Macarena García: “Hay tantas maternidades como mujeres”
La actriz vuelve a los escenarios con ‘Nuestros actos ocultos’, escrita y dirigida por Lautaro Perotti
Desde su trabajo en Blancanieves, de Pablo Berger, con el que ganó el Goya a la mejor actriz revelación en 2013, Macarena García (35 años) ha hecho un largo y exitoso recorrido en el mundo de la interpretación. No le han faltado ni películas ni series. Tras casi 12 años desde La llamada, la actriz vuelve al teatro con Nuestros actos ocultos, en la que hace de nuevo tándem con Carmen Machi, en papeles d...
Desde su trabajo en Blancanieves, de Pablo Berger, con el que ganó el Goya a la mejor actriz revelación en 2013, Macarena García (35 años) ha hecho un largo y exitoso recorrido en el mundo de la interpretación. No le han faltado ni películas ni series. Tras casi 12 años desde La llamada, la actriz vuelve al teatro con Nuestros actos ocultos, en la que hace de nuevo tándem con Carmen Machi, en papeles de hija y madre, que ya hicieron en La Mesías, la serie creada por su hermano, Javier Ambrossi, y Javier Calvo, y que se ha convertido en todo un fenómeno. Nuestros actos ocultos, una obra sobrecogedora en torno a las relaciones familiares escrita y dirigida por el dramaturgo argentino Lautaro Perotti y que también protagoniza Santi Marín, se estrena en las Naves del Español, en Madrid, el martes 16.
Pregunta. Vuelve al teatro tras La llamada. ¿Por qué han pasado tantos años?
Respuesta. Porque lo que me han ofrecido no me ha llegado a interesar. El teatro me da mucho respeto, tenía muchas ganas de volver, pero quería que fuera con un proyecto que me entusiasmase, que me compensara el riesgo y el compromiso que supone estar defendiendo una obra de teatro día a día.
P. ¿Y ese riesgo y compromiso lo ha encontrado en Nuestros actos ocultos?
R. Sí. Cuenta con un reparto con el que me emociona trabaja, como Carmen Machi y Santi Marín. Me interesa el universo de Lautaro Perotti. Su texto me conmovió y perturbó mucho. Es una historia muy oscura, con tintes de comedia. Un proyecto apasionante.
P. ¿A qué se enfrenta una actriz en el escenario?
R. A la respuesta directa del público. El teatro es misterio y magia que me reconecta con mi pasión por la actuación. Es la interpretación en su esencia más pura. Estoy muy acostumbrada a hacer audiovisual, pero hay tantos factores y tanta gente delante que es difícil imaginar que la situación es real.
P. ¿Siente miedo?
R. Mucho, miedo y vértigo. Siento que me desmayo y eso que todavía no hemos estrenado. Me entra pavor. Ya me pasó con La llamada y sé que con el tiempo todo se va relajando y vas disfrutando.
P. La mujer que interpreta en la obra arrastra una herida muy profunda por la amarga relación con su madre, papel parecido al que interpretó en La Mesías. ¿Cómo se enfrenta una a un personaje así?
R. Con mucho ensayo y mucha conversación, entendiendo mucho el pasado que arrastran esos personajes. Esta mujer en concreto está contada a través de la relación con su madre, la falta de amor y el desarraigo tan profundo que tiene. Trato de entender su herida y buceo mucho en su pasado.
P. ¿Qué le dice su madre?
R. Tengo una relación sanísima, de mucha complicidad, muy buena y positiva con mi madre. Es un alivio hacer este tipo de historias para darnos cuenta de la suerte que tenemos. Ella está muy contenta de que yo tenga la oportunidad de hacer estos personajes raros y difíciles, tan alejados de mí y de mi entorno.
P. Nuestros actos ocultos bucea, entre otros muchos temas, en la soledad. ¿Entiende este sentimiento?
R. Los tres personajes de la obra son muy solitarios y no son conscientes de todo lo que se necesitan. En el fondo están llenos de amor, pero no tienen herramientas ni capacidad para gestionarlo. Yo, Macarena, tengo una relación con la soledad bastante contraria. No soy nada solitaria, necesito mucho mis redes de familia y amigos.
P. Se habla también de la maternidad. ¿Qué le interesa de este tema?
R. Hay mucha propaganda sobre la familia, sobre la maternidad, sobre cómo deben ser los vínculos entre una madre y un hijo, de cómo debe ser una familia. Poner sobre la mesa este debate y contar historias en las que la maternidad se mira desde prismas diferentes, es importante porque hay que visibilizar las distintas maneras de ser mujer y los diferentes deseos y necesidades. Hay tantas maternidades como mujeres.
P. De nuevo frente a frente con Carmen Machi. ¿Qué se aprende con ella?
R. Es un privilegio es tenerla cerca y mirarla a los ojos en escena. Es una buenísima profesional que no se toma muy en serio. Aprendo de su sentido del humor y la manera de enfrentarse a esta profesión. Estoy completamente enamorada de Carmen Machi como actriz y como persona.
P. Trabaja junto a su hermano desde hace tiempo. ¿Es fácil trabajar con la familia?
R. Mi familia lo es todo, es el eje principal de mi vida, lo que me sostiene, a lo que me agarro cuando estoy perdida. Mi familia me acompaña y la acompaño. Me ha construido como persona. Tengo la suerte de que vengo de un lugar, que, con sus complejidades y las dificultades de cualquier familia, es muy seguro.
P. ¿De dónde viene esa vena artística?
R. No lo he tenido claro nunca. Creo que de mi madre, que ha sido siempre una apasionada de la música. También de la pasión que sentíamos mi hermano y yo por las series de televisión cuando éramos pequeños. Y también de algo misterioso que desconocemos.
P. ¿Hay alguna clave para construir relaciones afectivas familiares?
R. Creo que la conversación y la comunicación son bastante clave. No son fáciles en la familia, porque hay tantas cosas ya establecidas que vienen de tan atrás. Hay que atreverse a mirar lo que uno no quiere mirar y poner atención en ello.
P. ¿Se trabaja bien con un hermano?
R. Para mí es apasionante. Hay momentos de mucha vulnerabilidad y exposición porque es la persona que más me conoce del mundo y mi corazón está abierto a la historia que me propone, pero llegamos a un lugar de mucha sensibilidad y mucha belleza. Para mí, es la manera más bonita de trabajar porque sabes que te quiere y cómo saca lo mejor de ti.
P. Es una profesión insegura, con muchos vaivenes. ¿Lo siente así?
R. Sí, con el tiempo vas entendiendo que es muy cíclica y que hay momentos en los que todo rueda de manera fácil y otros en los que la maquinaria se para. Yo llevo 12 años trabajando como actriz, pero he tenido mis momentos de parón y me he asustado mucho.
P. Su descubrimiento llegó con Blancanieves y su Goya. ¿Cómo cree que ha evolucionado como actriz?
R. El otro día justamente volví a ver la película. Hacía muchos años que no la veía. Me veo con mucha inocencia y ternura. Por momentos siento que ha habido un cambio muy grande y otros siento que soy la misma. Soy las dos cosas a la vez. Sigo manteniendo mucha inocencia, ganas e ilusión. También me descubro más segura, con más herramientas y mayor capacidad.
P. ¿Qué le pide a la profesión?
R. Poder seguir viviendo de ella y trabajar en proyectos personales y complejos. Sentir que las historias que cuento sean importantes para mí.