Los nueve grandes momentos de los Grammy 2025: Shakira replica a Trump, Chappell Roan brilla y Kanye West la lía
Los galardones premiaron por fin como álbum del año a Beyoncé en una ceremonia con buenas actuaciones donde la colombiana alzó la voz por los inmigrantes y el rapero protagonizó la polémica de la noche
Por fin. Después de 99 nominaciones y 32 premios Grammy, Beyoncé se llevó por primera vez en su carrera el galardón gordo, el de mejor álbum. Lo consiguió por, curiosamente, un disco, Cowboy Carter, con mucho de country, un género asociado a los blancos, aunque con históricos anclajes a la música negra. La 67ª edición de los premios más importantes de la música, celebrada en Crypto.com Arena de Los Ángeles y presentada un año más por Trevor Noah, fue una ceremonia donde se homenajeó a la ciudad de Los Ángeles, azotada por los incendios desde hace un mes. Durante toda la noche se recaudó dinero para ayudar a reparar los destrozos, se proyectaron vídeos con testimonios de los afectados (gente humilde, no los acaudalados que asistían a la gala) y se produjeron declaraciones de amor a la urbe californiana.
Hasta se dejó un espacio relevante al cuerpo de bomberos de Los Ángeles, que dio el premio más importante, el que se llevó Beyoncé a mejor disco. El otro vencedor de la noche fue el rapero Kendrick Lamar, que sin estar en las quinielas, que apuntaban a artistas femeninas, consiguió los otros dos premios importantes, Grabación y canción del año por Not Like Us. Esta vez, Taylor Swift, que entregó sus habituales imágenes de baile y bebiendo de su copa, se fue de vacío a pesar de sus seis nominaciones.
Estos fueron los mejores momentos de una gala larga (tres horas y media, transmitida en España por Movistar Plus+), pero que se hizo llevadera por la buena calidad de las actuaciones.
- Bonito homenaje a Los Ángeles con una bandaza de acompañamiento
La ceremonia comenzó con un homenaje a la ciudad de Los Ángeles, arrasada en algunas zonas por los últimos incendios. Atención a la banda de acompañamiento: Brittany Howard y Brad Paisley a las guitarras, John Legend al piano, Sheryl Crow al bajo y St. Vincent a los teclados. Lo mejor fue que estas estrellas se pusieron al servicio de una banda mucho menos conocida que ellos, Dawes. Todos interpretaron I Love LA, del descomunal compositor Randy Newman. Un rock and roll con ese aroma cálido californiano que entró muy bien para comenzar. Todos los presentes corearon, con un balanceo de cabeza, eso de: “Amamos Los Ángeles”.
- Cautivadora Sabrina Carpenter
Tiene una adorable y pizpireta actitud esta muchacha que engatusa y siembra de alegría los escenarios que pisa. Anoche lo volvió a hacer. Como siempre, se río de ella misma con una naif torpeza; se le cayó un bastón que llevaba de atrezo, no atinó a colocarse donde alumbraba el foco de luz, trepó por unas escaleras que le venían grandes... Interpretó, en plan teatro musical de Broadway, una fusión de dos de sus grandes éxitos, Espresso y Please Please Please. Derrochó simpatía y cantó como los ángeles. Ella es un ángel.
- Kanye West la lía
Kanye West empezó el día con ganas de pelea, mandando un mensaje por sus redes sociales: dejó de seguir a todo el mundo salvo a Taylor Swift, su gran enemiga. Luego el asunto entra en el terreno de la confusión, como todo con este personaje en los últimos tiempos. Muchos medios estadounidenses apuntan a que no estaba invitado a la gala. Él se presentó, acompañado por cinco amigos y su pareja, Bianca Censori. West todo de negro y ella con un vestido transparente con nada debajo. La sensación fue que Censori se paseó por la alfombra roja desnuda. Después, algunos medios señalan que él y su séquito fueron “invitados a abandonar los Grammy” y otros señalan que se marchó voluntariamente en su coche nada más posar en la alfombra roja. Dan un poco igual los detalles: él quería hacer ruido y lo consiguió.
- Brillante Chappell Roan
Para quien no se haya enterado: Chappell Roan es un pedazo de estrella que va a darnos buena música durante los próximos años. Anoche protagonizó una de las actuaciones de la noche. ¿Por qué es especial la música de Roan? Porque es capaz de ensamblar en un mismo tema pop comercial, rock e indie. Ocurrió en la chispeante canción que interpretó, Pink Pony Club, primero montada en un pony gigante y luego bailando y cantando de maravilla entre un conjunto coreográfico compuesto por payasos de rodeo.
