La escritora que descubrió que “había nacido en un cuerpo equivocado”
Jan Morris, autora de clásicos de la literatura de viajes sobre Venecia y Trieste, relató su cambio de sexo en ‘Enigma’
“Tenía tres años, o tal vez cuatro, cuando me di cuenta de que había nacido en el cuerpo equivocado, pues en realidad debía ser una niña”. Con esta frase arranca Enigma, el libro autobiográfico de Jan Morris, una de las grandes escritoras del siglo XX, conocida sobre todo por su literatura de viajes, autora de clásicos insoslayables sobre Venecia o Trieste, cuya obra está siendo rescatada con mimo por la ...
“Tenía tres años, o tal vez cuatro, cuando me di cuenta de que había nacido en el cuerpo equivocado, pues en realidad debía ser una niña”. Con esta frase arranca Enigma, el libro autobiográfico de Jan Morris, una de las grandes escritoras del siglo XX, conocida sobre todo por su literatura de viajes, autora de clásicos insoslayables sobre Venecia o Trieste, cuya obra está siendo rescatada con mimo por la editorial Gallo Nero. Morris publicó esta frase en 1974, mucho antes de que la ley trans estallase en el centro de la política española y de que un libro titulado Nadie nace en un cuerpo equivocado, José Errasti y Marino Pérez Alvar, se convirtiese en la bandera de los que se oponen a la norma.
Enigma (que acaba de ser reeditado en una traducción de Ana Mata Buil) no es un ensayo teórico, ni trata de convencer a nadie, ni pretende polemizar: Morris —fallecida en 2020 a los 94 años—, simplemente contó su vida en un libro tan emocionante y evocador como sus relatos de viajes, construyó una historia de amor y de vida, de dolor y desconcierto, de alegría y sexo. Cuando uno va a Trieste o a Venecia, llevar en la maleta los libros de Morris enriquece la visita, le da una profundidad insospechada. Es posible que estén adornados con alguna aportación literaria y que no todo lo que cuenta responda a la pura realidad. Pero pocas autoras son capaces de captar de una forma tan inteligente el espíritu y la historia de un lugar.
Algo parecido ocurre ahora mismo con Enigma: leerlo cuando la discusión por la legislación sobre la transexualidad ha dividido al movimiento feminista y ha irrumpido en el debate público en un tono muchas veces agrio y tremendista, resulta extraordinariamente útil. En su libro sobre la Serenísima, Morris describió la complicada relación de los venecianos con la verdad a través de las palabras de un amigo: “Jamás digo una mentira, pero la verdad no se la digo a cualquiera”. Su ensayo autobiográfico, en cambio, no puede ser más sincero y cercano. Su título responde, eso sí, a una pregunta sin respuesta. “Nadie sabe a ciencia cierta por qué ciertas personas descubren en la infancia dentro de sí mismas la incuestionable convicción de que, a pesar de todas las pruebas físicas, en realidad pertenecen al sexo opuesto”, escribe la autora, nacida James Humphry Morris y que se sometió a un cambio de sexo en 1972 en Marruecos.
“Freudianos y antifreudianos, sociólogos y ambientalistas, familiares y amigos, personas de confianza y conocidos, editores y agentes, hombres de Dios y hombres de ciencia, cínicos y compasivos, desinhibidos y mojigatos… Todos ellos han hecho estas preguntas a lo largo de mi vida, y a menudo han proporcionado también las respuestas, pero para mí continúa siendo un enigma. Que así sea”, proseguía la autora. Enigma es un libro empático y un extraordinario relato de amor hacia su pareja, Elizabeth, y sus cinco hijos y, en gran medida, la narración del descubrimiento de su propia vida.
En una preciosa entrevista en El País Semanal, Jacinto Antón le preguntó por las cosas que determinaban su existencia y Morris respondió: “Creo en la importancia primordial de la bondad. Algo que me parece no una abstracción, sino una energía positiva real. La bondad y el amor. Con ellos puedes afrontarlo todo. Y si amas con fuerza, lo haces todo tuyo, las cosas, las ciudades, tu tierra”. Para afrontar un debate tan delicado, que afecta a los enigmas de la humanidad, tal vez sea necesaria no solo la literatura de Morris, sino su actitud ante la vida.