Band of Horses, inspiración tras la tormenta

La banda estadounidense liderada por Ben Bridwell regresa después de seis años con un disco que surgió después del “final de algunas relaciones personales”

Ben Bridwell, líder de Band of Horses, en una imagen de 2022.

Hay cierta mansedad en la escena que muestra a Ben Bridwell (Carolina del Sur, 43 años), líder del grupo Band of Horses, en su casa de Carolina del Sur. Para él son las 10 de la mañana de un lunes en plena promoción del lanzamiento del sexto álbum de la formación, Things Are Great (4 de marzo, BMG). En la ventana de Zoom por la que el cantante atiende a este medio, se puede ver a un perro descansando sobre un sofá en un segundo plano de la estancia, ...

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Hay cierta mansedad en la escena que muestra a Ben Bridwell (Carolina del Sur, 43 años), líder del grupo Band of Horses, en su casa de Carolina del Sur. Para él son las 10 de la mañana de un lunes en plena promoción del lanzamiento del sexto álbum de la formación, Things Are Great (4 de marzo, BMG). En la ventana de Zoom por la que el cantante atiende a este medio, se puede ver a un perro descansando sobre un sofá en un segundo plano de la estancia, a la que entra una fuerte luz del exterior. “En realidad el día está un poco lluvioso y triste, creo que son las luces de mi viejo ordenador, que no están bien ajustadas”, reconoce el músico. Pasado por este filtro accidental, Bridwell parece tan insondable como las relaciones que disecciona en sus canciones, en especial en Things Are Great, todas escritas antes de la pandemia pero todas reconocibles en cada vendaval de sentimientos que esta desató.

Las relaciones de la gente son tensas, especialmente cuando te ves obligado a vivir con alguien a quien no quieres ver todo el tiempo

“Mis canciones hablan de lo extraño y patético de las relaciones”, reflexiona Bridwell. La insatisfacción y la adicción que generan muchas veces las relaciones personales centran el leitmotiv en las canciones de este nuevo trabajo, que llega seis años después de Why Are You Ok y que recoge muchas de las vivencias de la banda en este periodo. Musicalmente es rock suave, con influencias tanto del country como del folk. Ahora, desde la perspectiva de un mundo emocionalmente patas arriba, confiesa: “Las relaciones de la gente son tensas, especialmente cuando te ves obligado a vivir con alguien a quien no quieres ver todo el tiempo. Espero que estas canciones resulten, en cierto modo, curativas para la gente que ha pasado por situaciones similares o, ya sabes, simplemente por el fin de una relación o por la desesperación que los tiempos nos han traído”.

Lucille, así se llama el animal, se gira de pronto panza arriba y levanta sus patas poderosa, sabiéndose protagonista también. Parece que la entrevista no la perturba: “Ella es feliz tumbándose en el sofá y pasando el rato conmigo”, comenta su dueño. La mastín de Bridwell es la relación más famosa del músico: su perfil en Instagram está salpicado de fotos de la perra a las que los seguidores no pueden resistirse. En cambio, el fundador de Band of Horses asegura no ser un gran amante de lo digital: “Honestamente, no me gusta demasiado estar mirando el móvil, buscando en él cualquier cosa posible del universo. Creo que a veces es agradable tener una cantidad limitada de opciones”. El lanzamiento de su sexto álbum tuvo que aplazarse por un retraso en la producción de los vinilos. Sobre este formato, se proclama un fanático: “Me encanta escuchar discos físicos y leer los periódicos y las revistas impresas. El acto de tener que levantarme para dar la vuelta al vinilo es para mí muy especial”.

Consciente del papel de la música y de los agentes culturales en esta época de desinformación y mensajes contradictorios, Ben Bridwell no puede ignorar en cambio el poder de las grandes plataformas digitales para llegar a todo el mundo. Sobre la reciente polémica de Spotify y la estampida de Neil Young por las falsas informaciones sobre las vacunas contra la covid, se pronuncia: “Respeto el derecho de cualquier persona a quedarse o a abandonar si no está de acuerdo con lo que se difunde, pero a algunos artistas nos pone en un aprieto porque no podríamos retirar toda nuestra música, todo ese poder curativo que tiene, aunque quisiéramos hacerlo”.

Estas controvertidas plataformas digitales han publicado los tres adelantos de Things Are Great con los que los fans de la banda han podido acercarse al próximo álbum. Los sencillos Cructh, In Need of Repair y Lights son el principio del fin de un proceso casi expiatorio para Ben Bridwell. El cantante reconoce que tras Why Are You Ok quería sacar un disco rápido. Hicieron lo que les había funcionado antes, pero esta vez las cosas no fluían: “Creo que el material, las canciones, tal vez no eran tan buenas como las que puedo escribir. En 2018 volví a Charleston y conocí a Wolfgang Zimmerman, que entonces trabajaba en un garaje. Nos metimos en un estudio y comenzamos a grabar juntos. Esta época fue el final de algunas relaciones personales y creo sinceramente que esto me dio perspectiva para escribir melodías mejores”. Sobre su implicación en la producción del disco, añade: “En realidad lo que hice fue divertirme, dejarme llevar, aceptar los defectos de mi música, incluso acentuarlos, y sacar lo que para mí es el sonido real de Band of Horses. Creo que el resultado es un disco más fresco”.

Fue el final de algunas relaciones personales y creo sinceramente que esto me dio perspectiva para escribir melodías mejores

Con Lucille aún detrás, inmutable y como hipnotizada por la cadencia de sus respuestas, Ben Bridwell sonríe evocando todo lo que vendrá ahora. La gira, que han tenido que retrasar por el “corona madness”, incluyendo los conciertos previstos en Madrid (La Riviera) y Barcelona (Razzmatazz), que iban a ser en marzo y ahora se pasan a noviembre. Pero antes la banda tiene previsto otro viaje entre verano y principios de otoño. Saldrán acompañando a The Black Keys en todas las fechas del próximo Dropout Boogie Tour, en el que los de Ohio presentarán su disco de versiones de blues Delta Kream: “Me encantan ese tipo de giras combinadas, como las que hemos hecho con Pearl Jam, My Morning Jacket o Neil Young. Subes, tocas durante 40 minutos y ya has terminado. No tienes toda la presión de la banda titular. No tienes que estar preocupado por una prueba de sonido porque probablemente no la tendrás y ni siquiera importa. Es bueno para la banda y para los fans, para que se conozcan y compartan”.

Bridwell se ríe al acordarse de una anécdota del pasado con Dan Auerbach (The Black Keys): “No les conozco personalmente, pero esto de la gira conjunta es gracioso porque ellos hace mucho se burlaron de nosotros en la revista Rolling Stone. Nuestros álbumes salían al mismo tiempo y en una entrevista nos llamaron vana horses (un juego de palabras con el nombre de la banda, algo como caballos vanales). Después el cantante me llamó para disculparse y yo por supuesto acepté sus disculpas”. Ahora ambos compartirán escenario en 32 fechas. Son las vueltas de la vida, y de las relaciones.

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