La Mano de Irulegi, bien público de uso libre

El Gobierno foral intenta evitar que empresas o particulares exploten la pieza que contiene la primera inscripción en vascónico. “Es patrimonio de todos los navarros y navarras”, dice Rebeca Esnaola, consejera de Cultura

Un arqueólogo sostiene la Mano de Irulegi.juantxo egana

Desde que hace un año se diera a conocer la denominada Mano de Irulegi, al menos trece particulares o empresas han tratado de registrar a su nombre la imagen, el nombre —Mano de Irulegi/Irulegiko Eskua— o la palabra ‘sorioneku’, grabada en la pieza. El Gobierno de Navarra, propietario legal del hallazgo, también ha solicitado la titularidad de la marca con fines educativos y culturales, aunque todavía no ha tenido respuesta de la Oficina de Marca...

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Desde que hace un año se diera a conocer la denominada Mano de Irulegi, al menos trece particulares o empresas han tratado de registrar a su nombre la imagen, el nombre —Mano de Irulegi/Irulegiko Eskua— o la palabra ‘sorioneku’, grabada en la pieza. El Gobierno de Navarra, propietario legal del hallazgo, también ha solicitado la titularidad de la marca con fines educativos y culturales, aunque todavía no ha tenido respuesta de la Oficina de Marcas y Patentes. En aquel momento, el Ejecutivo también decidió recurrir todas las peticiones del resto de particulares y empresas con el objetivo de evitar que alguna de ellas obtuviera los derechos de explotación de un bien perteneciente al patrimonio cultural navarro y que ha revolucionado las investigaciones sobre el origen del euskera.

La Mano de Irulegi contiene la considerada como primera inscripción en vascónico, el precedente del vasco. Es el término “sorioneku”, muy similar al vocablo vasco actual zorioneko, que puede traducirse como buena fortuna. La mano es una plancha de bronce de apenas 36 gramos de peso, 14,3 centímetros de altura y un grosor de un milímetro, que está fechada en el siglo I antes de Cristo. Su hallazgo tuvo un importante impacto mediático y pocos días después de su presentación en rueda de prensa, miles de productos con la imagen o nombre de la mano salieron a la venta. Ahora, la Oficina de Patentes y Marcas, dependiente del Ministerio de Industria, ha rechazado cinco de esas trece peticiones, todas sobre la marca “Mano Irulegi/Irulegiko Eskua”.

El último de los intentos rechazados es el de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, la empresa que ha dirigido la excavación del yacimiento donde se encontró la mano. Una labor que ha realizado gracias a la financiación de la Administración foral y del Ayuntamiento del Valle de Aranguren, promotor principal del proyecto, en cuyo término municipal se encontró el objeto. Aranzadi registró la solicitud de marca a su nombre a las 9.56 horas del 14 de noviembre. Exactamente, 34 minutos antes de que comenzara la rueda de prensa organizada por las dos Administraciones públicas y la entidad. En concreto, Aranzadi presentó una solicitud mixta, en la que pedía la titularidad tanto del gráfico denominativo —de los términos y expresiones que se refieren a la pieza, tales como “Irulegiko Eskua”, “Euskararen Eskua”, “la Mano de Irulegi” o “la mano de la felicidad”— como del elemento gráfico, que es una foto de la Mano realizada por el equipo de arqueólogos. El boletín oficial de la propiedad intelectual ha denegado la solicitud argumentando que dicho dibujo no tiene un “carácter distintivo”, ya que es una copia de un hallazgo arqueológico. En concreto, cita el artículo 5.1 de la Ley de Marcas 17/2001, al establecer que la marca solicitada carece “de carácter distintivo, toda vez que el signo solicitado identifica un hallazgo y es por ello que no será percibido por parte del público consumidor como una marca”. Esa ausencia de carácter distintivo es una de las causas contempladas en la normativa para prohibir la inscripción de una marca. Preguntada por este medio, la Sociedad de Ciencias Aranzadi ha declinado hacer una declaración.

La consejera de Cultura del Gobierno foral, Rebeca Esnaola, ha expresado en SER Navarra que la decisión de la Oficina de Marcas y Patentes les “reafirma en la decisión que tomamos en el mes de febrero en la que precisamente pretendíamos evitar que una persona o entidad tuviera en exclusiva la explotación de la mano, de su dibujo, de lo que representa”. Desde el Ejecutivo confirman lo que ya avanzaron hace unos meses: no van a registrar el nombre, la imagen y el término sorioneko. “La mano de Irulegi es patrimonio de todos los navarros y navarras, de ahí esta defensa del libre uso”, ha apuntado Esnaola. Al ser libre, cualquier persona puede utilizarla y eso favorecería una “mayor difusión de un hallazgo que ha calado muy hondo en la sociedad”.

La consejera ha confirmado que la mano está custodiada en los almacenes de arqueología del Gobierno de Navarra y que está siendo objeto de múltiples investigaciones: “En este tipo de hallazgos hay que ir con calma porque los estudios tardan tiempo y hay que ser rigurosos. Se ha limpiado toda la mano para eliminar la corrosión y la limpieza ha evidenciado que hay huellas de la fabricación de la pieza. Ahora vamos a ver si los especialistas nos pueden dar algún dato más. Han tomado muestras del material y las han enviado al CSIC para estudiar los isótopos del plomo que, en teoría, nos han de decir algo sobre la procedencia del metal”.

La previsión es que la Oficina de Marcas y Patentes tumbe el resto de las peticiones. A priori, en lo que se refiere a la imagen gráfica —solicitada por dos entidades—, la norma de Protección Jurídica del Diseño Industrial exige que, para solicitar la titularidad de un diseño, este no debe haber sido accesible al público antes de la fecha de presentación de la solicitud de registro. Teniendo en cuenta que la mano fue expuesta el día 14 de noviembre de 2022, ya no es novedosa para las solicitudes posteriores. Lo mismo sucede con la denominación de Mano de Irulegi, ya sea en castellano o euskera, puesto que la primera vez que este término aparece es en un documento del Gobierno de Navarra, en el informe realizado por la restauradora que descubrió la inscripción. Un documento que no era accesible entonces al público.

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