‘Los ojos de Mona’: cómo se crea un fenómeno editorial

Las claves del éxito del libro de Thomas Schlesser, una especie de ‘El mundo de Sofía’ sobre la historia del arte que es un superventas en Francia y se ha traducido a 36 idiomas

El historiador del arte francés Thomas Schlesser, autor del fenómeno editorial 'Los ojos de Mona'.Alejandro García (EFE)

Es el éxito editorial de la temporada en Francia, uno de esos milagros en los que sueña todo editor. “Un cuento de hadas”, resume Nicolas de Cointet, de la editorial Albin Michel, que un sábado soleado y primaveral de hace un año empezó a leer el manuscrito de Los ojos de Mona (Lumen) y ya no pudo parar. En aquel momento se puso en marcha la maquinaria que ha desembocado en todo un fenómeno de ventas en las librerías francesas.

El manuscrito le había...

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Es el éxito editorial de la temporada en Francia, uno de esos milagros en los que sueña todo editor. “Un cuento de hadas”, resume Nicolas de Cointet, de la editorial Albin Michel, que un sábado soleado y primaveral de hace un año empezó a leer el manuscrito de Los ojos de Mona (Lumen) y ya no pudo parar. En aquel momento se puso en marcha la maquinaria que ha desembocado en todo un fenómeno de ventas en las librerías francesas.

El manuscrito le había llegado a De Cointet por medio de un amigo que tiene en común con el autor. Thomas Schlesser es historiador del arte, director de la Fundación Hartung-Bergman y había publicado ya una novela y varios ensayos que habían tenido un eco reducido e iban dirigidos a un público limitado. El editor vio algo especial en la nueva novela que mezclaba una pequeña historia familiar y la gran historia del arte occidental, algo comparable a lo que en los años noventa hizo Jostein Gaarder con El mundo de Sofía y la filosofía.

“Fue un flechazo”, describe De Cointet, aunque difícilmente pudo intuir lo que sucedería. Un año después, el libro se ha convertido en el fenómeno editorial del año en lengua francesa, con ventas que alcanzan cerca de 200.000 ejemplares desde su publicación el 31 de enero y con los derechos de traducción vendidos a 36 idiomas. Ha salido en Italia. En España lo han publicado Empúries en catalán y en castellano, Lumen, cuya editora María Fasce tuvo un papel determinante en esta historia. Ella fue la primera en el extranjero que, mucho antes de que se publicase en francés, intuyó el potencial del libro, y se hizo con los derechos sin haber leído ni una sola línea, “a ciegas”, valga la metáfora.

A Fasce le habló del manuscrito de Los ojos de Mona la responsable de los derechos internacionales de Albin Michel, Solène Chabanais. Ambas coincidieron en abril de 2023 en Quais du Polar, el festival de novela negra de Lyon. Allí Chabanais le contó que acababa de leer un libro extraordinario, pero no podía dárselo, solo compartir con un breve resumen, lo que en inglés se llama el pitch. “Hay un principio de igualdad: todos los editores deben recibir el mismo texto al mismo tiempo, por cortesía”, dice Chabanais. “María no quiso esperar a recibir el texto al mismo tiempo que todo el mundo, y adquirió los derechos sin haber leído el libro”.

Estilo y mirada

“Me quedé fascinada”, recuerda ahora la editora de Lumen. En los días siguientes buscó más información sobre el autor y leyó uno de sus ensayos. Le convenció el estilo y la mirada. “Y me quedé con los derechos para Lumen, la verdad es que temblando un poco hasta el momento de recibir el manuscrito… Cuando llegó, respiré. Era exactamente lo que se anunciaba.”

Esta es la historia de un best seller, de cómo gestó literariamente y cómo se fabricó como un fenómeno editorial internacional. Comienza en verano 2013.

“Si me permite, no entraré en detalles, porque es una historia personal un poco dolorosa”, explica Schlesser, el autor. “Pero después de una dificultad personal, sentí la necesidad de inventarme una niña, e imaginé a Mona. Este fue el resorte afectivo”.

