La Feria del Libro de Madrid vuelve a la normalidad entre el calor y la multitud

Las altas temperaturas no frenan al público de todas las edades que se acerca al parque del Retiro para encontrarse con libros y autores

Visitantes recorriendo el parque del Retiro de Madrid este sábado para visitar la Feria del Libro.Jaime Villanueva

En la noche del viernes, un guardia de seguridad amenazaba con correr el candado y forzar a cruzar el Retiro para buscar otra salida al grupo de editores, escritores, comunicadores y gente diversa del mundo del libro que remoloneaba a las puertas del pabellón de Cecilio Rodríguez, con el graznido de los pavos reales de fondo. Allí se había celebrado el cóctel con el que el gran grupo Penguin Random House marca la ...

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En la noche del viernes, un guardia de seguridad amenazaba con correr el candado y forzar a cruzar el Retiro para buscar otra salida al grupo de editores, escritores, comunicadores y gente diversa del mundo del libro que remoloneaba a las puertas del pabellón de Cecilio Rodríguez, con el graznido de los pavos reales de fondo. Allí se había celebrado el cóctel con el que el gran grupo Penguin Random House marca la apertura de la Feria del Libro de Madrid (hasta el 12 de junio). Otra fiesta sucedía unas calles más arriba, en el Hotel Wellington, donde la editorial Anagrama reunió a un buen número de sus autores con el fundador Jorge Herralde, su esposa Lali Gubern y la actual directora del sello Silvia Sesé. Las siguientes reuniones librescas se sucedieron en los bares del centro de Madrid, pero el aire de fiesta noctámbula volvió a ser más de romería diurna y popular este sábado.

A las 10.30 se abrieron las casetas y el público llenó el paseo de coches del parque del Retiro. Sin mascarillas ni distancia de seguridad y, por primera vez en muchos años, sin megafonía que anunciara quién firmaba dónde. Había que tirar de móvil y de app para dar con la información y el mapa, confiar en que no se cayera la cobertura o buscar a alguna persona con gorro naranja en los puntos de información. El recorrido es siempre recto, así que hay poco margen de pérdida, pero según iban subiendo las temperaturas, el paseo se hacía más meritorio, y la entrada en los pabellones centrales, convenientemente refrigerados, más necesaria. Los encuentros y celebraciones matinales (horario de Madrid, es decir, mediodía y más allá) incluyeron, entre otras cosas, una mesa redonda para celebrar el medio siglo de la editorial Akal y un sonoro taconeo flamenco de la performance Danzar la Palabra.

Una de las primeras colas destacables era de niños con padres que esperaban su turno para encontrarse con Pedro Mañas, autor de la serie de Anna Kadabra. En frente se encontraba firmando a todo firmar Rosa Montero. Un poco más allá, los dueños de la librería Tipos Infames se habían repartido las tareas para que el más futbolero y madridista pudiera ver la final de de la Champions, y contaban que este año han decidido prescindir de la presencia de autores —una excepción, ya que hasta el 12 de junio habrá más de 3.200 firmas programadas en muchas de las 378 casetas y en los cuatro espacios reservados para quienes atraigan a masas—.

Un grupo de cinco amigas de entre 13 y 15 años tomaban un refresco, sentadas en el suelo, esperando su turno para encontrarse con Inma Rubiales. Desmontan con contundencia los estudios sobre hábitos de lectura en la adolescencia que apuntan a una caída en picado: la media de libros leídos en lo que va de año por cabeza es de 13 títulos (obras de Joana Marcus, Rebeca Stones o Alina Not, todas autoras españolas, que adquieren normalmente en la librería Punto Y coma de Leganés). “Unos dejan de leer y otros se enganchan más”, zanja Inés, una de ellas. La cola de adolescentes es también notable en la caseta donde firma Blue Jeans, y los muchos admiradores de Santiago Posteguillo prueban la buena salud de la que goza la ficción histórica.

Un lector tendido en el Paseo de Coches en la Feria del Libro de Madrid este sábado. Jaime Villanueva (EL PAÍS)

La feria y los libros no son patrimonio exclusivo de escritores, así que en este peculiar termómetro de popularidad también puntuaban alto este sábado los políticos Manuela Carmena y Miguel Ángel Revilla. De vuelta a lo literario, Javier Cercas congregaba a un público variado: jóvenes con los libros de la trilogía Terra Alta, mayores con títulos anteriores. Los muchos fans de Mariana Enríquez acudían en procesión, muchos con sorprendentes regalos como el disco de la banda noruega de black metal Mayhem, con la misma portada que la autora argentina llevaba estampada en la camiseta que lucía, casualidad casi de médium que dejó pegada a la autora de Nuestra parte de noche.

Nuevas librerías

“Aquí hay un espíritu de verdad de feria”, apunta Andrea Stefanoni, la librera de Buenos Aires que hace menos de un año abrió Mistral en el centro de Madrid y que se estrena en el Retiro. “Si es rentable aún no lo sé, pero creo que es un esfuerzo que vale la pena”. El cálculo que Daniel de la Riva, librero de Graduados con caseta por primera vez en esta feria, es de cerca de 30.000 euros para cubrir los gastos y quedar en paz: “Mis clientes de Parla [Madrid] me están apoyando, vienen a verme al Retiro y yo también voy a traer a autores e ilustradores de allí a firmar aquí. Hoy solo podré ver la segunda parte del partido, pero el Real Madrid ya tiene 13 copas y yo una Feria del Libro”. Sofía Balbuena, fundadora de la librería Lata Peinada especializada en literatura latinoamericana con sedes en Barcelona y Madrid, es también debutante, y considera que las tarifas y seguros que hay que pagar para estar en el Retiro no son excesivos; le da tranquilidad saber que si los libros se dañan o algo ocurriera estará cubierta. “Ver este caudal de gente que circula por aquí en torno a la literatura es impresionante”, apunta. ”Me sorprende este vínculo tan directo que se da en España entre los autores y los lectores. Madrid es una ciudad muy social y aquí se nota”, añade.

El domingo, más firmas, más calor y entre las actividades previstas, las siguientes: una charla sobre los límites de la autoficción con Milena Busquets, David Jiménez y Alberto Moreno; una conversación en torno a la adaptación cinematográfica de El comensal, la novela de Gabriela Ybarra, y una entrevista con el músico y escritor Santiago Auserón.


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