Los cineastas mexicanos se unen para crear un fondo de emergencia ante la contingencia sanitaria
Alejandro González Iñárritu, Guillermo del Toro, Salma Hayek y más de 40 productoras lanzan un proyecto de ayudas a los trabajadores del sector
El cine mexicano vive días amargos por la crisis sanitaria de la covid-19. Mientras algunos referentes de la promoción del cine nacional –como la Gira de documentales Ambulante o el Festival de Morelia– se reinventan y abren sus catálogos para que algunas producciones puedan verse en internet, la no...
El cine mexicano vive días amargos por la crisis sanitaria de la covid-19. Mientras algunos referentes de la promoción del cine nacional –como la Gira de documentales Ambulante o el Festival de Morelia– se reinventan y abren sus catálogos para que algunas producciones puedan verse en internet, la noticia de que el Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE) “reconfigurará” su presupuesto anual por los efectos de la pandemia ha dejado en la incertidumbre a miles de trabajadores de un sector de por sí frágil. Con la producción frenada indefinidamente, un grupo de cineastas, productores y actores ha lanzado Sifonóforo, un fondo de emergencia que ya ha recaudado 10 millones de pesos (alrededor de 450.000 dólares) para ayudar a las que calculan son más de 30.000 familias que dependen de la industria y que se han quedado sin ingresos ni horizonte de cuándo cambiará su situación. Entre los convocantes de la iniciativa figuran directores como Alejandro González Iñárritu y Guillermo del Toro, actores como Salma Hayek y Alfonso Herrera, la organización Ambulante –entre cuyos fundadores se encuentran los actores Diego Luna y Gael García Bernal–, y más de 40 productoras nacionales e internacionales.
“No sabemos cuando será posible volver a filmar, pero sí sabemos que nuestros colaboradores más vulnerables no pueden seguir esperando”, dice la convocatoria lanzada este jueves, adelantada a EL PAÍS. Los integrantes de Sifonóforo se acercaron a la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas para lograr vincularse con los trabajadores parados y que estos puedan solicitar el apoyo solidario único de alrededor de 900 dólares, una convocatoria que estará abierta durante dos meses.
“Los que hacemos cine somos una tribu frágil, con mucha gente que realiza trabajos ordinarios que son, a su vez, extraordinarios en su especificidad y los años de preparación que toma aprenderlos. Esta pausa que estamos viviendo pone en peligro de extinción a esta tribu de gitanos que somos todos los que hacemos cine”, dijo González Iñárritu este jueves, durante la presentación del fondo de emergencia. “Por eso hacemos un llamado a la solidaridad al sector cinematográfico, para mostrar que el poder de la unión hace la diferencia. Un Sifonóforo es un organismo marino que, aunque parezca uno solo, es una colonia de pequeños seres que trabajan juntos contra las inclemencias del océano. Así nos vemos, de ahí viene el nombre”, sentenció el director durante una conferencia de prensa virtual. El fondo de emergencia está destinado a los trabajadores que dependen de un esquema de pago semanal o quincenal y que estén inactivos desde el 15 de marzo.
La iniciativa se ideó después de que el IMCINE, una dependencia pública de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, anunciara el 14 de mayo que, “como todas las instituciones” debería modificar su presupuesto anual debido a la contingencia sanitaria. El anuncio llegó como un matafuegos tras la expansión del rumor en redes sociales de que la institución planeaba serios recortes. Sus 160 millones de pesos de presupuesto anual (más de siete millones de dólares) ya pendían de un hilo después de que la institución anunciara el cierre y absorción de los recursos de Foprocine, su brazo dedicado al apoyo a la producción de cine de autor. La Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, que hasta ahora no se había pronunciado respecto de esta noticia, exige desde abril que el Gobierno central garantice los recursos a la producción.
La reacción del sector llegó en la voz de González Iñárritu, que al día siguiente lamentó el recorte de fondos públicos mientras México “está viviendo un momento cinematográfico importante”. “Sin duda hay muchas necesidades prioritarias como la comida y las medicinas, pero no tengo la menor duda de que la dieta de millones durante la pandemia ha sido el cine, la música, y la literatura (...) eso es lo que nos mantiene vivos”, le dijo el director que ha ganado ocho premios Óscar al periódico El Universal.
Tras dos semanas en las que el IMCINE aseguró –sin dar detalles– que el recorte consistiría en “realizar ajustes a gastos operativos” y que “no afectará los apoyos, estímulos y donativos”, la polémica se hizo eco internacional. El 2 de junio, los organizadores del Festival de Cannes recordaron que México es un “gran país del cine mundial” y destacaron que González Iñárritu, que presidió el jurado del prestigioso festival francés el año pasado, junto a Guillermo del Toro y Alfonso Cuarón, “luchan para que su futuro no se oscurezca definitivamente”. Tres directores esenciales en el panorama internacional de este siglo que, justamente, explotaron en la década del noventa, cuando el impulso gubernamental fue determinante para marcar un antes y un después en la industria del cine mexicano.