La mirada turbadora a la Unión Soviética del fotógrafo ucranio Boris Savelev

La primera retrospectiva en España de un gran dominador del color muestra un centenar de inquietantes imágenes de textura pictórica

'Chicas en la Plaza Roja', Moscú (1981).Boris Savelev

Personas que parecen desorientadas, que no se sabe si van o si vienen, a veces con aspecto fantasmagórico tras un cristal, situadas junto a paradas de autobuses, o a la entrada del metro. Son estampas callejeras con textura pictórica y tono oscuro en el que contrasta la fuerza de los rojos. Ese mundo inquietante, misterioso, es el que ha retratado durante seis décadas el desconocido fotógrafo ucranio Boris Savelev, nacido en 1947 en la ciudad de Chernivtsi (”aún vivía Stalin”, dice en ruso, con la pertinente traduccion). Hoy, Savelev es un refugiado instalado en Vigo, con pasaporte ruso y sin ...

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Personas que parecen desorientadas, que no se sabe si van o si vienen, a veces con aspecto fantasmagórico tras un cristal, situadas junto a paradas de autobuses, o a la entrada del metro. Son estampas callejeras con textura pictórica y tono oscuro en el que contrasta la fuerza de los rojos. Ese mundo inquietante, misterioso, es el que ha retratado durante seis décadas el desconocido fotógrafo ucranio Boris Savelev, nacido en 1947 en la ciudad de Chernivtsi (”aún vivía Stalin”, dice en ruso, con la pertinente traduccion). Hoy, Savelev es un refugiado instalado en Vigo, con pasaporte ruso y sin demasiadas ganas de hablar de la guerra en su país. Está en Madrid para presentar su primera retrospectiva en España, un centenar de imágenes que pueden verse, gratuitamente, hasta el 14 de julio en el Espacio Cultural Serrería Belga, dependiente del Ayuntamiento de la capital.

Cabeza rapada, perilla blanca, Savelev, de formación científico de astronáutica, sonríe, es cálido con el interlocutor y tras la presentación a la prensa el lunes habla de su obra con una cerveza (sin alcohol) en la mano. Lleva dos años en España, primero estuvo en Madrid (”me fui de aquí porque hace mucho calor”) y ahora reside en Vigo. Aunque habla poco español, la palabra “albariño” la pronuncia perfectamente. Le gusta el clima gallego y está trabajando en una serie que se llama Diario de Galicia, de la que hay un par de imágenes en la exposición, titulada Viewfinder. Una forma de mirar, incluida en la seccion oficial del festival PHotoEspaña. El certamen, además, le ha concedido en esta 27ª edición el premio que entrega cada año a un fotógrafo en reconocimiento a su trayectoria.

'Smoking Roma', Chernovtsi, 1976. Una de las fotografías de Boris Savelev en su retrospectiva en el Espacio Cultural Serrería Belga.Boris Savelev
'Conductora de tranvía', Leningrado, 1979. Una de las fotografías de la ex URSS que tomó Savelev.Boris Savelev
'Girl in a box', Leningrado, 1981.Boris Savelev
La exposición de Savelev recoge imágenes hasta la actualidad, como esta tomada en Vigo, donde reside, en 2022.Boris Savelev
'Mayonnaise', Chernovtsi, 1989.Boris Savelev
Foto perteneciente al tríptico titulado 'Austrian bridge', sobre un puente en su ciudad, Chernovtsi, tomada en 2012.Boris Savelev
'Pipes', Madrid, 2001.Boris Savelev
'Stair to Adam', Madrid, 2018.Boris Savelev
'Copa de vino', Moscú (2007), un ejemplo de la delicadeza de Savelev.Boris Savelev
'Night windows', Chernovtsi, 2014.Boris Savelev
'Red Square Girls', Moscú, 1981.Boris Savelev
'Árbol', Madrid, 2008. Savelev ha recibido el Premio PHotoEspaña 2024 a su trayectoria.Boris Savelev
'Estación de autobús', Chernovtsi, 1989. Imagen en la que se aprecia el gusto por los tonos oscuros en Savelev.Boris Savelev
'Mancha roja', Madrid, 2001.Boris Savelev
'Cafe Ion', Moscú, 2009. Una toma de Savelev que remite a los personajes de los cuadros de Hopper.Boris Savelev
'Ventana sucia', Moscú, 1988.Boris Savelev

El comisario de la muestra, su amigo Adam Lowe, con el que trabaja desde 1995, compara las imágenes de Savelev con los óleos de Edward Hopper, quizás porque las personas que vemos transmiten esa sensación desasosegante, en imágenes tituladas Holograma al cielo, Mañana nublada o Mampara rota.

