ha sido hasta ahora que la temporada ha arrancado de verdad. Las primeras funciones con ópera rusa fueron poco menos que de trámite, y sin negar que Boris Gudonov y Príncipe Igor fueron representados con dignidad por la Compañía Nacional de Sofía, vino después una Arabella decididamente mediocre, aceptable únicamente como testimonio de que la empresa liceística no es inmovilista en cuanto a repertorio.En cambio, la reposición de Tosca, no sólo por ser un título de Puccini, ha abarrotado la sala, con butacas a precios prohibitivos. Cantó Montserrat Caballé en la plenitud de sus posibilidades vocales, con un dominio de la dicción dramática que se une al prodigio de su timbre lírico, mórbido, rozando el artificio sin dejar de ser musical. A su lado reapareció el tenor José M.Carreras tras unos años de ausencia en los que ha conquistado un nivel internacional merecido por lo que hemos comprobado. Carreras, además de una voz abierta, de cálida expresividad, tiene la allure de un intérprete totalmente integrado a la escena operística.

Sumando a estos protagonistas el barítono sueco Ingvar Wixell, que hace un Scarpia intensamente vivido, propio de un gran actor, la Tosca de esta temporada hizo pensar en las más memorables que se han programado en el Liceo: las de Renata Tebaldi, de Marta Caniglia, de Regine Crespin, de la Zeani o de la misma Caballé que asumió por primera vez el personaje en 1968.

Parece que el Liceo alcanzará ahora un buen ritmo. Después del Manon Lescaut pucciniano está prevista la conmemoración del centenario del estreno de El ocaso de los dioses, en Bayreuth, con la representación del epílogo de la Tetralogía wagneriana, con un reparto de cantantes especializados (2 de diciembre), y entre El barbero deSevilla y Thaïs habrá la obligada evocación del centenario de Falla con La vida breve y El amor brujo (11 de diciembre). Montserrat Caballé no volverá al teatro de las ramblas hasta el penúltimo día del año, con Medea, la primera ópera de Cherubini que se representa en España, que contará con la puesta en escena que la famosa Marguerite Wallmann realizó para la exhumación de la obra que protagonizó la Callas en La Scala de Milán. Esto es una buena noticia, pues las puestas en escena manidas y convencionales son un mal endémico en el Liceo.

Conciertos

Alternando con la ópera, y muchas veces coincidiendo, los conciertos se multiplican estos días. La Orquesta Ciudad de Barcelona inauguró el curso, el 13 de este mes, con un homenaje a Falla, y a partir del 27 celebrará, hasta Navidad, las habituales audiciones de los sábados, repetidas el domingo por la mañana. La temporada que propone la primera -en realidad, por desgracia, la única- centuria sinfónica barcelonesa es elogiada por todos.Ros Marbá, que la dirige, ha combinado acertadamente programas de gran público, salpicándolos de estrenos y de obras infrecuentes. Debe dirigir ahora Odón Alonso, invitado junto con Narciso Yepes para dar a conocer Tablas para guitarra y orquesta, de Antonio Ruiz Pipó.

En conciertos sucesivos Victoria de los Angeles cantará los Kindertotenlieder, de Mahler; se estrenará un Tiempo de sinfonía, obra realizada con una ayuda de la Fundación March, por Carlos Guinovart, un buen compositor de la última generación: habrá también como invitados el director israelita Yuri Ahronovitch y el pianista Joaquín Soriano, para el Concierto núm. 2, de Liszt, y para el final de año tendremos El Pessebre, de Pablo Casals.

Dificultades

La Asociación de Cultura Musical, muy poco boyante en su economía, se sobrepone a las dificultades y presentó, últimamente, la Camerata Lysy, que resultó ser una excelente orquesta de cuerdas j uvenil, mejor que muchas otras que vienen avaladas con prestigio. La Cultural anuncia ahora para el día 18, el pianista Nikita Magaloff , para más adelante el conjunto Solistas de Praga.El Patronato Pro Música, en el que ha habido recientemente cambios y dimisiones, no parece dar síntomas de desaliento, aunque presumiblemente no puede esperar saldos (pecuniarios) positivos para los importantes conciertos que organiza. Al aparecer este comentario se habrá celebrado va un recital Chopin del pianista Daniel Baremboim, y para el 10 de diciembre anuncia otro de Marta Argerich. Son éstos, según afirma Pro Música, un avant-góut de un programa general de la temporada que dará a la publicidad en breve, con orquestas, directores y solistas internacionales de primerísimo rango. ¿Responderá el público melómano barcelonés a esta convocatoria, que exigirá poner las butacas a mil y 1.500 pesetas y las incómodas entradas generales a trescientas o quinientas pesetas.

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