Un James Bond “más vulnerable” para despedir a Daniel Craig
El director de ‘Sin tiempo para morir’, Cary Fukunaga, apunta que “lo interesante de las películas de 007 es que reflejan la época en que se hicieron”. El filme se estrena tras más de año y medio de retraso por la pandemia
En 2016, tras abandonar el proyecto de adaptar It, de Stephen King, por diferencias creativas, Cary Fukunaga (Oakland, 44 años) se enteró de que Danny Boyle se iba a su vez del nuevo Bond: había chocado con los productores Barbara Broccoli y Michael G. Wilson. Si el británico abogaba por un agente secreto dicharachero y divertido, los guardianes de las esencias de 007 preferían algo más serio para el final de Daniel Craig dentro de la saga. “Y decidí enviar un correo electrónico a Barbara. Le dije que si podíamos habl...
En 2016, tras abandonar el proyecto de adaptar It, de Stephen King, por diferencias creativas, Cary Fukunaga (Oakland, 44 años) se enteró de que Danny Boyle se iba a su vez del nuevo Bond: había chocado con los productores Barbara Broccoli y Michael G. Wilson. Si el británico abogaba por un agente secreto dicharachero y divertido, los guardianes de las esencias de 007 preferían algo más serio para el final de Daniel Craig dentro de la saga. “Y decidí enviar un correo electrónico a Barbara. Le dije que si podíamos hablar sobre Bond. Dos años después, firmamos, y hoy... Para mí ha sido un privilegio ser el director de la última aparición de Daniel en la saga”.
La entrevista por videollamada con Fukunaga se realiza sin haber visto previamente la película, que se estrena este viernes por todo el mundo. Tras el saludo inicial en español, advierte: “Si no te importa, aunque pueda charlar en castellano, tengo más fluidez y elegancia en inglés”. Y comienza recordando algo de su carrera: “Me parece que fue ayer cuando presenté en San Sebastián Sin nombre, y en el recorrido he hecho películas más grandes y pequeñas, aunque todas con temas que me importan”. Aquello ocurrió en 2009. Y ahora es el nuevo defensor de 007, que al inicio del metraje ha perdido hasta ese número de licencia, que porta la agente secreto que encarna Lashana Lynch. ¿Cuánto ha logrado cambiar Fukunaga de James Bond? ¿Y cuánto ha cambiado el mundo que le rodea? “Hay algo muy interesante en las películas de James Bond, y es cómo reflejan la época en que se hicieron. Cuando Daniel entró en la saga, trajo una humanidad que lo alejó de manera tremenda del personaje que interpretó Pierce Brosnan. Yo no lo he cambiado mucho, porque ya viene tocado emocionalmente de las películas precedentes, vive retirado del servicio activo. Pero el mundo sí que ha seguido avanzando y la película reflexiona sobre su lugar en este nuevo mundo”.
Por eso, Fukunaga no dudó en subrayar en una entrevista en The Hollywood Reporter que en un par de películas, y las menciona, James Bond contra Goldfinger y Operación Trueno, el personaje encarnado por Sean Connery viola a una mujer. “En 60 años todo ha cambiado tanto... Entonces no se detenía ante la negativa de una mujer. En el ADN de Bond siempre estará el flirteo, y no olvides que es un asesino despiadado, un espía sin reparos morales, pero ahora está herido, humanizado... Por ahí va mi exploración”, apunta.
Con esta reflexión, y tras haber logrado la aprobación de la censura china para el estreno en ese mercado, ¿no habrá construido un Bond más ligero, más para todos los públicos? “Permíteme recordar Casino Royale, que a mí me impresionó mucho en 2006. Ahí ya estaba toda la humanidad del personaje como nunca lo habíamos visto. Era violento, desde luego, pero a la vez vulnerable. Y a mí me interesaba seguir por ese camino, como por ejemplo hasta dónde podría mostrarse ante una mujer de la que se enamore, hasta dónde bajaría la guardia. Espero haberme acercado a Casino Royale”. En el viaje no ha estado solo, y en el equipo de guionistas estaba Phoebe Waller-Bridge, la creadora de la serie Fleabag, la segunda escritora que ha colaborado en la saga Bond. “Yo fui quien propuso su nombre, y quiero aclarar que lo hice porque es una gran guionista que aportaría su talento”. Lo dice por las distintas voces que calificaban ese movimiento como una jugada para tener al movimiento Me Too a su favor.
“Solo firmé por una entrega. Por suerte, no tengo que tomar la decisión de quién será el nuevo Bond, o si lo hará una actriz. Ni lo he pensado ni estaré presente en ese debate”
Fukunaga no es un advenedizo sin currículo. Tras Jane Eyre (2011), dirigió la primera —e insuperable— temporada de True Detective y Beast of No Nation (2015), el primer esfuerzo de Netflix por entrar en la carrera de los premios. Con la plataforma repitió en la serie Maniac (2018). Cuando acabó Sin tiempo para morir, con el agua al cuello, pensando en la primera fecha de estreno, el 2 de abril de 2020, no se quedó mano sobre mano. Mientras que el 25º filme sobre Bond se convertía en la primera superproducción en postergar su estreno por culpa de la pandemia, Fukunaga remontó en su confinamiento Good Joe Bell, con Mark Wahlberg; ha colaborado en los guiones de la serie A Soldier of the Great War y ha acabado el rodaje de la serie Masters of the Air, una secuela para Apple TV de Hermanos de sangre. Mientras, Sin tiempo para morir sufriendo varias moratorias en su estreno. “Salvo un par de ajustes de planos, no la hemos tocado”, recuerda. “Hubo momentos en que me impacienté, pero vamos, que el mundo tenía problemas más graves que encarar que el estreno de una película de entretenimiento, por muy importante que fuera para mí y los fans”.
Sin tiempo para morir corrió el posible peligro de ser estrenada en internet. “Por suerte, los productores defendieron el lanzamiento en salas”, dice el cineasta, el primer estadounidense en dirigir un filme de la saga. La película se rodó en Panavision para su lanzamiento en salas IMAX; sin embargo, en mayo Amazon compró por 8.400 millones de dólares (6.910 millones de euros) Metro-Goldwyn-Mayer, poseedora de los derechos de distribución. “No puedo imaginarme una película de Bond realizada solo para plataformas. Y menos con los productores que la salvaguardan”, los hermanos Broccoli y Wilson. “Ellos me han apoyado. Incluso en detalles como enviar algún mensaje político o social a través de la trama”. ¿Por ejemplo? “Prefiero que el público los descubra. No es un filme activista, aunque sí contiene comentarios sobre el mundo en que la rodé hace tres años”.
El cineasta solo fue contratado por una película: “Barbara no quiere saber nada más de los siguientes filmes, ni de quién encarnará a Bond, ni quién lo dirigirá, solo desea celebrar con una gran fiesta la despedida de Daniel”. Así que suelta una carcajada cuando se le pregunta: ¿hay futuro para un James Bond mujer o negro? “Solo firmé por una entrega. Por suerte, no tengo que tomar esa decisión. Ni lo he pensado ni estaré presente en ese debate”.