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García Montero, director del Cervantes: “La RAE está en manos de un experto en llevar negocios desde su despacho para empresas multimillonarias”

El responsable de la institución que difunde la cultura española en el mundo habla de su relación con Muñoz Machado a menos de una semana de que comience el congreso internacional de la lengua española de Arequipa

El director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, en el desayuno informativo del Foro Nueva Comunicación, en Madrid. Foto: Diego Radamés (Europa Press) | Vídeo: EPV

Ya lo había avisado el periodista Xabier Fortes en la presentación del acto que Luis García Montero “es un poeta que se mete en charcos”. El director del Instituto Cervantes ha sido el invitado a un desayuno informativo en el Foro de la Nueva Economía, en Madrid, este jueves, para hablar sobre el inminente Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE) en Arequipa (Perú), que se va a celebrar del 13 al 17 de octubre. Sin embargo, en un tipo de encuentros que suelen ser de guante blanco, García Montero, preguntado por su relación con el director de la Real Academia Española (RAE), Santiago Muñoz Machado, que es conocido que no es precisamente estrecha, ha declarado: “Tengo que reconocer que, como filólogo, yo estaba acostumbrado a hablar en la RAE con Fernando Lázaro Carreter, Víctor García de la Concha, Darío Villanueva... grandes filólogos y grandes hombres de la cultura. Y ahora la RAE está en manos de un catedrático de Derecho Administrativo experto en llevar negocios desde su despacho [de abogados] para empresas multimillonarias. Eso, personalmente, crea unas distancias”.

Aunque señaló que el Cervantes, fundado en 1991, y la RAE, que lleva más de tres siglos, tienen “que colaborar”, García Montero abundó en su relación con esta institución con un segundo dardo más sutil: “Nosotros, por la definición del instituto, nos sentimos vinculados con la diversidad de las lenguas del Estado, y no comprendemos la cerrazón de lo que es reconocer una riqueza. Nos sentimos parte de una comunidad que para proyectar el español debe reconocer que formamos parte de ella y que nadie debe decirles a los demás cómo tienen que hablar, sino mantener la unidad dentro del respeto a cada cual”. Antes de estas declaraciones, había dicho que los que se meten “en charcos, a veces son los más sensatos”. Este periódico ha contactado con la RAE por si querían responder a estas palabras, pero, por el momento, la Academia no se pronuncia.

El director del Cervantes, interrogado sobre el lenguaje inclusivo en la ronda de preguntas de los asistentes, comentó: “La lengua es un ser vivo que evoluciona, que refleja la evolución de la sociedad. Yo estoy por el sentido común. Cuando doy clase, digo alumnos y alumnas; en este foro he dicho amigos y amigas, digo ciudadanía, en vez de ciudadanos... pero, a veces, la mala utilización de las buenas intenciones se vuelve en contra. Me gusta la inclusión, pero sin la retórica, así que no me gustan palabras como nosotres, ni humanes”.

También ha sido preguntado por las políticas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, contra el uso del español en ese país. “EE UU se está convirtiendo en un referente del autoritarismo. Cuando se impone el ‘solo inglés’ y se evita que en los espacios públicos se hable español, se pierde el respeto a los 60 millones de estadounidenses que lo tienen como lengua materna”. Ante las situaciones que se están viviendo, “como que se le diga a los médicos que no pueden atender en español a quienes lo hablan”, el Cervantes está impartiendo en sus centros de EE UU “clases especiales” para que los profesionales de la sanidad puedan atender a los enfermos hispanos.

Al hilo, ha comentado que en EE UU “también se están recortando los presupuestos de departamentos del español y se amenaza a las universidades con recortes si no lo aplican también”. Además, ha recordado que EE UU es el segundo país en hablantes de español, unos 60 millones, después de México, que tiene 120. El tercero es Colombia y luego España, que representa “el 9% de los 500 millones que tienen este idioma como lengua materna”.

Tampoco ha evitado el charco cuando se le ha preguntado por lo que está ocurriendo en Gaza: “Hay que estar falto de cualquier piedad humana si uno no se conmueve ante lo que está pasando allí. Quienes no lo critican son quienes están aniquilando la sanidad pública en Madrid o Andalucía o se cargan la universidad pública”.

Sobre la labor de los centros del Cervantes en el mundo, ha destacado, ante la actual situación internacional, que el Cervantes tiene “un centro cultural en Alejandría (Egipto) que lleva el nombre del poeta Jaime Gil de Biedma, que era homosexual, en un país donde la homosexualidad está castigada con la muerte”. O que en Moscú “la gente se pueda informar en nuestro centro leyendo una prensa libre”.

Una cuestión, para algunos recurrente, es plantear si el valenciano es un idioma propio o no. “Yo me formé con filólogos como Lázaro Carreter, que dijo que el valenciano era una forma del catalán. Me preocupa la manipulación lingüística y digo esto sin querer ofender a ningún valenciano. Como me preocupan que hay en Andalucía quien diga que ellos hablan andaluz y no español. Hablamos un idioma en común del que defendemos su diversidad”.

Más relajado ha sido su comentario sobre Mario Vargas Llosa, que será ampliamente homenajeado en el congreso de la lengua de Arequipa, que era su ciudad natal. “Mario dijo en una ocasión que García Montero era el único comunista simpático que conocía”, bromeó. De paso, contó cómo se fraguó la candidatura de Arequipa en el octavo congreso, celebrado en Córdoba (Argentina). “Él me dijo que si podía lanzar la propuesta sin que fuera oficial y antes del discurso del rey. Yo le dije que si él lo proponía, no habría vuelta atrás”.

Otra discusión bizantina suele ser si a este idioma hay que llamarlo español o castellano. “Como filólogo, que estudié sus orígenes, utilizo la palabra español”. Esto le llevó a hablar de la huella española en América. “Claro que se cometieron barbaridades en el siglo XVI, pero podemos estar contentos de que frente a otros imperios que cancelaron los idiomas indígenas, en América Latina hubo una pervivencia de esas lenguas. Eso es porque en la cultura española había una presencia importante de la Iglesia católica, que buscaba salvar almas. Los misioneros decían que para convertir a alguien al catolicismo había que hacerlo en su idioma”.

De vuelta al CILE de Arequipa, recordó que es una cita para “tomar conciencia de la importancia del español y reflexionar sobre lo que significa asumir que una lengua mayoritaria no debe ser hegemónica”. En ese encuentro, uno de los asuntos centrales será “el lenguaje claro” desde las Administraciones y empresas para que lo puedan entender los ciudadanos. “Es importante para que la gente vuelva a tener confianza en la política, y también en los medios, porque hablar claro no es irse de la lengua y llenar los medios de insultos y bulos”.

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