- Exhibición vocal de Lady Gaga y Bruno Mars con ‘California Dreamin’
Con la carga emocional en lo más alto y después de un vídeo con testimonios de gente que ha perdido su casa en los incendios, Lady Gaga y Bruno Mars interpretaron una conmovida versión de California Dreamin’, de The Mamas and The Papas. Lo hicieron en una adaptación relajada y con una exhibición vocal de dos intérpretes que tienen oro en su garganta. Taylor Swift, Sabrina Carpenter, Olivia Rodrigo… a ellas y a muchos se les escaparon las lágrimas.
- Jaden Smith, con un castillo en la cabeza
Al joven músico y actor Jaden Smith, 26 años, le gusta animar las alfombras rojas con sus estrambóticos estilismos; pero, caray, se superó en el de anoche. El hijo de Will Smith y Jada Pinkett apareció con un sobrio traje oscuro de Louis Vuitton y, ejem, un castillo en la cabeza. El tocado fue ideado por la diseñadora Dora Abodi, que vendía en su web el invento por 5.000 euros. Abodi confirmó que se trataba de una “casa de vampiros”. ¿Alguien se atreverá a acudir a la oficina esta mañana con la casa en la cabeza? El rostro de Jaden, que asomaba en la puerta del castillo con sus rastas cayéndole en la frente, se mantuvo en todo momento imperturbable. El momento más friqui de la alfombra roja... si no contamos el de Kanye West.
- Janelle Monáe enamora haciendo de Michael Jackson en el homenaje a Quincy Jones
Se vistió de Michael Jackson, cantó como Michael Jackson y bailó como Michael Jackson. Janelle Monáe protagonizó la actuación más divertida de la noche al interpretar Don’t Stop ‘till You Get Enough, de, sí, Michael Jackson. Fue el broche al extenso homenaje a Quincy Jones, fallecido el pasado noviembre. Empezaron Herbie Hancock al piano y la espectacular voz de Cynthia Erivo con Fly Me to the Moon; luego Jacob Collier y su mata de pelo encrespada agitó la noche junto a Lainey Wilson con Let the Good Times Roll, a continuación Stevie Wonder acarició con su todavía robusta voz We are the World, y terminó con el número estrella de Janelle Monáe. Frenética y guasona, acabó subida a una mesa y dándole funk a la gala. Todas las canciones interpretadas fueron tocadas en su versión primigenia por la mano mágica de Quincy Jones, que hubiese disfrutado este homenaje.
- Shakira baila y atiza a Trump
Hubo discursos con intención, como el de Lady Gaga (”las personas trans no son invisibles”) o el de Alicia Keys (”la DEI —Diversidad, Equidad e Inclusión— no es una amenaza [como dice Trump], es un regalo”, pero el más político lo pronunció Shakira. Fue breve, pero absolutamente intencionado con lo que está pasando en Estados Unidos. Recibió el premio a mejor álbum de pop latino y dijo: “Dedicado a los hermanos y hermanas inmigrantes. Sois queridos en este país y yo siempre voy a luchar por vosotros”. Se espera la respuesta de Donald Trump, por supuesto en X. La colombiana también actuó. Empezó con un tema antiguo, Ojos así, y luego lo fundió con una ravera versión de su famosa Session 53 con Bizarrap. Todo el local escuchó e intentó cantar eso de “mucho gimnasio, pero trabaja el cerebro un poquito también” dedicado a un exfutbolista con el que algún día tuvo una relación.
- La ‘rave’ de Charli XCX
La inglesa Charli XCX fue la última en actuar para que acabaran casi cuatro horas de ceremonia en un ambiente ravero. Fue como una fiesta de chicas (con algún chico) alocada y sexi que empezó en la calle, a las puertas del Crypto.com, y acabó en el escenario. “No va a ser la más ortodoxa actuación de los Grammy, pero no pasará nada ilegal”, ironizó la artista al presentar su actuación. Vestida con lo mínimo, Charlie demostró la vitalidad y diversidad de su disco, Brat, del que interpretó Von Dutch y Guess. Charli se arrastró por la tarima, se propinó cachetes en el trasero y consiguió con su música que hasta un veterano como Stevie Wonder se moviera. Un gran broche fiestero.