Maná explica la influencia de la poesía mexicana en su música en el Festival Fronteras de Valencia
Fher Olvera y Sergio Vallín, integrantes de la exitosa formación mexicana, charlan sobre música y literatura en el festival Fronteras de València.
¿Qué sería de la música popular sin el influjo de la literatura? Sobre eso y muchas otras cuestiones han estado charlando en el Palau de la Música de València los músicos Fher Olvera (Heroica Puebla de Zaragoza, México, 1959) y Sergio Vallín (Ciudad de México, 1972), vocalista y guitarrista de Maná, respectivamente, en el ...
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¿Qué sería de la música popular sin el influjo de la literatura? Sobre eso y muchas otras cuestiones han estado charlando en el Palau de la Música de València los músicos Fher Olvera (Heroica Puebla de Zaragoza, México, 1959) y Sergio Vallín (Ciudad de México, 1972), vocalista y guitarrista de Maná, respectivamente, en el Festival Fronteras que se celebra en Valencia desde este miércoles y hasta el 15 de junio. Previamente, recaló en Elche del 6 al 8 de este mes. “Empecé a amar la poesía por Jaime Sabines, un poeta de Chiapas: era poesía muy humana, primaria, que fue la que me dio la pauta y las figuras poéticas”, admitió el frontman, cantante y compositor principal de Maná, quienes acreditan más de cuarenta millones de discos vendidos a lo largo de una carrera de casi cuarenta años, jalonada con cuatro premios Grammy y otros ocho latinos.
De hecho, Fher reconoció que aquel viejo poema de Sabines que dice “ayer la luz estuvo todo el día mojada” sirvió como inspiración lírica para la canción No ha parado de llover, compuesta en 1995. Lo explicó canturreando su melodía, algo que sirvió – cómo no– para que su público se enganchara y convirtiera la sala en una especie de improvisado karaoke. Ocurrió también cuando explicó la génesis de Vivir sin aire (1992), uno de sus hits internacionalmente más conocidos. “Luego vinieron José Emilio Pacheco, Borges y Alejandra Pizarnik”, se explayó el vocalista, antes de explicar que hasta García Lorca se inspiró en Sabines, y asumir que los escritores latinoamericanos, caso de Octavio Paz, “agarraron esa herencia de la literatura española para convertirla en otra cosa, proyectándola al mundo”.
Se notó que el periodista cultural Jesús Ruiz Mantilla (Santander, 1965), director artístico del festival organizado por La Fábrica, participantes también en la conversación Reyes del rock latino (con la colaboración de EL PAÍS), y los miembros de la banda mexicana se conocen desde hace años. Destilaban complicidad y buen rollo. Este jueves, los mexicanos actúan en la Marina Sur, siete años después de su última visita a Valencia.
Ya metidos en harina más estrictamente musical, Ruiz Mantilla les recordó las reticencias que empezaron a tener hace años a seguir calificándose como una banda de rock, para disgusto de su propio batería. “Es que no somos una banda de rock, somos una banda de música”, alegó Fer. El propio Sergio Vallín reconoció que cuando ingresó en el grupo, hace justo treinta años, había grabado unos cuantos solos del virtuoso rockero Steve Vai para impresionarles, cuando lo que en realidad esperaban estos eran “las cumbias y la música mexicana que ya dominaba, y que se unía a los estudios de guitarra clásica de mis inicios, escuchando a Bach o a Beethoven; es importante conocer otros géneros, aunque a la gente le guste poner etiquetas”, abundó. En este sentido, Fer Olvera afirmó que canciones como Mariposa traicionera (2002) “tampoco son rock”.
Brotó también durante la charla la necesidad de expresarse en castellano en un ámbito internacional que hace décadas, cuando ellos irrumpieron, estaba dominado por el inglés. “Fue Miguel Ríos quien os aconsejó cantar siempre en español”, les comentó Ruiz Mantilla, algo que la banda asumió pese a que “el español es más largo, más difícil que el inglés para escribir canciones”, dijo Olvera. Vallín apostilló: “Cuando te gusta una canción no importa el idioma, pero cuando te llega la letra, porque está escrita en tu lengua, es cuando esa canción te puede salvar la vida”.
Y hablando de la presencia del castellano a nivel internacional, que hoy en día alienta la fiebre por el reguetón, el periodista quiso tirarles de la lengua. “Cuando las aguas están durísimas en política pasamos del tema, y algo parecido nos ocurre con el reguetón”, se contuvo Fer, con cierta pereza. Pero no pudo evitar acabar dando su opinión: “Hemos despotricado de él, no nos gusta, y aunque está bien que sea un género hecho para bailar, estar con él todos los días del año es un tormento: algunos textos son buenos, pero muchos otros son machistas, no quiero parecer mi madre cuando habla sobre los Beatles, pero es que hasta a mi hijo, con 16 años, le parece música desechable”, explicó.
El objetivo del Festival Fronteras es reunir a “músicos que hablan de literatura y escritores que hablan de música”. Una cita que “pretende derribar fronteras entre disciplinas”, y en la que participan una extensa y atractiva nómina de músicos y escritores españoles de dominio público, como Elvira Lindo, Rocío Márquez, Héctor Abad Faciolince, Paco Cerdá, Luna Miguel, Ramón Andrés o Carles Magraner.