Cristina Araújo se alza con el Premio Tusquets con una novela sobre una violación grupal
‘Mira a esa chica’ es el primer libro de la autora madrileña afincada en Fráncfort. “Quiero escribir cosas que la gente no se atreve a decir que piensa”, afirma
Una novela que arranca como una historia de adolescentes al final de un verano y que da un giro dramático para acabar narrando las consecuencias de la agresión sexual que una joven sufre por parte de un grupo de chicos. El audaz puzle que propone la novelista debutante Cristina Araújo Gámir (Madrid, 42 años) en Mira a esa chica se compone de muchas piezas: del antes, del después, de los distintos puntos de vista de compañeros y compañeras de instituto, de los pensamientos de los agresores, de los padres y de los otros adultos (médicos, abogados).
Todo eso fue determinante en el f...
Una novela que arranca como una historia de adolescentes al final de un verano y que da un giro dramático para acabar narrando las consecuencias de la agresión sexual que una joven sufre por parte de un grupo de chicos. El audaz puzle que propone la novelista debutante Cristina Araújo Gámir (Madrid, 42 años) en Mira a esa chica se compone de muchas piezas: del antes, del después, de los distintos puntos de vista de compañeros y compañeras de instituto, de los pensamientos de los agresores, de los padres y de los otros adultos (médicos, abogados).
Todo eso fue determinante en el fallo unánime del XVIII Premio Tusquets de Novela a favor de Araújo en una convocatoria a la que se han presentado más de 700 manuscritos. Así lo explicó Antonio Orejudo, presidente de un jurado compuesto por Sara Mesa, Eva Cosculluela, Marta Barrio (ganadora del año pasado) y el director literario del sello Tusquets, Juan Cerezo. El propósito de este galardón, dotado con 18.000 euros y que admite el envío de manuscritos por correo electrónico, es “descubrir nuevas voces”, enfatizó Cerezo. Y anunció que con Mira a esa chica ―que llegará las librerías el 19 de octubre— “ha nacido una autora”.
El acta del jurado que leyó Orejudo en Barcelona este miércoles por la mañana describe la obra de Araújo como “deslumbrante y adictiva”. Su tratamiento “nada maniqueo” de un episodio tan delicado les convenció de que era el texto más interesante. “La violación en grupo de una muchacha adolescente es un asunto delicado para hacer una novela, porque existe el riesgo de convertir la obra en un panfleto sobre buenos y malos”, reflexionó Orejudo. “Lo que me sedujo es que este libro huye de la narración fácil. La literatura sirve para ponerte en el lugar de los otros y este libro te pone en el lugar de todos los implicados e indaga en la gama de grises. Además, hay frescura en las descripciones y en los diálogos”. Para Marta Barrio el libro de Araújo es un “ejercicio de inteligencia” y, por su parte, Eva Cosculluela alabó la agilidad y seguridad de la autora a la hora de describir, sin caer el cliché, “unos sentimientos muy complicados”, que abarcan desde la autoestima de las mujeres jóvenes, hasta la distinta manera que se tiene de juzgar a hombres y mujeres.
Una novela de Joyce Carol Oates, Hermana mía, mi amor, sobre la muerte de una niña, reina de los concursos de belleza en EE UU, dio algunas de las claves fundamentales a Cristina Araújo Gámir y la impulsó a escribir sobre un tema que la venía rondando, según explicó. Las distintas fórmulas narrativas que incluyó la maestra estadounidense en ese libro animaron a Araújo a explorar voces. Así, en Mira a esa chica emplea la segunda persona para meterse en la cabeza de la víctima, y recurre a la tercera persona para describir los pensamientos y las acciones de los demás; también hay hilos de mensajes entre los agresores y transcripciones del imaginado juicio. “Quería incluir los distintos puntos de vista y me enfoqué en los compañeros de instituto. Unos la dejan de lado, otros solo buscan guardar las apariencias. Me fascina la psicología interna cuando leo y he intentado llevarlo a este libro”, explicó esta licenciada en filología inglesa, que reside en Fráncfort desde 2011, donde se dedica a la grabación de vídeos para médicos y sanitarios sobre el sector.
Desde informes sobre los protocolos médicos a los que se somete a las víctimas que pueden prolongarse durante un año, hasta transcripciones de los juicios y entrevistas con abogados y enfermeras, pasando por novelas y series, la autora ganadora del premio Tusquets indagó a fondo. “Cuando escribía me daba miedo pensar que me juzgaran, me preocupaba lo que algunos lectores pensaran, pero tampoco quería pasar de puntillas y mis amigas que lo leyeron no creyeron que yo fuera el demonio”, contó en su primer encuentro con la prensa este miércoles. Araújo mencionó a Emma Cline, Joan Didion o Annie Ernaux como escritoras que le gustan particularmente. “En la carrera solo leía a los clásicos porque iba de estupenda. Pero afortunadamente eso cambió y he encontrado autoras que son muy sinceras”, comentó. “Yo quiero escribir cosas que la gente no se atreve a decir que piensa”.
Con el fallo de esta XVIII edición de su premio de novela, Tusquets estrena nuevo formato para la presentación de su galardón, y en la tarde de este miércoles celebrará una fiesta en Barcelona. El colombiano Evelio Rosero fue el primero en ganar el Tusquets, que también ha recaído en ediciones pasadas en Fernando Aramburu, Rafael Reig, María Tena, Bárbara Blasco o Elisa Ferrer.