La titiritera Helena Millán: “El amor puede convertir a cualquiera en marioneta”

Fundadora y directora de su propia compañía, ha sido pionera en un mundo en el que las mujeres a menudo han tenido un papel subsidiario

La marionetista Helena Millán, fotografiada en Barcelona con Valero el panadero, uno de sus títeres.Carles Ribas (EL PAÍS)

Helena Millán (Zaragoza, 64 años) es la Geppetto maña: considerada una de las mejores marionetistas de España, construye además ella misma magistralmente sus títeres, muchos de madera de tilo, dotándolos de una expresividad y una vida extraordinarias. “Tengo el don”, dice. Hasta hizo uno de cinco metros. Fundadora y directora de su propia compañía, Títeres de la tía Elena, ha sido pionera en un mundo donde demasiado a menudo las mujeres, como recuerda su colaborador, el escritor e historiador de los títeres Adolfo Ayuso, se habían limitado a confeccionar la ropa de las marionetas, a cobrar la ...

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Helena Millán (Zaragoza, 64 años) es la Geppetto maña: considerada una de las mejores marionetistas de España, construye además ella misma magistralmente sus títeres, muchos de madera de tilo, dotándolos de una expresividad y una vida extraordinarias. “Tengo el don”, dice. Hasta hizo uno de cinco metros. Fundadora y directora de su propia compañía, Títeres de la tía Elena, ha sido pionera en un mundo donde demasiado a menudo las mujeres, como recuerda su colaborador, el escritor e historiador de los títeres Adolfo Ayuso, se habían limitado a confeccionar la ropa de las marionetas, a cobrar la entrada en la barraca y a espantar a los niños que se querían colar. Millán ha estado en Barcelona en el festival de títeres Ròmbic en el Ateneu Popular 9 Barris. Acude a la entrevista con uno de sus títeres de guante favoritos, Valero el panadero.

Pregunta: ¿A cuál de los dos me dirijo?

Respuesta: Al que quieras, él me ha enseñado a hacer pan, tiene una pala y un horno, pero no los ha traído. ¡Mira cómo chupa plano para la foto!

P. ¿Es al que más cariño le tiene?

R. No, ese es Grock, el payaso, creado a imagen del famoso clown suizo real. Tiene su mismo espíritu gamberro. Me hace cada cosa…

P. ¿Tienen vida propia sus marionetas?

R. Sí, crean su propia personalidad a lo largo de los años, un personaje. Cuando me los pongo en la mano o tomo sus hilos están vivos. Son actores. A veces me encuentro pensando. “Mira lo que se le ha ocurrido a Grock”.

P. ¿Da un poco de miedo eso?

R. Para nada, no he encontrado a nadie con fobia a las marionetas. Bueno, Grock a veces inquieta, por su cara, pero porque es un payaso.

P. ¿Somos todos marionetas de alguien?

R. Sí, si no de alguien en concreto, sí de muchos factores que se combinan y nos condicionan. Hay que esforzarse para ser independientes, desarrollar independencia interior.

P. ¿Enamorarnos nos vuelve títeres?

R. El amor te puede convertir en marioneta, hasta que aprendes. Todos tenemos experiencias de eso.

P. ¿Maneja alguien a Putin?

R. Lo maneja su propio ego.

P. Hay que ver lo que da de sí el tema.

R. Tiene algo muy filosófico, todo lo que engloba, está ahí Dios incluso. Puedes sentirte Dios con ellas, el que las maneja o tira de sus hilos, eso de que “este hace lo que yo le digo”, aunque yo no tengo sensación de dominio.

P. Que te digan marioneta tiene algo de despectivo.

R. Me fastidia mucho que se use como término peyorativo También pasa con la palabra payaso, y también me disgusta.

P. Técnicamente, ¿hilo o guante?

R. Los primeros 10 años trabajé solo con guante. Era el tiempo que decían que hacía falta para hacerlo bien, entonces conocí a Pepe Otal y empecé con las de hilo. La gente piensa que el guante es muy fácil, no estoy de acuerdo. Es más arriesgado con el hilo porque estás más lejos y puede haber un accidente, pero es más difícil hacer creíble el títere de guante. Tiene mucha energía y expresividad, es muy directo.

P. Hace marionetas para adultos.

R. Se puede hacer de todo, tengo un monólogo de una marioneta que se encuentra un ahorcado. Y el espectáculo galardonado sobre Santiago Ramón y Cajal. Y otro de flamenco. Y una equilibrista, Candela, rebelde, que quiere ser bailarina aunque no le he hecho los pies para ello. Es rusa, eso le da muchos problemas ahora, pobrecita.

P. Tiene un Pinocho que no es el de Walt Disney.

R. ¡Walt Disney destrozó a Pinocho! Hay que recuperar el original, el de Carlo Collodi.

P. Dicen que les pone un corazón pequeñito de madera a sus marionetas. ¿Es una leyenda?

R. A alguna.

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