Solo buenas intenciones

Reconociendo la originalidad del arranque espero que este problemático amor femenino me contagie su desgarro, pero está contado de manera plana

Martine Chevallier y Barbara Sukowa, en 'Entre nosotras'. En el vídeo, tráiler de la película.

Cuando yo era pequeño recuerdo que cuantioso y nada sofisticado público aseguraba que solo le gustaban las películas del Oeste, o las policiacas, o las comedias, o las bélicas, o las de amor. El último género es complicado de definir, ya que el amor se presta al realismo y a la abstracción, no tiene códigos fijos, es un territorio emocional muy denso. Pero estaba claro que los amores siempre estarían habitados por la heterosexualidad. La censura, la autocensura o el temor al rechazo del gran público convertía en tabú, o en algo muy marginal las historias de pasión entre homosexuales y lesbiana...

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Cuando yo era pequeño recuerdo que cuantioso y nada sofisticado público aseguraba que solo le gustaban las películas del Oeste, o las policiacas, o las comedias, o las bélicas, o las de amor. El último género es complicado de definir, ya que el amor se presta al realismo y a la abstracción, no tiene códigos fijos, es un territorio emocional muy denso. Pero estaba claro que los amores siempre estarían habitados por la heterosexualidad. La censura, la autocensura o el temor al rechazo del gran público convertía en tabú, o en algo muy marginal las historias de pasión entre homosexuales y lesbianas. Poco importaba que en la vida real existiera numerosa población cuyo deseo y amor se concentraban en personas de su mismo sexo. El cine ignoró a esta gente todo lo que pudo. No lo encontraba comercial ni sano.

Los tiempos afortunadamente han cambiado. Ya no se puede ignorar, ocultar o repudiar las relaciones lésbicas y homosexuales. Con esa necesaria apertura se han realizado sobre este tema películas empalagosas, estúpidas, impostadas y otras creíbles, emocionantes, admirables. Los son para mi gusto Brokeback Mountain, el lírico, complejo y finalmente trágico amor entre dos cowboys, rudos, machotes, asustados, abocados al desastre por no rebelarse contra lo que las reglas sociales les imponen. También es dura, veraz y desgarrada la francesa La vida de Adèle, que describe el esplendor en la hierba, el desgaste, los celos y el derrumbe, entre una adolescente pura y elemental y una pintora cultivada y muy vivida, pertenecientes a distintos estratos sociales, abocadas a un naufragio muy doloroso. Es tan elegante como sensible la forma en que está narrada Carol, basada en la novela de la apasionante Patricia Highsmith, y que describe el problemático amor entre una mujer rica y casada y una dependienta joven y confusa.

Reconozco el riesgo que afronta el director Filippo Meneghetti en Entre nosotras al atreverse a ofrecer el absoluto protagonismo al enamoramiento entre dos ancianas, dos vecinas setentonas que viven su idilio en la clandestinidad. Una de ellas tiene hijos y nieto, la otra estaba sola. Se han planteado vender sus casas y vivir un futuro lleno de plenitud en otro país, en su amada Roma. Hablo de la audacia del argumento, ya que los expertos en marketing deducirán que la vejez no es tema vendible en la taquilla, y si además retrata una pasión lésbica y crepuscular, todavía menos.

Reconociendo la originalidad del arranque espero que este problemático amor me contagie su sentimiento y su desgarro, aunque es inútil, me parece que está contado de manera plana, buscando con excesivo anhelo la complicidad de los receptores. Asisto a ella en plan témpano. La intriga juega al suspense, al sufrir una de las ancianas un derrame cerebral y la otra reconociéndose culpable de haberlo provocado por reprocharle su pavor a la reacción familiar. Se supone que ocurren muchas y sentimentales cosas, con la arrepentida intentando proteger a esa enferma que ha perdido la voz y el movimiento, que solo se comunica con sus ojos, pero asisto a este torrente intimista con frialdad, sin poder conmoverme con tanta desgracia y romanticismo, sin estremecerme ante el drama de dos personas que siguen amándose en las circunstancias más crueles. Todo me parece endeble.

Entre nosotras es la candidata francesa al Oscar y a no sé cuántos premios más. Es probable que los consiga. La época se presta a bendecir incondicionalmente un tema como este, aunque esté mediocremente desarrollado. Imagino su éxito y su capacidad de conmoción, la solidaridad, las lágrimas y la identificación que lograría si se proyectara en el Ministerio de Igualdad. Pero el buen cine no se consigue solo con buenas intenciones.

ENTRE NOSOTRAS

Dirección: Filippo Meneghetti.

Intérpretes: Martine Chevallier, Barbara Sukowa, Léa Drucker.

Género: drama. Francia, 2019.

Duración: 99 minutos.

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