Cuarenta años del Salón del Cómic de Barcelona: cuando se podía fumar en el recinto y los niños acudían vestidos de Primera Comunión
La feria, que arranca este viernes, celebra su aniversario con una exposición sobre su historia, la vuelta a la presencialidad, un homenaje a Miguel Gallardo y pasando de puntillas por la polémica del Gran Premio del año pasado
En el primer Salón del Cómic de Barcelona, en 1981, no solo se podía fumar, sino que había una caseta en la que vendían tabaco; se veían niños que acudían vestidos de Primera Comunión directamente de la ceremonia (y nadie pensaba que fueran cosplayers), Moebius y Will Eisner paseaban por ahí como si fueran simples mortales y un artículo de prensa sintetizó de la convocatoria: “El éxito ha sorprendido a muchos”. Entonces, ni el mayor fan de los superhéroes podía imaginar que tendrían película propia Dan Defensor, Nick Fury, Loki y hasta Namor. En ediciones posteriores seguirían pasando p...
En el primer Salón del Cómic de Barcelona, en 1981, no solo se podía fumar, sino que había una caseta en la que vendían tabaco; se veían niños que acudían vestidos de Primera Comunión directamente de la ceremonia (y nadie pensaba que fueran cosplayers), Moebius y Will Eisner paseaban por ahí como si fueran simples mortales y un artículo de prensa sintetizó de la convocatoria: “El éxito ha sorprendido a muchos”. Entonces, ni el mayor fan de los superhéroes podía imaginar que tendrían película propia Dan Defensor, Nick Fury, Loki y hasta Namor. En ediciones posteriores seguirían pasando por el Salón grandes nombres del cómic: Hugo Pratt, Stan Lee, Art Spiegelman, Uderzo, Frank Miller, Vittorio Giardini… En 1982 se reunirían en una mesa redonda Forges, Cesc y Perich. En 1997 resucitaría Pumby en una muestra sobre su padre José Sanchis. En 2003 triunfaría Shin Shan. Y la edición de 1996 la inaugurarían la ministra de Cultura Carmen Alborch y la infanta Cristina, que no iba caracterizada de la Bruja Escarlata. Son algunas de las anécdotas que figuran en la exposición sobre la historia de la gran feria internacional de la historieta que conmemora esta edición sus 40 años de vida (no se hizo en 1986).
La nueva cita tiene otro motivo de celebración, como recuerda a EL PAÍS su directora, Meritxell Puig: “Es el Salón del retorno, de la alegría y la fiesta, de la vuelta a la presencialidad después de dos ediciones virtuales en dos años muy difíciles, y ya sin restricciones sanitarias”. La directora matiza que, aunque no es obligatoria se recomienda la mascarilla, que queda muy superhéroe, conviene; y subraya que el recinto ofrece en todo caso garantías totales de ventilación.
La exposición sobre los 40 años de historia del Salón la ha comisariado Toni Guiralt y tiene tres ejes. El primero es un time line que revisa muy gráficamente lo que ha pasado en el mundo del cómic desde 1964 hasta 2022, con la idea de que “para que exista el Salón tuvieron que pasar cosas antes”, y que se complementa con unas vitrinas con publicaciones de la propia feria, bocetos de carteles y otro material. El segundo eje es una revisión de los 40 años en una serie de altos cubos con información en cada cara, edición por edición, desde la primera de 1981 hasta la actual (aún en blanco): exposiciones de cada año, invitados, recortes de prensa (están los Extras que lanzó EL PAÍS con motivo del Salón), o los premios (desde 1988, cuando nace para hacerse cargo de la organización Ficomic). El Salón, se señala, ha tenido solo cuatro localizaciones: la Fira de Montjuïc en la que arrancó y a la que ha vuelto desde 2005, en la 23ª edición, las Drassanes, el Born y la Estación de Francia.
El tercer eje es un intento de explicar qué ha pasado en la industria del cómic en estos 40 años, desde que existe el Salón y con este como factor receptivo y también sujeto activo: la generalización de las librerías especializadas, el boom de las revistas de cómic, fenómenos como los del comic-book, la explosión del manga en el 92, la irrupción de la novela gráfica… En la exposición figuran también los 34 autores que han ganado el Gran Premio, desde Alfons Figueras a Antonio Martín (a señalar que solo figuran tres mujeres: Anna Miralles, 2009, Purita Campos, 2013, y Laura Pérez Vernetti, 2018).