“Una vez tuve la idea”, continúa. “Fue como una inspiración, lo que comúnmente se denomina un pitch”. El pitch ―concepto esencial en esta historia― lo expone él mismo:Es una niña amenazada de ceguera, y su abuelo la lleva por los museos para descubrirle las cosas más bellas del mundo para que se las lleve en su memoria.”

El cuadro de 'La Monalisa' de Leonardo Da Vinci en el museo del Louvre en París. Marc Piasecki (Getty Images)

Después, acotó la historia a un lugar (París y los museos del Louvre, Orsay y Beaubourg) y un tiempo determinado (52 semanas, una por capítulo). Sin ningún contrato con ningún editor, pasó una década escribiendo Los ojos de Mona, periodo que coincide con la edad de Mona: el libro crecía como la niña. Terminó en 2022. Lo mencionó a la editorial Gallimard, pero no le interesó. Se la hizo llegar a Albin Michel y fue entonces cuando recibió la llamada de De Cointet y, unos días después, fue a París desde la ciudad mediterránea de Antibes, donde reside, para reunirse con su futuro editor. “Él me dijo: ‘Creo de verdad en el libro’”, rememora. “Le respondo: ‘No querría decepcionarlo, no estoy seguro de que esto vaya a funcionar’. Él me dijo: ‘¿Sabe? Normalmente, son los editores quienes temperan el entusiasmo del autor y el autor quien intenta excitar al editor, y con usted es lo contrario”.

La clave de un fenómeno literario como este es, según De Cointet, precisamente el famoso pitch. “Yo no edito un libro que no sepa explicar en 40 segundos”, dice. Los ojos de Mona cumplía el requisito, al que el editor añade: la originalidad de la idea, la calidad literaria y la capacidad del autor para defender el libro. El caso es que este volumen de 500 páginas tocó una fibra. Por la historia de la niña y el abuelo. Por la habilidad para introducir al lector en el arte desde el Renacimiento hasta hoy, y por el discurso riguroso y a la vez accesible. Por las lecciones de vida que de estas obras extraen los protagonistas, y por la cuidada edición con las imágenes de las 52 obras.

En Francia fue decisiva la presencia del autor en La Grande Librairie, programa literario de la televisión pública. Ahí entra otro factor decisivo: la elocuencia de Schlesser y su capacidad para conectar con el público. En paralelo a los preparativos del best seller en Francia, se cocinaba su lanzamiento internacional. De Cointet habla de las subastas de los derechos de traducción para las distintas lenguas y países. En una llegaron a participar ocho editores.

Todo había empezado con la oferta de la editora María Fasce. En algunas crónicas de la prensa francesa sobre el fenómeno, Mona aparece citada, como signo de la excepcionalidad del fenómeno, la “editora española” que compró el libro “a ciegas”, un método inusual. “Da mucho dinero para publicarlo en su país”, escribió Le Monde. ¿Cuánto? Fasce no revela la suma. Pero dice que “era algo razonable”, menos de lo que habría pagado si hubiese participado en las subastas como los editores de otros países. Sobre el número de ejemplares vendidos en España, prefiere no dar la cifra, pero va por la tercera edición. “Es un libro que crece cada semana”, dice.

Han sido más de 200.000 ejemplares en total en el primera tirada fuera de Francia, según De Cointet, quien afirma que esta cifra quedará rápidamente obsoleta. Schlesser se prepara para una “gira mundial”, dice el editor, “digna de las mayores estrellas del rock”. ¿Le ha cambiado la vida? “¡En absoluto!”, responde el autor en medio de una carcajada. Y afirma que seguirá con su trabajo en la fundación Hartung-Bergman, con sus ensayos de historia del arte y con otros proyectos.

“No quiero en modo algunos compararme con el incomparable Umberto Eco, que está 100.000 niveles por encima de mí, pero hay algo en lo que me siento en un estado de espíritu igual”, dice. “Umberto Eco continuó con su trabajo de semiólogo con un enorme rigor y compromiso mientras escribía libros dedicados a un público más amplio. Pero nunca abandonó su exigencia como investigador. Yo no quiero abandonarla tampoco”.

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