Muere Jack DeJohnette a los 83 años, baterista del legendario Standards Trio
El músico estadounidense fue un catalizador de estilos que ayudó a construir con su batería los cimientos del jazz de los años 70 y 80 y el contemporáneo
Cuando a finales de 2020 el legendario Standards Trio de Keith Jarrett, Gary Peacock y Jack DeJohnette se desintegró definitivamente, el mundo del jazz perdió una de sus más grandes formaciones de las últimas décadas. A la muerte de Peacock en septiembre, siguió en octubre el anuncio de Jarrett de que dos ictus sufridos en 2018 lo habían inhabilitado para continuar tocando. Frente a esas terribles noticias, la figura de DeJohnette, uno de los más importantes referentes de la batería jazz moderna, parecía indestructible: continuaba actuando y publicando álbumes, no solo de gran calidad, sino también relevantes en el género, como Skyline, en trío con Gonzalo Rubalcaba y Ron Carter —que ganó el Grammy a mejor álbum de jazz instrumental en 2021— o dos de los Emmerald Duets de Wadada Leo Smith, entre otros.
El pasado 24 de octubre, DeJohnette publicaba en sus redes una fotografía suya hablando por teléfono, sonriente y con aspecto saludable a sus 83 años, pero tan solo dos días después falleció por insuficiencia cardiaca congestiva en el hospital de Kingston (Nueva York), rodeado de su familia, según informó su viuda Lydia DeJohnette. Su muerte deja un vacío tan importante como su legado: DeJohnette fue esencial en el modelado de la batería de jazz moderna, un catalizador de estilos original y rompedor que ayudó a construir los cimientos del género en los años 70 y 80. Suena quizá excesivo, pero es así: sin él, el jazz contemporáneo hubiera sido diferente.
Nacido en Chicago el 9 de agosto de 1942, DeJohnette se formó como pianista desde los cuatro años, un instrumento que nunca llegó a abandonar —en los últimos tiempos ofreció algunos conciertos a piano solo, y en su discografía destacan algunos álbumes en los que se concentró en ese instrumento—, aunque en su adolescencia se decantó por la batería, tocando en diferentes bandas en las que se expuso a músicas muy diferentes, desde el jazz al rhythm & blues, e incluso la vanguardia que empezaba a despuntar a primeros de los 60 y tenía en Chicago uno de sus principales caldos de cultivo.
A mediados de los 60, DeJohnette se trasladó a Nueva York, tocó algunos meses con el saxofonista Jackie McLean y poco después despuntó en la primera línea del jazz como parte del cuarteto de Charles Lloyd, un grupo que alcanzó gran éxito entre públicos que trascendían al puramente jazzístico —su álbum Forest Flower fue un hito de la era hippie, vendiendo más de un millón de discos, cantidad poco más que inalcanzable para un disco de jazz—. Fue en el grupo de Lloyd donde el baterista coincidió con Keith Jarrett por primera vez, conformando junto a Cecil McBee, primero, y Ron McClure después, una de las secciones rítmicas más emocionantes de la época.
Tras dejar el grupo de Lloyd, en 1968 DeJohnette se mantuvo muy ocupado: grabó su primer álbum como líder, The DeJohnette Complex, y pasó medio año formando parte del trío de Bill Evans, un periodo del que originalmente solo se publicó un álbum, At The Montreux Jazz Festival, hasta que hace pocos años el sello Resonance rescatase tres grabaciones inéditas del trío de Evans con DeJohnette: Some Other Time, Another Time y Live At Ronnie Scott’s. Fue precisamente en ese club londinense y junto a Bill Evans donde Miles Davis lo escuchó por primera vez.
La capacidad de DeJohnette para aglutinar elementos de otras músicas en la batería de jazz sedujo a Davis, que a finales de los 60 estaba en plena búsqueda de nuevos territorios musicales. Así, DeJohnette se unió al trompetista en unos años que fueron clave para el devenir del jazz, como parte de su “quinteto perdido” (formado por Davis, DeJohnette, Wayne Shorter, Chick Corea y Dave Holland, duró un par de años pero no dejó grabaciones de estudio que pudiesen ratificar históricamente su importancia) y participando en grabaciones tan importantes como On The Corner, A Tribute To Jack Johnson y particularmente Bitches Brew, uno de los álbumes más importantes de la historia del jazz.
DeJohnette presentó a Davis a su viejo amigo Keith Jarrett, y este enseguida impresionó al trompetista, que lo reclutó para sus grupos y produciendo álbumes como Miles Davis at Fillmore, Live-Evil y la monumental edición The Cellar Door Sessions. Este fue el segundo capítulo de una relación musical entre Jarrett y DeJohnette que se mantendría hasta el final de sus respectivas carreras: en 1973 se reencontraron para un álbum a dúo, Ruta And Daitya, publicado por el sello alemán ECM, que cuatro años después auspiciaría también el álbum de Gary Peacock Tales Of Another. Este registro supuso el primer encuentro del trío de Jarrett, Peacock y DeJohnette, que pocos años después se convertiría en el grupo más importante de la carrera de todos ellos.
Los años 70 vieron a DeJohnette participando en diferentes proyectos, muchos de ellos en busca de nuevas formas de entender el jazz. El baterista formó varios grupos, entre los que destacan Directions, el trío Gateway (junto con el guitarrista John Abercrombie y el contrabajista Dave Holland), el colosal cuarteto New Directions (junto con Abercrombie, el trompetista Lester Bowie y el contrabajista Eddie Gomez) y especialmente Special Edition, un grupo que debutó a finales de la década con una formación estelar encabezada por los saxofonistas David Murray y Arthur Blythe, y que el baterista mantuvo activa hasta mediados de los 90 con diferentes cambios de formación (que incluyeron a numerosos talentos jóvenes en cada momento, desde Chico Freeman a Greg Osby, Gary Thomas o Michael Cain, entre otros) y más de media docena de álbumes en su haber.
En enero de 1983, Jarrett, Peacock y DeJohnette grabaron la sesión que produjo los primeros álbumes del Standards Trio, inaugurando una de las obras más sólidas de la historia del jazz: el grupo se mantuvo activo ininterrumpidamente durante más de tres décadas y publicó más de una veintena de álbumes, todos ellos excelentes. En todos esos años, y hasta el final de su carrera, DeJohnette no dejó de participar en numerosos proyectos propios y ajenos. Entre los primeros, cabe destacar Oneness, grabado junto a Michael Cain, Jerome Harris y Don Alias, Saudades, fabuloso directo junto a John Scofield y Larry Goldings o In Movement, en trío con Ravi Coltrane y Matthew Garrison.
Al mismo tiempo, su discografía como acompañante es abrumadora y atraviesa toda la historia del jazz moderno: McCoy Tyner, Stan Getz, Herbie Hancock, Joe Henderson, Kenny Wheeler, Michael Brecker, John Surman, Sonny Rollins, Alice Coltrane… Su batería dio forma a innumerables grupos y su presencia en cualquier formación garantizaba la excelencia de los grandes maestros, siempre con la humildad del jazzista de a pie. Su influencia en la batería actual de jazz es incalculable, y su legado uno de los más ricos que ha dado el género.