Savelev comenzó en el oficio en 1976, cuando se unió a uno de los clubes fotográficos de Moscú que querían diferenciarse de la propaganda oficial. Este “heredero del constructivismo ruso”, añade Lowe, “de imágenes melancólicas” fue el primer fotógrafo no oficial residente en la URSS que vio publicada una obra suya en Occidente, Secret City (1988), en Londres. Un libro sobre la sociedad soviética durante la perestroika (el proceso de apertura iniciado por el mandatario Mijaíl Gorbachov). A todo esto, Savelev responde: “Yo no busco nada especial en mis imágenes, lo que siento, lo fotografío, no planifico ninguna narrativa ni encuadre en particular”.

El fotógrafo Boris Savelev sostiene el Premio PHotoEspaña de la 27ª edición del festival.Jorquera

“En 2010 me compré una casa en mi ciudad natal”, apunta sobre Chernivtsi, llamada “la pequeña Viena”, junto a la frontera con Rumania. Chernivtsi es un multicultural cruce de caminos. Perteneció al imperio austrohúngaro hasta el final de la I Guerra Mundial, luego fue parte de Rumania y en 1944 pasó a la Unión Soviética, hasta la independencia de Ucrania, en 1991. “Me di cuenta de que en Rusia ya nadie me necesitaba”, señala con ironía para referirse a “la situación política, que iba a peor, no podía seguir en Moscú”, donde había vivido medio siglo.

“En mi ciudad podía estar más tranquilo”, donde se fue a vivir en 2014, tras la guerra de Crimea (la anexión unilateral y por las bravas de esa península por parte de la Rusia de Vladímir Putin). La siguiente invasión ordenada por Putin, la de Ucrania (a finales de febrero de 2022), le obligó a marcharse junto a su esposa, Natalia, dueña de una galería de arte en la que exponía en Chernivtsi. Fue Lowe, director de Factum Arte (empresa que produce obras de arte contemporáneo, ubicada en Madrid), quien le animó a venir a España.

Sus fotografías nacen de un complicado sistema de impresión. “Hace 30 años los sistemas habituales de impresión no me convencían, así que empecé a probar técnicas alternativas. El que uso en Factum Arte es largo y complejo, pero creo que por fin he llegado a conseguir las mejores posibilidades”. La imagen se imprime en múltiples capas sobre un soporte de aluminio que tiene una base de gesso (una sustancia blanca como la que se aplica en la pintura para preparar el lienzo). El resultado es que la fotografía parece tener un ligero relieve y hace que los objetos se solapen.

'Chica en una caja', Leningrado, 1981. Una de las fotografías de Boris Savelev que pueden verse en su exposición en el Espacio Cultural Serrería Belga (Madrid).Boris Savelev

Savelev trabajó para agencias y medios rusos y aunque casi la totalidad de las fotos mostradas en la Serrería Belga son de lugares y personas en ciudades como Moscú, San Petersburgo, Chernivtsi, Londres, Madrid o Vigo, la fotografía callejera es solo parte de su obra, en la que también hay interiores y retratos. Hoy hay obra suya en el MoMA neoyorquino, el Art Institute de Chicago o el Museo de Bellas Artes de Nuevo México, de Santa Fe.

Preguntado por la situación en su país, precisamente el día en que el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, ha visitado España y se ha reunido con el rey, Felipe VI, y con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, Savelev cuenta que los dos hijos de su esposa viven en Kiev, pero no entra en detalles. “Vamos a ver qué nos depara el futuro, por supuesto no tengo intención de volver a Moscú mientras sigan así las cosas, pero tampoco a Ucrania”. A continuación recita algunos de los mandatarios de la extinta URSS bajo los que ha vivido, como si fueran los libros del Antiguo Testamento: Jruschov, Brézhnev, Andropov, Chernenko, Gorbachov... “Con Putin y con Zelenski no quiero nada. Lo importante es que tengo buena salud y que estamos aquí, en España”.

'Café Ion' (2009), Moscú.Boris Savelev

Entonces, ¿hay algo que eche de menos de Ucrania? “Nothing!” (nada), exclama en una de sus pocas frases en inglés durante la entrevista. Y para concluir, cita a un fotógrafo que fue amigo suyo, el estadounidense Saul Leiter, “que decía que no tenía ninguna filosofía como fotógrafo, que solo necesitaba la cámara”. “Yo necesito una cámara y hacer fotos. Nada más”.

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