Adriana Cavarero llama a las mujeres a narrar su parte de la Historia en el Festival de las Ideas
La filósofa italiana asegura que es “momento de recuperar una imaginación femenina que presente una complejidad más igualitaria y no la segregación de un sexo”
Cientos de personas, muchas de pie o sin auriculares de traducción, asistieron la tarde del domingo a la presentación de la filósofa Adriana Cavarero, en el último día del ...
Cientos de personas, muchas de pie o sin auriculares de traducción, asistieron la tarde del domingo a la presentación de la filósofa Adriana Cavarero, en el último día del Festival de las Ideas. Alrededor de las siete comenzó la conferencia Cuentos que crean, silencios que moldean: identidad e historia narrativa de las mujeres calumniadas, moderada por la filósofa Irene Ortiz Gala. “Ha llegado el momento, aunque el feminismo lleva tiempo haciéndolo, de recuperar una palabra y una imaginación femeninas que proyecten una complejidad más igualitaria, no la de la segregación de un sexo”, reflexionó Cavarero en un diálogo de casi una hora.
La filósofa explicó su arte de “robar” personajes femeninos de la literatura antigua para reinterpretarlos. Contó el caso de Penélope en la Odisea, presentada como esposa fiel que espera a Ulises. “La interpretación tradicional es que es una buena esposa y cumple con su deber”, dijo. Pero, añadió, en el propio relato hay señales de otra lectura: “Cuando Ulises vuelve todos lo reconocen, en cambio cuando se presenta ante Penélope, ella le dice que no está segura, que le dé pruebas... Es la única que no reconoce a su marido. Quizás ya no lo esperaba”. Para Cavarero, esa Penélope disfrutó de su soledad, burló a los pretendientes y descubrió su propio valor. “Podemos contar una historia diferente, de una mujer llena de astucia, que cuando llega Ulises vuelve a una vida patriarcal, por lo que no quiere creer que es su marido”.
A mitad de su intervención, cuando se definió como feminista, recordó la importancia de la segregación en 1968, cuando en los debates universitarios las mujeres se reunían por su cuenta: “Reflexionaban sobre qué quería decir ser mujer. Pensar de forma autónoma la subjetividad femenina, con su propia idea de libertad”. Y volvió a evocar a Penélope. “Es algo muy divertido robar figuras femeninas y encontrar las fisuras en sus historias, las cosas que no funcionan”, rió.
La maternidad
Mujeres que amamantan cachorros de lobo es el nuevo libro de Cavarero, publicado en septiembre de 2025 por Galaxia Gutemberg. En el Festival de las Ideas, la autora aprovechó de hablar sobre la temática de su nueva publicación: la maternidad. “Yo durante años he vivido una experiencia de autocensura por el tema de la maternidad”, admitió sobre su manera de enfocar el tema. “En la historia occidental o en el orden simbólico, se dice que la mujer está hecha para parir y criar hijos”.
Recordó que Simone de Beauvoir veía la maternidad como una “jaula que encierra a las mujeres en el ámbito doméstico”, mientras que escritoras como Elena Ferrante la habían reivindicado como un privilegio de conocimiento, “un conocimiento sobre la regeneración de vida”. “Incluso las culturas arcaicas entendían que entre un hombre y una mujer existía al menos esta diferencia: la mujer se convertía en madre y generaba al nuevo ser”.
Allí introdujo a Platón, quien, según Cavarero, vio el “poder maternal” y lo trasladó “del plano del cuerpo al de las ideas”, de modo que los hombres pasaron a dar a luz algo “superior e intangible”, mientras la mujer quedaba subordinada. “Es evidente que todo lo relacionado con el cuerpo, la materialidad, debe ser subordinado y controlado”, ironizó.
Al final, planteó su propuesta: “Mi trabajo consiste siempre en desentrañar esta dicotomía, en complicarla, y no en volver a proponerla, porque hacerlo sería una estupidez. No sueño con un mundo donde las mujeres gobiernen, donde la materia cuente y las ideas no cuenten”. Su objetivo, dijo, es recontar la historia desde la mirada femenina. “Las mujeres pueden narrar su parte, no para imponerse, sino para explicar cómo se puede ser parte de relaciones complejas y vivir una vida que no sea una separación entre la maravilla del pensamiento y la naturaleza secundaria del cuerpo”.