Países Bajos revisa la independencia de su colonia Indonesia en una gran exposición
El museo Rijksmuseum de Ámsterdam recoge en una muestra la lucha y creatividad surgida en el periodo revolucionario de 1945 a 1949
La Segunda Guerra Mundial terminó el 15 de agosto de 1945 con la rendición de Japón. Dos días después, Indonesia, entonces una colonia de Países Bajos, declaró su independencia y dio comienzo lo que en términos nacionales se denomina Revolución. Unida a una revuelta social interna, el conflicto armado se prolongó hasta 1949 y hubo miles de muertos, muchos de ellos civiles. En ese periodo convulso, artistas y políticos formaron una vanguardia para crear una imagen de la lucha dentro y fuera de sus fronteras. En una muestra titulada Revolusi! Indonesia Independiente, el ...
La Segunda Guerra Mundial terminó el 15 de agosto de 1945 con la rendición de Japón. Dos días después, Indonesia, entonces una colonia de Países Bajos, declaró su independencia y dio comienzo lo que en términos nacionales se denomina Revolución. Unida a una revuelta social interna, el conflicto armado se prolongó hasta 1949 y hubo miles de muertos, muchos de ellos civiles. En ese periodo convulso, artistas y políticos formaron una vanguardia para crear una imagen de la lucha dentro y fuera de sus fronteras. En una muestra titulada Revolusi! Indonesia Independiente, el Rijksmuseum, de Ámsterdam, ha reunido 20 historias personales que reflejan el combate, pero también la creatividad e impulso derivado de la formación de un nuevo Estado libre.
Como ya hiciera en 2021 con su primera exposición dedicada a la esclavitud, el Rijksmuseum presta atención a otro capítulo oscuro e inseparable de la historia nacional holandesa. Una vez más, vertebra la narración de unos hechos trágicos a través de recorridos vitales. Es el legado de testigos oculares, en este caso, soldados, artistas, políticos, diplomáticos o periodistas, recogido por conservadores de ambos países. Tratándose del museo de arte e historia de Países Bajos, se presenta el compromiso político de los artistas a través de carteles, grafitis, fotografías o panfletos. Un material confiscado en muchas ocasiones por los servicios de espionaje holandeses, y que se ha podido exhibir por primera vez en colaboración con los Archivos Nacionales de Países Bajos.
“La mirada holandesa sobre esta parte de una historia compartida es todavía local. Tratamos de que haya variedad de perspectivas”, ha dicho este martes Marion Anker, conservadora junior, durante la presentación telemática de la muestra. Taco Dibbits, director del museo, ha añadido que “no se trata de que la gente se sienta culpable o avergonzada. Es una exposición sobre la gente, inmersa en un conflicto internacional, y presenta la complejidad de una historia común para tratar de mirar juntos hacia el futuro”. En 2020, el rey Guillermo de Orange se disculpó por la violencia excesiva en la época colonial.
En Revolusi! se abordan temas como la lucha armada, la juventud o la militancia a través de escenas cotidianas y de pelea, o bien por medio de retratos de personajes relevantes. Destacan, entro otros, los dibujos de Mohamed Toha, un niño que tenía 11 años en 1948, y recogió momentos como el arresto de varios hombres considerados sospechosos por parte de los soldados holandeses. Figuran también las cartas escritas a sus padres por el soldado voluntario holandés Hans van Santen, donde relata la violencia en Sumatra. Desde el Palacio Presidencial se han cedido por primera vez siete pinturas que simbolizan el espíritu de la gente que luchaba por librarse del yugo colonial.
Taco Dibbits ha matizado el uso del término bersiap (prepárate) en la muestra. Ha dicho que si bien hay expertos invitados que han declinado usarlo en el montaje de la muestra, el museo sí lo hará. Hace referencia al periodo entre agosto de 1945 y diciembre de 1946, en el momento de la retirada de las tropas japonesas del archipiélago y antes de que los militares británicos cedieran el paso a los holandeses hasta la independencia final. Ambas partes cometieron excesos. Por el lado holandés, hubo quema de aldeas, torturas y ejecuciones sumarias. Más de 20.000 civiles indoeuropeos perecieron a manos de guerrilleros independentistas indonesios.
En un artículo publicado este lunes en el rotativo NRC Handelsblad, el conservador invitado, Bonnie Triyana, señala que bersiap suele utilizarse entre los holandeses para referirse a “indonesios primitivos y violentos, cuando la raíz del problema era la injusticia colonial”. Harm Stevens, conservador del Rijksmuseum, ha dicho en la misma presentación telemática que “reconocemos el sufrimiento y la violencia que afectó a la gente y dedicamos una sala a esta violencia mutua y la ponemos en su contexto”. La apertura de la muestra está prevista para el 11 de febrero.
Los actuales Países Bajos controlaron el comercio de las especias entre Europa y la actual Indonesia entre los siglos XVII y XVIII por medio de la Compañía de las Indias Orientales, que creó Batavia (Yakarta). Una vez extinguida la firma, los holandeses siguieron presentes en el territorio, denominado Indias Orientales Neerlandesas, hasta después de la Segunda Guerra Mundial. Tras la ocupación japonesa, Países Bajos quiso recuperar el control colonial, pero chocó con la declaración de independencia de 1945. En julio de 1947, soldados holandeses fueron enviados “para restaurar la paz y el orden por medio de una politionele actie [intervención policial]; hubo otra en 1948″, explica el Museo de la Resistencia. Ese tipo de operación militar se considera hoy parte de una guerra colonial. Se calcula que murieron unos 100.000 indonesios y unos 5.000 militares holandeses. La presión de Estados Unidos, de cuyo Plan Marshall dependía para recuperarse, llevó a Países Bajos a reconocer la independencia indonesia en 1949.