‘Whatsapps’ de amor

Una versión de ‘Cyrano de Bergerac’ con un tono mucho más calmado y elegante, tenue y cálido, relacionado con el cine ‘indie’

Leah Lewis y Daniel Diemer, en 'Conquista a medias'

En la segunda mitad de los años noventa y los primeros del nuevo milenio se pusieron de moda en Hollywood las adaptaciones de grandes clásicos de la literatura ambientadas en institutos. La intemporalidad de las emociones, con el deseo, el rechazo y las complejas relaciones sociales como motor de los conflictos, se demostró una vez más en los pasillos y aulas de películas como Fuera de onda (inspirada en Emma, de Jane Austen), 10 razones para odiarte y O (en La fierecilla domada y Otelo, de Shakespeare), Alguien como tú (en Pigmalión, de George ...

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En la segunda mitad de los años noventa y los primeros del nuevo milenio se pusieron de moda en Hollywood las adaptaciones de grandes clásicos de la literatura ambientadas en institutos. La intemporalidad de las emociones, con el deseo, el rechazo y las complejas relaciones sociales como motor de los conflictos, se demostró una vez más en los pasillos y aulas de películas como Fuera de onda (inspirada en Emma, de Jane Austen), 10 razones para odiarte y O (en La fierecilla domada y Otelo, de Shakespeare), Alguien como tú (en Pigmalión, de George Bernard Shaw) y Crueles intenciones (en Las amistades peligrosas, de Choderlos de Laclos). Algunas muy inteligentes, sobre todo la primera y la última, otras decididamente ñoñas o vulgares, aquellas traslaciones en serie se fueron olvidando y tan solo casos puntuales como la estupenda Rumores y mentiras, ya en 2010, sobre La letra escarlata, de Nathaniel Hawthorne, rescataron la sistemática.

Hasta estos días en que una película de Netflix, Conquista a medias (The Half Of It), aspira a convertirse en una de las sorpresas de nuestra obligada etapa de cine en casa. El segundo largometraje de la estadounidense de origen asiático Alice Wu, basado libremente en Cyrano de Bergerac, de Edmond Rostand, tiene además algo distintivo de sus hermanos mayores del siglo XX: un tono mucho más calmado y elegante, tenue y cálido, quizá más relacionado con el cine indie que con el producto comercial con estrellas de físico rotundo. Un matiz representado por la encantadora protagonista que interpreta Leah Lewis, tan reconocible en las aulas contemporáneas: la empollona a la que pocos hacen caso en clase y recreos salvo para encargarle, a cambio de dinero, la realización de los trabajos que por vagancia o falta de inteligencia otros deciden no llevar a cabo.

Conquista a medias añade un cambio esencial respecto de la obra de Rostand y de la maravillosa adaptación de Jean-Paul Rappeneau: aquí son una chica y un chico los enamorados de la misma joven, con la consiguiente diversidad sexual. Y, para completar el conjunto, en los diálogos de Wu, también guionista, se acude a referentes tan insólitos como A puerta cerrada, de Sartre, las novelas de Kazuo Ishiguro, las películas de Wim Wenders y las dos míticas Hepburn del cine. Con líneas y réplicas de excelente nivel:

— ¿Cómo era tu madre?

— Joven, graciosa, muerta.

Las nuevas vías de comunicación se imponen. Ya no hay cartas de amor sino whatsapps, pero las emociones son las mismas. El amor no se finge y su complejidad es inexplicable. Y, como tantas veces, la belleza está en el camino, donde nunca hay un modo correcto sino uno personal, sincero y espontáneo de llegar al éxito o al fracaso.

CONQUISTA A MEDIAS (THE HALF OF IT)

Dirección: Alice Wu.

Intérpretes: Leah Lewis, Alexxis Lemire, Daniel Diemer, Collin Chou.

Plataforma: Netflix.

Género: drama. EE UU, 2020.

Duración: 104 minutos.

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