Se negociará la retirada escalonada de los pesqueros españoles

Lo que España se propone negociar con la Comunidad Europea en torno a sus tradicionales derechos de pesca dentro de las aguas que desde el 1 de enero serán explotación reservada a los nueve, será su retirada escalonada y lo menos perjudicial posible. Del millón y medio de toneladas que España pesca anualmente, 200.000 venían siendo capturadas en aguas que próximamente caerán dentro del límite de 200 millas de zona económica exclusiva de la CEE.

El miércoles pasado, el embajador español ante la Comunidad, Alberto Ullastres, pidió a la comisión la apertura de negociaciones. Se espera que ...

Lo que España se propone negociar con la Comunidad Europea en torno a sus tradicionales derechos de pesca dentro de las aguas que desde el 1 de enero serán explotación reservada a los nueve, será su retirada escalonada y lo menos perjudicial posible. Del millón y medio de toneladas que España pesca anualmente, 200.000 venían siendo capturadas en aguas que próximamente caerán dentro del límite de 200 millas de zona económica exclusiva de la CEE.

El miércoles pasado, el embajador español ante la Comunidad, Alberto Ullastres, pidió a la comisión la apertura de negociaciones. Se espera que éstas puedan abrirse después de que la CEE atienda sus problemas más urgentes, en este orden: primero, con Islandia, en cuyo límite de 200 millas pescan varias flotas de países de la CEE, al tiempo que los barcos islandeses no pescan en aguas de la Comunidad; a continuación con los países que tienen algo que ofrecer a cambio de una suavización de las limitaciones, por ejemplo Noruega y Estados Unidos, y, por último, los países que han adquirido derechos tradicionales de pesca, pero que no tienen nada que ofrecer a cambio de una excepción a los derechos exclusivos de la CEE, como España.A España no le interesa declarar una zona exclusiva de 200 millas porque dentro de este límite no se registra actividad pesquera importante, a no ser el de la costera, mientras que sus principales caladeros se hallan en aguas alejadas de su territorio. Por eso ha optado por la vía de la negociación. La negociación es posible algunas veces, pero otras no. Recientemente Angola ha expulsado a los pesqueros españoles de sus aguas. Marruecos da un tratamiento aleatorio a los pesqueros españoles, dentro de su límite de setenta millas, sin que lleguen a ultimarse nunca las penosas negociaciones prometidas tras de la descolonización del Sahara. Con Canadá, España tendrá oportunidad de negociar cuando, a finales de mes, el ministro español de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, viaje a Ottawa.

Estados Unidos ya ha abierto la exploración con vistas a unas negociaciones con España. Acaba de estar en Madrid una misión pesquera norteamericana, que ha conversado con autoridades españolas. Se han estudiado las especies que pesca España en aguas que serán de explotación exclusiva de Estados Unidos desde marzo próximo, así como los plazos para la retirada de los pesqueros españoles, todo ello puesto en el marco de la obligada política de amistad y cooperación a que obliga el tratado de enero de 1976.

Medios negociadores españoles se muestran confiados en que las negociaciones que se abran en todos los frentes darán resultados positivos, aunque recuerdan siempre que la nueva situación creada por la carrera hacia las doscientas millas es inevitable.

Esos medios españoles aducen que los derechos tradicionales de España están amparados por una declaración de la conferencia del mar, de las Naciones Unidas, que exige hacer compatible la zona exclusiva económica con los derechos tradicionales de pesca.

De cara a la CEE, la estrategia negociadora española no está formada aún, aunque parece delinearse el deseo de enlazar una negociación a plazo medio, sobre cuotas, retirada paulatina, etcétera, con una negociación a largo plazo, hasta la apertura de negociaciones para la entrada de España en la Comunidad.