Una tumba en Rumania aporta luz sobre las invasiones bárbaras, uno de los periodos más oscuros de Europa

Los trabajadores de una autopista han descubierto el enterramiento de un guerrero. Junto al cuerpo se han encontrado alrededor de 120 objetos entre armas y joyas

Joya en forma de media luna con piedras preciosas incrustadas, uno de los hallazgos del enterramiento huno de Mizil (Rumanía).Compañía de carreteras rumana

En el sureste de Rumania, a poco más de una hora de Bucarest, los trabajadores de una autopista descubrieron una tumba principesca de un guerrero que ilumina uno de los periodos más intrigantes y oscuros de Europa: las invasiones bárbaras, que transformaron la población y la historia del continente.

Durante la construcción de un tramo de la futura autopista A7, cerca de la localidad de Mizil, se halló a finales de diciembre una tumba de un rico guerrero que fue enterrado junto a s...

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En el sureste de Rumania, a poco más de una hora de Bucarest, los trabajadores de una autopista descubrieron una tumba principesca de un guerrero que ilumina uno de los periodos más intrigantes y oscuros de Europa: las invasiones bárbaras, que transformaron la población y la historia del continente.

Durante la construcción de un tramo de la futura autopista A7, cerca de la localidad de Mizil, se halló a finales de diciembre una tumba de un rico guerrero que fue enterrado junto a su caballo y un variado inventario de unos 120 objetos, algunos de ellos de oro. Según los arqueólogos, el estilo policromado de los ornamentos hace creer que el hallazgo data de entre los siglos IV y V d.C, cuando la región estaba bajo dominio del pueblo conocido como los hunos.

“La tumba está rodeada de más de 100 piezas, incluidas armas y joyas de oro, algunas con incrustaciones de piedras preciosas”, señaló Silviu Ene, investigador del Instituto de Arqueología Vasile Parvan en su perfil de Facebook. La identidad del guerrero se desconoce, pero “los ricos objetos encontrados sugieren que pertenecía a la clase dominante en el período huno de la región o la era de migración”, indicó Ene.

Varios objetos hallados en una tumba huna en Mizil (Rumanía).Compañía de carreteras rumana

“Es la tumba de un jinete, incluso se descubrió la cabeza y parte de un caballo, también tenía una espada dorada a su lado, una daga decorada con oro; a sus pies tenía un caldero de bronce y una aljaba con flechas y en la cara una máscara de oro”, precisó Ene. Además del opulento inventario, se destaparon más de 900 elementos arqueológicos como pozos y viviendas, entre otros.

“Es un hallazgo excepcional, la tumba de una persona de alto rango, enterrada con todos los signos sociales que tenía en ese momento. Sabemos encuadrar algunas piezas en la época, mientras que otras son descubrimientos inéditos”, explicó por su parte Radu Bajenaru, subdirector del Instituto de Arqueología Vasile Pârvan.

Joyas encontradas en la tumba de Mizil.Compañía de carreteras rumana

En la provincia de Buzau, también al suroeste de Rumania, se hallaron otros seis yacimientos donde se encontraron objetos propios del periodo migratorio de los visigodos y hunos. Estos descubrimientos muestran a los historiadores y arqueólogos la ruta que siguieron los pueblos migratorios en su viaje. “Los hunos estaban muy interesados en el oro y lo valoraban mucho”, aseguró Gabriel Stăicuț, arqueólogo del Museo de Buzau.

Uno de los hallazgos más valiosos del período de las migraciones es el Tesoro de Pietroasa, conocido como Cloșca cu puii de aur (”La gallina de oro y los pollitos”), que pesa casi 20 kg. Este fue el tesoro de oro más grande del mundo hasta 1921, cuando se descubrió la tumba de Tutankamón. Veintidós objetos del metal precioso, en su mayoría utensilios —cuencos, platos y recipientes de vino— fueron descubiertos por dos campesinos en la colina de Istrita en 1837.

Pieza decorativa en forma de cruz hallada en la tumba.Compañía de carreteras rumana

Los hunos eran jinetes nómadas originarios de Asia central e invadieron Europa oriental durante los siglos IV y V d.C, desplazando a otros pueblos como los vándalos y los godos, a los que obligaron a emigrar hacia el oeste. Este pueblo constituyó un problema particular para el imperio bizantino, o romano de Oriente, que hasta ese momento había dominado gran parte de las tierras occidentales del mar Negro.

Los romanos perdieron la región frente a los hunos, que marcharon a la provincia romana de Galia (que comprendía, entre otros territorios, la zona que ocupan en la actualidad Francia y parte de Alemania) para invadirla e, incluso, para atacar Roma bajo su líder Atila el Huno, antes de ceder su territorio en Europa ante una fuerza mixta de godos y otros antiguos vasallos germánicos en el siglo V. Su incursión supuso el fin del mundo grecolatino en el occidente europeo.

“La investigación arqueológica está ahora a medio terminar. En los próximos meses, los huesos y piezas se limpiarán, se estudiarán y se exhibirán”, remarcó Ene.

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