400 millones por unos estudios de cine cerrados en Alicante

La Generalitat debe pagar 20 millones más por la expropiación de los terrenos para la Ciudad de la Luz que promovió Zaplana hace 22 años

Instalaciones de la Ciudad de la Luz de Alicante.Pepe Olivares (EL PAÍS)

Hace ocho años que sus enormes platós de cine están vacíos, sin actividad, pero la Ciudad de la Luz de Alicante sigue generando gastos millonarios para las arcas públicas. Una reciente sentencia del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) valenciano condena a la Generalitat a pagar 20 millones de euros más por las indemnizaciones de las expropiaciones de los terrenos sobre los que se asienta de ha...

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Hace ocho años que sus enormes platós de cine están vacíos, sin actividad, pero la Ciudad de la Luz de Alicante sigue generando gastos millonarios para las arcas públicas. Una reciente sentencia del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) valenciano condena a la Generalitat a pagar 20 millones de euros más por las indemnizaciones de las expropiaciones de los terrenos sobre los que se asienta de hace 20 años. De este modo, el coste total de los estudios de cine que funcionaron sólo entre 2005 y 2012 y donde se rodó la película Lo imposible, de J. A. Bayona, se eleva a 400 millones de euros. Los estudios permanecen cerrados a raíz de la condena por competencia desleal impuesta por la Unión Europea, que estimó la denuncia de Pinewood. Estos estudios privados británicos (donde se han filmado diversas películas de James Bond) denunciaron al complejo alicantino antes del Brexit por la inyección de dinero público que recibió para su puesta en marcha.

Ahora, la sentencia del TSJ y el nuevo revés económico que implica se suman al rosario de problemas que ha marcado la singladura de los estudios publicitados como uno de los mayores de Europa con el tanque de agua más grande del mundo y engendrados en la época de los proyectos mediáticos de Terra Mítica o el aeropuerto de Castellón. Antonio Rodes, actual director general de Sociedad Proyectos Temáticos de la Comunidad Valenciana, no oculta su malestar en declaraciones a este periódico: “El Tribunal Supremo ya dictó sentencia hace años, pero la ejecución material era tan enrevesada, porque buena parte de los terrenos ya están construidos o urbanizados y no se pueden devolver, que remitió su ejecución al TSJ. Pero es que la Generalitat ya pagó 40 millones por la expropiación que hizo [Eduardo] Zaplana [el presidente del Gobierno valenciano del PP, que promovió el complejo] y ahora sumamos otros 20 millones, más intereses de tres años y más el valor de los terrenos que sí se van a devolver porque no se llegaron a construir y que son de los más valiosos. En fin, fue un auténtico desastre que aún estamos pagando”. Las expropiaciones de los dos millones y medio de metros cuadrados fueron declaradas nulas por no acreditarse la motivación de las mismas.

En el plano cinematográfico, Bayona y otros directores como Ridley Scott (que rodó allí El consejero) han elogiado en diversas ocasiones la calidad de los estudios alicantinos, cuyo diseño fue encargado al arquitecto especializado Gary Bastien. Pero desde la apertura de sus puertas en 2005 y hasta la última sentencia adelantada por el diario Información ha sido foco de polémica por su gestión y, sobre todo, por los elevados gastos. Para dar a conocer los estudios y atraer rodajes se llegaron a pagar más de cuatro millones de euros a la producción francesa Astérix, en la que Gérard Depardieu encarnaba a Obélix, o medio millón de euros por una conferencia del cineasta Francis Ford Coppola.

Francisco Camps abraza al actor francés Gérard Depardieu caracterizado como Obelix.

60 películas, series y anuncios se rodaron en los platós hasta que en 2012, la sanción europea obligaba a la Ciudad de la Luz a devolver (a la Generalitat, su única propietaria) los 267 millones en que cifraba entonces la inversión pública en los estudios. Como el complejo no tenía más que deudas, y no podía pagar, salió dos veces a subasta (la segunda a un precio inicial de 96 millones) y en ambas quedó desierta. En 2017, la Comisión Europea permitió a la Generalitat no liquidar y quedarse el complejo con el castigo de no poder realizar ninguna actividad económica lucrativa en 15 años, tras las negociaciones mantenidas con el Gobierno valenciano, que integraban el PSOE y Compromís desde dos años antes.

Solo los edificios de las oficinas y de la escuela de cine están abiertos y en funcionamiento, si bien en parte de los terrenos expropiados se está desarrollando el llamado Distrito Digital, “con 80 empresas, entre startups y tecnológicas, con 700 trabajadores y con solo cuatro millones de euros”, explica Rodes.

Zaplana, hoy investigado en el caso Erial por blanqueo de dinero, malversación y cohecho, entre otros delitos, aseguró en 2017 a este periódico no sentirse responsable de la situación. “De lo único que me siento responsable es de haberlo lanzado en su día. Un gran proyecto que tenía todo el sentido del mundo para una ciudad como Alicante y la economía de su provincia. Fue una idea de Luis García Berlanga y se pretendía tener el único centro en toda Europa para rodar en exterior, interior y en el mar. Los expertos mantenían que iba a ser un gran reclamo para la industria. Y todo lo hicieron profesionales reconocidos. Desde mi marcha en 2002 [para ser ministro de Trabajo con José María Aznar], no soy responsable de lo que se hiciera”, manifestó.

Berlanga, fallecido en 2010, vendió durante años la idea de levantar unos estudios en Valencia aprovechando su buen tiempo “californiano” y la experiencia de los “artistas falleros” para constuir decorados, según solía decir. El director valenciano, referente clave en la historia del cine español y del que se celebra el centenario de su nacimiento en 2021, apostó por las abandonadas naves siderúrgicas de Sagunto para ubicarlos, si bien Zaplana, que le compró la idea a lo grande, optó por Alicante.

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