Julio González, el artista del vacío, se libera de la sombra de Picasso

El Centre Pompidou Málaga desvela el proceso de creación del catalán, padre de la escultura en hierro, en una exposición que reúne medio centenar de obras

La escultura 'El ángel, el insecto, la bailarina' (1935), de Julio González, y algunos de sus dibujos preparatorios, este martes en el Centro Pompidou de Málaga.Garcia-Santos (El Pais)

La figura de Julio González (Barcelona, 1876-Arcueil-Francia, 1942), el padre de la escultura en hierro del siglo XX, ha estado siempre marcada por su colaboración con Picasso entre 1928 y 1932, cuando el introvertido y polifacético artista fue ayudante técnico del ya famoso malagueño. Una idea que pretende desmontar la retrospectiva organizada por el Centre Pompidou de Málaga con 33 dibujos y 18 esculturas que dejan patente su proceso creativo y la ori...

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La figura de Julio González (Barcelona, 1876-Arcueil-Francia, 1942), el padre de la escultura en hierro del siglo XX, ha estado siempre marcada por su colaboración con Picasso entre 1928 y 1932, cuando el introvertido y polifacético artista fue ayudante técnico del ya famoso malagueño. Una idea que pretende desmontar la retrospectiva organizada por el Centre Pompidou de Málaga con 33 dibujos y 18 esculturas que dejan patente su proceso creativo y la originalidad de la obra del “artista del vacío”, como lo ha definido este martes Brigitte Leal, comisaria de la muestra y directora adjunta del Pompidou de París.

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“González era un intelectual introvertido y Picasso le aportó la confianza que necesitaba. Lo eligió para dar vida a sus dibujos porque trabajaba el metal a la perfección. Eran amigos desde Barcelona y llegaron a París juntos, siempre mantuvieron una amistad extraordinaria aunque con altibajos”, ha explicado Leal en un recorrido por la exposición, titulada Julio González y realizada con la colaboración de la Fundación La Caixa. La muestra podrá verse únicamente en Málaga “por la fragilidad de los dibujos”, apunta la comisaria, y las piezas proceden todas de la colección del Pompidou parisiense.

El museo de arte moderno francés posee 150 obras de Julio González, la mayoría donadas por su hija Roberta, también artista, entre 1953 y 1978. En España, el espacio en el que está mejor representado el artista catalán es el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), que conserva Mujer ante el espejo, su última gran obra maestra que creó para el pabellón de la República Española en la Exposición Internacional de París de 1937 y que los políticos cambiaron, con gran disgusto de Picasso, por otra de sus obras clave La Montserrat, una escultura más figurativa que representa a una campesina con un niño en los brazos.

La retrospectiva comienza con cabezas de cobre repujado figurativas como Máscara de niño (1910-1912) y acaba con los dibujos coloreados de sus criaturas híbridas, como Hombre cactus (1940-1941), una obra fechada un año antes de su muerte durante la Segunda Guerra Mundial, cuando tuvo que refugiarse en el suroeste de Francia y la escasez de materiales le hizo centrarse en el dibujo y el grabado sobre metal. Junto a este gouache pueden verse Personaje pájaro o Composición. Cabeza fantástica.

Máscaras de cobre repujado, las primeras esculturas de Julio González que forman parte de la muestra del Centro Pompidou de Málaga. Garcia-Santos (El Pais)

“Él inventó un nuevo lenguaje basado en el metal, conocía la técnica perfectamente porque sus padres eran orfebres y, además, en París alternaba su trabajo en el estudio con el del taller de la joyería que sus hermanas tenían en Montparnasse. Pero también es un gran dibujante que no se limita a hacer bocetos para sus esculturas; sino que inventa formas oníricas y metamórficas. González no estuvo a la sombra de Picasso, sino que creó una escultura muy personal que influyó en artistas españoles posteriores como Chillida”, ha apuntado Brigitte Leal.

Varillas de hierro forjado para crear en el vacío

El artista sustituye el lápiz por las varillas de hierro forjado para crear formas en el vacío cuyas sombras son parte de la pieza. El movimiento siempre está presente en su trabajo. “El ángel, el insecto, la bailarina [una escultura de 1935 de hierro forjado con 163 centímetros de altura] resume la ambición de su obra. González realizó un montón de dibujos previos a la pieza en los que incluso están indicados los puntos de soldadura. Nosotros conservamos más de una veintena, aquí hemos traído 11, pero el IVAM también tiene dibujos de esta serie que habla del movimiento y que es un ser híbrido que Picasso rebautizó como El ángel”, comenta Leal.

Las 53 obras de la muestra, que podrá verse hasta el 17 de octubre con una cuidada museografía realizada por el arquitecto Laurence Fontaine, se suman a otras 10 de Julio González que se incluyen en la colección semipermanente del museo malagueño De Miró a Barceló. Un siglo de arte español.

Serge Lasvignes, presidente del Centre Pompidou, para quien la presentación en Málaga de esta muestra es el último acto de su mandato, ha asegurado está muy satisfecho con la colaboración que la institución mantiene con el Ayuntamiento de Málaga desde que se abrió el centro en 2015 y que su marcha “no cambiará la relación”. Lasvignes ha adelantado también que durante el tiempo que dure la restauración del Centre Pompidou de París, de 2023 a 2027, el museo permanecerá cerrado y existe “un gran programa de trabajo por el que los socios del museo, tanto en territorio francés como en el extranjero, “se beneficiarán de nuestras más de 120.000 obras”. “Será la mayor operación de descentralización realizada hasta la fecha”, ha concluido.

La exposición Julio González está abierta hasta el 17 de octubre en el Centre Pompidou Málaga. Pasaje Doctor Carrillo Casaux s/n. Muelle Uno. Puede visitarse de 09.30 a 20.00. Martes cerrado.

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