Arco triunfa entre los nuevos lisboetas

La feria de arte contemporáneo afianza su tirón entre los extranjeros que residen en la capital portuguesa. La presencia de 86 galerías convierte la edición de este año en la más extensa de su trayectoria

Un visitante de ARCOlisboa durante la jornada limitada a coleccionistas en la Cordoaria Nacional.Rodrigo Gatinho

El día que la galería de arte nómada británica Encounter decidió echar raíces y abrir su primera sede estable, escogió Lisboa. La mayoría de los compradores de las obras mozambiqueñas que la galería de Élia Gemuce vendió el año pasado eran alemanes, franceses y españoles. La atracción que ARCOlisboa, sucursal de la feria de arte contemporáneo madrileña Arco, inaugurada este jueves en la Cordoaria Nacional, despierta entre los extranjeros que se han mudado a la capital portuguesa por considerarla el último paraíso urbano europeo resultó evidente en las transacciones realizadas en la edición de ...

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El día que la galería de arte nómada británica Encounter decidió echar raíces y abrir su primera sede estable, escogió Lisboa. La mayoría de los compradores de las obras mozambiqueñas que la galería de Élia Gemuce vendió el año pasado eran alemanes, franceses y españoles. La atracción que ARCOlisboa, sucursal de la feria de arte contemporáneo madrileña Arco, inaugurada este jueves en la Cordoaria Nacional, despierta entre los extranjeros que se han mudado a la capital portuguesa por considerarla el último paraíso urbano europeo resultó evidente en las transacciones realizadas en la edición de 2022. “No sé si les podemos llamar coleccionistas, pero sí fue evidente el año pasado el interés y las ventas entre esos nuevos lisboetas, que tienen muchas posibilidades y conexiones con el arte contemporáneo”, señala la directora de Arco, Maribel López. “Eso ha atraído a más galerías y es misión suya que esos compradores se puedan llegar a convertir en coleccionistas”, añade.

La edición de este año (la sexta), que se prolonga hasta el domingo, es la más extensa de su trayectoria. Hay 84 galerías frente a las 65 de la anterior edición gracias a la decisión de abrir nuevos espacios en los almacenes de la Cordoaria Nacional, la vieja fábrica de redes y velas para los navíos de la Armada portuguesa, que hoy muestra mejor que nunca el sentido común y estético de la arquitectura industrial del siglo XVIII. Además del espacio Opening, dedicado a quienes se estrenan en la feria, y la sección África en Foco, comisariada por la angolana Paula Nascimento, se han aglutinado las 11 galerías que acuden con un único artista en un bloque bautizado Solo.

El galerista Juan Silió y la artista Irene Grau, junto a la obra '3 mm', en la feria de arte contemporáneo Arco en Lisboa el jueves.Tereixa Constenla

Para acabar de avalar el interés internacional alrededor de Lisboa, un último dato: el 69% de las galerías proceden de más de una veintena de países. “Si Arco en Madrid es el sitio donde hay que estar y quemar todas las naves, Arco en Lisboa es el lugar de la apuesta por abrir nuevos mercados”, compara el galerista español Juan Silió, que muestra los proyectos de las artistas Irene Grau y Belén Rodríguez. Ambos están unidos por su conexión con la naturaleza y la economía circular. Grau elabora los lienzos de su obra 3 mm con los residuos minerales que genera el corte del granito gallego. “Mis proyectos siempre son sobre procesos que transforman el paisaje como los incendios o, en este caso, las canteras. En el último corte de la piedra se comen tres milímetros que generan una gran cantidad de materia residual que yo utilizo como pigmento sobre el lienzo”, explica Grau, acodada en una de las ventanas de la Cordoaria horas antes de la inauguración oficial de la feria. Su proyecto recibió el premio Apertura 2022, que concede la Comunidad de Madrid.

La mozambiqueña Élia Gemuce, con su galería Arte de Gema, regresa a ARCOlisboa con obras de Angela Ferreira, Gemuce y Thandi Pinto como Lucky star, que refleja los desafíos cotidianos de Mozambique parodiando la lata de sardinas más popular entre los pobres. Thandi Pinto es una joven artista que se estrenó el año pasado con un aplauso generalizado. Una de sus obras fue adquirida por la Fundación Arco y otra para la colección de la fundación PLMJ, creada en 2011 en Lisboa por una sociedad de abogados. El peso africano en la feria de Lisboa es también una seña de identidad que va consolidándose un año tras otro.

Fotografía de una de las 'bestias' de Joana Vasconcelos recubiertas de crochet en ARCOlisboa.Rodrigo Gatinho (EFE)

Una de las galerías portuguesas es Kubikgallery, nacida en Oporto durante la crisis de 2009 y ampliada a Brasil en otro momento convulso. Asociada ahora con otras tres galerías brasileñas en un espacio común, su director João Azinheira destaca que este modelo híbrido le permite “hacer de puente entre los artistas portugueses en Brasil y los artistas brasileños en Europa”. La cooperación entre galerías es uno de los caminos que la directora de Arco, Maribel López, ve en el horizonte inmediato del arte.

Junto a la oferta central de la Cordoaria Nacional, frente al estuario del Tajo, ARCOlisboa ofrece también otras propuestas artísticas en la ciudad, como las exposiciones de proyectos de Agustín Ibarrola y Pedro G. Romero en las cocheras del palacio de Palhavã, residencia de la embajadora de España.

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