En cuanto a la polémica por, precisamente, el premio a Martín el año pasado, que generó descontento en el mundo del cómic por considerar muchos profesionales que ese galardón especial debía recaer en un artista y no en un historiador o divulgador como el premiado, no hay ninguna referencia en las exposiciones. Giralt, que fue jurado la pasada edición, considera que “no había por qué” explicarlo y que polémicas en la vida del premio del Salón “ha habido otras”. La directora, por su parte, le quita hierro también al asunto, pese a reconocer que hay autores que mantienen su posición de no acudir al Salón por el affaire. “Seguimos hablando, me gusta el diálogo, escucho a todo el mundo y entiendo que haya quien decida no venir, pero el Salón vale la pena”, dice. Recalca que se han cambiado las bases del premio para que la situación no vuelva a producirse. Ahora se especifica claramente que optan al Gran Premio Cómic Barcelona solo “guionistas, dibujantes o coloristas”.
Meritxell Puig señala también que pese a algunas críticas y que “cuesta cambiar” continúan desplegando su proyecto, que apuesta por contemplar “toda la variedad del cómic”. La directora, cuyo contrato no especifica su duración en el cargo, presta atención a sectores que considera que necesitan más apoyo como las pequeñas y micro editoriales o los fanzines. También pone énfasis en la presencia de mujeres en el sector y en la pedagogía, con atención a la creación de nuevos lectores, potenciando el espacio ComicKids.
De la ausencia de las grandes exposiciones temáticas espectaculares que tanto juego dieron en etapas pasadas del Salón (y que llevaron a que hubiera coches clásicos, aviones y hasta un tanque), dice que no ve la necesidad de centrarse en un tema que, opina, “te encajona”. La alternativa, subraya, es “más diversidad”. En cuanto a la relativa poca presencia de autores internacionales (están entre otros, el gran Jacques Tardi, que trae su Elise y los nuevos partisanos; Jérôme Lereculey, Kath Leyh, autora de Sirenas borrachas; Peter Bagge, Sara Varón o Brecht Evens), señala que han priorizado a los autores de casa en consideración a la fiesta de 40 años y teniendo en cuenta que al diseñar el programa de invitados no estaba aún clara la situación de la pandemia y cómo afectaría a los viajes
Otra de las exposiciones centrales de esta edición es la dedicada al fallecido en febrero pasado Miguel Gallardo, muy vinculado al Salón —es el único autor que ha dibujado tres carteles de la feria, incluyendo el primero—, y que ha comisariado Roser Messa. Se compone de 71 originales del artista y diferente material documental, con algunas cosas personales muy emotivas que ha cedido su viuda. La muestra no está organizada cronológicamente sino por temas e incluye páginas de series, dibujos de sus famosos personajes, autorretratos, fotos, portadas de discos, carteles (la Merçè o la feria de abril), cartas de fans, recortables, homenajes a otros autores, y hasta un ejemplar del célebre juego El pase: como la Oca, pero que cuando caes en la prisión es, claro, la Modelo. Por la exposición deambulan Makoki, Loperena, Niñato, Buytaker, Blasito… También hay ejemplares de sus preciosos libros sobre María, su hija autista. Y el pin que creó y que lució en el espacio el astronauta Pedro Duque, algunos de los Naranjitos que coleccionaba (nadie es perfecto), y un curioso álbum de cromos que hizo con Curro, la mascota de Sevilla 92. Entre lo más interesante, las cinco planchas de una historia inédita en la que llevaba a su inolvidable pandilla a la División Azul y en la que se puede ver a sus estupefactos personajes en la portada de Signal, la revista del ejército alemán, condecorados como veteranos de la batalla de Krasny Bor. También hay dibujos de una serie de personajes famosos que le interesaban especialmente, como Santo, el luchador enmascarado de plata mexicano.
La tercera exposición de bandera de este año es la que monta el célebre autor Cels Piñol en el marco del nuevo espacio Comic Fantasy y que está dedicada a los juegos de rol, “que viven una nueva edad de oro”. Piñol (al que por cierto una foto en la exposición sobre los 40 años lo muestra haciendo cola para que le firme Stan Lee) está entusiasmado con el encargo y explica que ha organizado un recorrido por todos los juegos de rol, con material ya histórico como las cajas rojas de Dungeons & Dragons (30 años de la edición española) “que tendremos que poner en vitrinas blindadas”, apunta con pasión de fan. El espacio-exposición reúne a clubes, y dibujantes y guionistas que son jugadores y que harán en directo grandes campañas. Se ofrecerán también partidas demostración, se contará con un tablero gigante de Carcassone, de Devir Iberia, y se jugará una partida de rol en vivo de Humanos vs. Zombies. No podía faltar un espacio dedicado a Fanhunter, el popular juego a partir del cómic del propio Piñol.
40º salón del cómic
De viernes a domingo, de 10 a 20 horas. Entradas a 10 euros en la web y a 12 euros en taquilla (hay distintos descuentos y los menores de 5 años no pagan).