El Teatro Colón de Buenos Aires vuelve a la luz 15 meses después del cierre por la pandemia

El mayor coliseo de Argentina ultima los detalles para su reapertura este viernes con un aforo del 50%

Técnicos del Teatro Colón de Buenos Aires realizan tareas de mantenimiento a la araña que corona la sala principal.SILVINA FRYDLEWSKY

El Teatro Colón de Buenos Aires encendió este martes las 552 bombillas de la majestuosa araña que corona su sala principal. Un equipo de 25 técnicos bajó esta lámpara de 1.300 kilogramos, construida en Europa a finales del siglo XIX, hasta la altura de la platea para realizarle un mantenimiento, como parte de la puesta a punto del mayor coliseo lírico de Argentina en vísperas de la demorada inauguración de la temporada 2021, después del cierre impuesto hace 15 meses por la pandemia ...

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El Teatro Colón de Buenos Aires encendió este martes las 552 bombillas de la majestuosa araña que corona su sala principal. Un equipo de 25 técnicos bajó esta lámpara de 1.300 kilogramos, construida en Europa a finales del siglo XIX, hasta la altura de la platea para realizarle un mantenimiento, como parte de la puesta a punto del mayor coliseo lírico de Argentina en vísperas de la demorada inauguración de la temporada 2021, después del cierre impuesto hace 15 meses por la pandemia de la covid-19.

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“Encender las luces de la sala principal es también encender las luces de la cultura y del arte, que nos ayudan a transitar este momento tan raro y difícil que estamos viviendo”, dice la directora general del Teatro Colón, María Victoria Alcaraz, tras supervisar los trabajos de mantenimiento.

La araña, de cinco metros y medio de diámetro, se sostiene con un grueso cable desde la cúpula, a 30 metros del suelo, pero también con dos sogas atadas a los palcos laterales del tercer piso. A lo largo de la mañana, los técnicos reemplazan las bombillas repartidas en 12 tulipas, limpian, revisan los mecanismos y circuitos y hacen pruebas para comprobar el correcto encendido, apagado y enfriado.

El coliseo reabrirá sus puertas al público el viernes con un concierto de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires bajo la batuta del maestro Enrique Arturo Diemecke. Estaba previsto para principios de abril, pero tuvo que aplazarse por las restricciones impuestas por el Gobierno de Alberto Fernández ante la llegada de la segunda ola de la pandemia de coronavirus, que ha causado ya más de 93.000 muertos en Argentina. Desde mitad de junio, con el descenso del número de casos, Buenos Aires ha comenzado a reactivar sus actividades culturales bajo estrictos protocolos, que incluyen aforo reducido en los espacios cerrados. En el caso del Teatro Colón, del 50%.

“La actividad cultural es esencial, porque va más allá del mero entretenimiento. Ha sido uno de los sectores más golpeados por la pandemia y hoy es una alegría la vuelta del Colón, que tiene que ver con esa vuelta de la actividad a la ciudad, con el cine, el teatro, las salas de música”, señala el ministro de Cultura de Buenos Aires, Enrique Avogadro.

La araña de la sala principal del Teatro Colón vista desde el escenarioSILVINA FRYDLEWSKY

El año pasado, la pandemia obligó a suspender la programación prevista y el Colón mantuvo el contacto con su público a través de Internet, con retransmisiones semanales y apuestas audiovisuales como Casas de Ôpera. En los meses de puertas cerradas, parte de su personal participó en la confección de mascarillas y hoy asiste al centro de testeo de covid-19 que funciona en el lugar, por el que pasan cada día más de mil personas.

Alcaraz se entusiasma al hablar de la vuelta a los ensayos de los artistas y de los últimos preparativos para la inminente inauguración: “Nos estamos preparando para un día de fiesta, muy contentos e ilusionados”. Debido a las restricciones vigentes, la temporada lírica 2021 contará con óperas y conciertos de menor duración de lo habitual. “Elegimos obras que no fuesen muy largas en vez de cortarlas. Vamos a ver obras que son muy valiosas desde lo artístico, pero poco frecuentes, como La canción de la tierra, de Mahler, que vamos a hacer ahora, o Altri canti, de Monteverdi, que son tres pequeñas obras barrocas unidas”, anticipa. Los técnicos apagan las luces de la araña e inician la lenta maniobra de subirla hasta su ubicación habitual, a 30 metros de altura. El viernes volverá a iluminar a una sala con público.

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