Sevilla, una ópera en cada esquina
El recién nacido Festival de Ópera de la capital andaluza, único en España, atrae a públicos muy diversos con propuestas que salen de los teatros y se reparten por escenarios naturales de la ciudad
La calle Asunción, en el barrio residencial de Los Remedios, no es un enclave especialmente pintoresco de los que se reproducen en las postales que Sevilla exporta al mundo. Sin embargo, en torno al balcón del número 21 de esta arteria comercial al otro lado del Guadalquivir se arremolinó el pasado miércoles a la caída de la tarde una variadísima representación de lo que es...
La calle Asunción, en el barrio residencial de Los Remedios, no es un enclave especialmente pintoresco de los que se reproducen en las postales que Sevilla exporta al mundo. Sin embargo, en torno al balcón del número 21 de esta arteria comercial al otro lado del Guadalquivir se arremolinó el pasado miércoles a la caída de la tarde una variadísima representación de lo que es hoy esta ciudad —jóvenes de estética inclasificable, mucha población mayor y un aluvión de turistas— para escuchar arias y dúos de algunas de las óperas más reconocibles del repertorio clásico que desarrollan su acción en Sevilla: Deh vieni alla finestra, de Don Giovanni; el aria Una voce poco fa, de El barbero de Sevilla; o la celebérrima Habanera de Carmen, de Bizet, sonaron en las excelentes voces de una nueva generación de artistas líricos sevillanos junto a la voz internacional de la soprano Yue He. Confirman que no solo de flamenco vive la capital andaluza.
“La ópera suena diferente cuando ocurre en el corazón de la ciudad”, tuiteaba una vecina del barrio —“vivo a dos calles e iba camino de casa”— mientras sonaban los aplausos atronadores y se deshacía haciendo fotos sorprendida no solo por la estampa, sino “por la calidad de las voces y de la propuesta, esto no es un reclamo para turistas, es una cosa seria”, reconocía admirada.
La noche anterior, ya en el núcleo más reconocible de la ciudad, en pleno barrio de Santa Cruz, la casa palacio Salinas, una síntesis única de arquitectura renacentista y gótico-mudéjar, abría sus puertas a una representación íntima de un título operístico prácticamente desconocido, podría decirse que casi un capricho o un divertimento del compositor sevillano Manuel García —uno de los más influyentes de la ópera del siglo XIX, discípulo de Rossini, del que la ciudad celebra este año el 250 aniversario—: Quien porfía mucho alcanza, una opereta que fue el primer éxito como compositor de García en Madrid en 1804. También para la ocasión se contó con un elenco nacional que encandiló, tanto a los más entendidos como a un público poco habitual en los teatros líricos. “Magníficas las dos sopranos, tanto como actrices como cantantes”, reconocía el veterano crítico musical Andrés Moreno Mengíbar en Diario de Sevilla, que había acudido la noche anterior a la misma función en otro espacio único de la ciudad: el Palacio de Dueñas, residencia de la Casa de Alba y lugar de nacimiento del poeta Antonio Machado.
El experimento está funcionando: se trata de “educar a la gente en este género lírico que tanto le pertenece a Sevilla” y, como herramienta de seducción, colocar pequeñas producciones pero muy cuidadas, tanto en cuanto a calidad musical como escénica, en los espacios singulares que van a ser escenarios de la ópera: “Es una mezcla de ópera con patrimonio”, explicaba por teléfono desde Roma la delegada de Cultura en el Ayuntamiento de Sevilla, Angie Moreno, principal impulsora de esta iniciativa.
Efectivamente, se trata de la apuesta cultural local con más ambición universal de las que ha visto nacer la ciudad en las últimas décadas: el Festival de Ópera de Sevilla, que se desarrolla desde el 25 de septiembre hasta el 12 de octubre, una experiencia que pretende rellenar el hueco que deja la Bienal de Flamenco los meses de septiembre y octubre de los años impares (la cita flamenca se celebra los pares desde 1980).
Con el pretexto de que Sevilla es una ciudad sobre la que se han escrito más de 150 óperas —algunas tan célebres como Las bodas de Fígaro, Don Giovanni, Fidelio o Carmen, y otras que están documentadas pero sus libretos desaparecidos—, ha nacido este festival que, más allá de sus títulos icónicos y su relación con la historia, “tenía que hablar de qué es la ópera hoy, un género en constante evolución y súper vivo, con un crecimiento indudable. Estos días en Sevilla vamos a escuchar a Monteverdi, pero también música de nuestros días y de músicos muy jóvenes. Estamos construyendo la ópera del futuro desde aquí, por eso la programación es tan variada y tan abierta”. Así se explica el director de este recién nacido festival, el músico Francisco Soriano, pianista que ha diseñado una programación que quiere mirar la ópera desde otros ángulos, dialogar con los creadores del presente y abrirse al mundo.
“No he querido cerrarme a esa idea de que Sevilla es la ciudad de las 150 óperas porque es una lista que tiene truco. Muchas están incompletas o han desaparecido. Y algunas podrían no tener interés. Aquí haremos lo que merezca la pena, para redescubrirlo y darle esplendor. La relación privilegiada de Sevilla con la ópera es solo el pretexto”, apunta Soriano.
Estas reflexiones, precisamente, se producían aún con la resaca emocional de uno de los conciertos más vanguardistas de esta edición: el Grooving Carmen, del Daahoud Salim Quintet, una relectura de la ópera más célebre de la ciudad, con motivo de sus 150 años, desde el lenguaje del jazz. Con el joven pianista sevillano Daahoud Salim, el quinteto parecía homenajear al padre del líder, el saxofonista norteamericano Abdu Salim, figura fundamental para entender cómo Sevilla se abrió al jazz internacional en la década de los 80.
Por delante quedan aún algunos días de ópera gratuita repartida por muchas esquinas de Sevilla: la Torre de los Perdigones, la Fábrica de Artillería, y las Setas de Sevilla, que acogerán Carmen, 150 años de historia, un espectáculo de danza española a cargo del Conservatorio Profesional de Danza Antonio Ruiz Soler, en el que 16 piezas narrarán la vida de la icónica heroína de Bizet “desde una mirada joven y libre”, asegura el director. Pero también habrá que pasar por taquilla, porque el Festival de Ópera de Sevilla se ha colado igualmente en la programación de salas y teatros. El plato fuerte será el estreno, este sábado 4 de octubre, de Don Giovanni en el Teatro de la Maestranza, en una producción de la Ópera de Colonia (Alemania).
Para adaptarse al discurso del recién nacido festival y acercar la ópera a otros públicos, el clásico de Mozart también llega a futuras audiencias con un preestreno para menores de 30 años que tuvo lugar este jueves. “La mejor atmósfera que se genera en el Maestranza”, asegura el director del teatro, Javier Menéndez: “En los aplausos, parece un concierto de rock: los cantantes se sienten abrumados”, señaló en la presentación del título a los medios.