Carlos Acosta: “Cuba se está despertando del trauma que hemos vivido”

El célebre bailarín cubano conocido como Yuli emprende desde este viernes una gira española con su compañía, especializada en ballet contemporáneo y compuesta por bailarines compatriotas del coreógrafo

El bailarín cubano Carlos Acosta posa encima del escenario del Teatro Real en Madrid.Andrea Comas

Salió de La Habana a inicios de los años noventa como Yuli, el chico imposible que inicialmente no quería bailar. Regresó a Cuba, en 2015, como Carlos Acosta, venerada estrella del ballet mundial. Entre medias, una trayectoria extraordinaria, como de película. Y no es una metáfora, porque su hazaña la recogió Icíar Bollaín en la película biográfica Yuli (2018), por el que el talentoso bailarín ...

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Salió de La Habana a inicios de los años noventa como Yuli, el chico imposible que inicialmente no quería bailar. Regresó a Cuba, en 2015, como Carlos Acosta, venerada estrella del ballet mundial. Entre medias, una trayectoria extraordinaria, como de película. Y no es una metáfora, porque su hazaña la recogió Icíar Bollaín en la película biográfica Yuli (2018), por el que el talentoso bailarín cubano, nacido en La Habana en 1973, consiguió una nominación al Goya a actor revelación por hacer de sí mismo.

Tras una fastuosa despedida del Royal Ballet británico, donde brilló con intensidad entre 1998 y 2015, convirtiéndose en el primer Romeo negro de la historia de esa institución, y tras haber conquistado el ABT (American Ballet Theatre) de Nueva York, donde fue el primer príncipe negro en un Lago de los cisnes, el hijo pródigo volvió a casa. Acosta llegó a La Habana con un proyecto bajo el brazo que era la materialización de un sueño: Acosta Danza, una compañía de contemporáneo con talento 100% cubano.

Con ella ya ha recorrido mundo. En España, el Festival Castell de Peralada le ha apoyado y acogido desde los inicios, y ahora una gira que empieza este viernes en el Teatro Real, de Madrid, con paradas en Alicante, Vitoria, Terrassa y Pamplona, aspira a afianzarle de forma definitiva en España. “Quiero que se nos identifique con Cuba”, dice. “Tenemos el sincretismo de culturas que hay en la isla pero, al mismo tiempo, el nivel de cualquier compañía internacional de contemporáneo. Lo que ofrecemos, lo que nos distingue y nos hace diferentes, es ese sello cubano”.

Bailo cada vez menos. Tengo mi compañía, soy director artístico del Ballet de Birmingham, me gustaría crear obras y también soy padre de tres hijas. Son muchas cosas”

El programa que moverán es elocuente de la línea de danza contemporánea y actual, con fuertes exigencias técnicas, de su compañía. Incluye obras del español radicado en Londres Jorge Crecis, Raúl Reinoso o Pontus Lidberg, aunque en la gira solamente Madrid y La Factoria Cultural, de Terrassa tendrán Mermaid, de Sidi Larbi Cherkaoui, y Two, de Russell Maliphant, las únicas en las que la estrella cubana interviene. “Bailo cada vez menos”, confiesa. “Tengo mi compañía, soy director artístico del Ballet de Birmingham, me gustaría crear obras y también soy padre de tres hijas. Son muchas cosas. Yo lo que en realidad quiero es que la compañía crezca y tenga mérito sin mí, que llegue un momento en que no me necesite. Yo voy y vengo, soy el reclamo, pero los que están ahí siempre son los bailarines. Ahora emprendemos una gira importante que incluye todo el Reino Unido, Holanda y varias funciones en el Teatro Chaillot, de París, y me interesa que se valore a la compañía, no a mí”.

Imagen de la coreografía 'Satori', de Raúl Reinoso, bailada por la compañía Acosta Danza.(Kike) Enrique Smith Soto

Visto desde fuera parece una utopía montar una empresa de tal envergadura en Cuba, dada la perenne situación de precariedad en la isla, pero Carlos Acosta cree que se están produciendo cambios. “Cuba se está despertando del trauma que hemos vivido, empieza a abrirse, nos estamos descongelando. Cuando fundamos la compañía, en 2015, lo hicimos porque las condiciones estaban dadas. Tuvimos apoyo desde dentro y desde fuera, gracias a una institución europea como el Sadler’s Wells de Londres, así que funcionamos siendo un poco de Cuba y un poco del mundo. Nos hemos posicionado entre dos insignias de la isla: el Ballet Nacional de Cuba y Danza Contemporánea de Cuba”.

Salir de La Habana

El bailarín caribeño luce sonriente y feliz con su proyecto. Sin embargo, admite que en su trayectoria espectacular nada ha sido fácil. Salir joven de Cuba, el paso más arriesgado y difícil, la gran peripecia de su carrera. “Buscar tu espacio en una metrópolis como Londres no es fácil. Yo llegué al English National Ballet con 18 años y no hablaba inglés, no sabía lo que era un banco ni para qué servía una tarjeta de crédito, no teníamos nada de eso en Cuba. Cuando me enteré de que mi salario lo cobraría a través de una transferencia, yo no entendía cómo era que iban a pagarme. En la compañía todo era competitivo y difícil, vivía en una especie de limbo. Afortunadamente, estaban dos compañeros cubanos y había también asiáticos y otros latinos que me ayudaban porque era el más joven, el baby de la compañía. No tenía nada, no entendía nada, pero tenía el ballet”.

Tráiler de 'Yuli'.

Un ballet al que puso muchas trabas de niño, cuando su padre se empeñó en que se hiciera bailarín pese a su reticencia y rebeldía. En el juego entró una maestra, Ramona de Saá, que fue clave en su despegue. Asustado, se marchó de la isla con la venia de Alicia Alonso. Y de pronto, su talento se impuso en Londres, en Nueva York, en el mundo… se interesó por el contemporáneo, escuchó ovaciones, lo visitó en el camerino Lady Di y bailó los roles más codiciados del repertorio, casi todos tradicionalmente interpretados por blancos.

“Hay mucha gente que no sabe lo que es el racismo, han tenido esa suerte y no lo han vivido nunca, pero es bueno que sepan que eso existe, que se pongan en la piel del otro”, dice sobre la importancia que otorga al movimiento Black Lives Matter. “Lo más importante es que prevalezca el talento, que todos tengan las mismas oportunidades, que te dejen mostrar lo que vales. Pero estamos viendo resultados. Hay más bailarines afroamericanos, asiáticos y latinos en las grandes compañías. Yo nunca me he sentido rechazado, pero el hecho de llegar a una compañía de 80 bailarines en la que hay solamente dos mulatos es algo muy significativo”, insiste.

Acosta Danza

Teatro Real (Madrid), del 22 al 24 de octubre. Teatro Principal (Alicante), 18 de noviembre. Teatro Principal de Antzokia (Vitoria-Gasteiz), 23 de noviembre. Factoría Cultural (Terrassa), 3 y 4 de diciembre. Baluarte (Pamplona), 10 de diciembre.


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