Los Chikos del Maíz: “Ser antifascista es un deber democrático”

El desencanto político del grupo de rap valenciano predomina en ‘Comanchería’, su nuevo disco

Toni El Sucio y Nega, integrantes del grupo de rap Los Chikos del Maíz.Claudio Álvarez

La Valencia en que crecieron Nega y Toni El Sucio, los dos MC del grupo de rap Los Chikos del Maíz, “era más peligrosa que ahora”, según lo cuentan ellos mismos. Con la noticia fresca de los miembros de España 2000 que boicotearon una proyección de la nueva película de Alejandro Amenábar en la capital levantina, ambos músicos recuerdan que estos grupos de extrema derecha “antes eran cabezas rapadas que iban por ahí dando palizas”...

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La Valencia en que crecieron Nega y Toni El Sucio, los dos MC del grupo de rap Los Chikos del Maíz, “era más peligrosa que ahora”, según lo cuentan ellos mismos. Con la noticia fresca de los miembros de España 2000 que boicotearon una proyección de la nueva película de Alejandro Amenábar en la capital levantina, ambos músicos recuerdan que estos grupos de extrema derecha “antes eran cabezas rapadas que iban por ahí dando palizas”. Y si bien ahora se presentan como formaciones políticas serias, Toni recuerda que en los medios valencianos “nunca se les dio mucha cancha”, por lo que “terminaron en el olvido y como cuatro locos”.

Ese es el ejemplo que Los Chikos del Maíz sugieren para el resto de España ante el repunte de la extrema derecha. Y es que la irrupción de Vox en la política nacional es uno de los temas centrales en las letras de Comanchería, su tercer álbum de estudio. Un disco en el que la percepción general ha sido de desencanto, pero que Nega entiende como “el reflejo del espíritu de la época”. “En España, repunta el bipartidismo y surge la extrema derecha; en Brasil está Bolsonaro; en Argentina, Macri. En Hungría y Europa central, el fascismo está gobernando. Es terrorífico. Creo que es un tiempo de desencanto”, asiente.

A su entender, parte de la responsabilidad del ascenso de estas ideologías está en manos de la prensa. “Es que están aquí ya, y a mí me sorprende la cancha que se les da en los medios, que se les trate como un partido más, cuando no son uno más”, acusa Nega. Es por eso que en Comanchería han incluido una canción como No pasarán, en la que declaran abiertamente la guerra a la extrema derecha sin morderse la lengua en sus rimas: “Si tienen que llorar las madres, que sean las suyas”. El tema, “aunque queda como radical o antifascista, debería ser lo normal”, considera Toni. “Ser antifascista es un deber democrático”, complementa Nega.

Pero Comanchería también habla de la decepción que ha sido la izquierda política en España. No es que Los Chikos del Maíz consideren que todos los políticos sean lo mismo, pero ellos han dejado claro desde sus comienzos que no se casan con nadie, como lo demuestran en Forjado a fuego, tema en el que critican por igual a Íñigo Errejón que a Albert Rivera. “No creo que Errejón, por muchos bandazos que esté dando ahora, sea lo mismo que Rivera o Abascal”, explica Toni, pero sí lamenta que recientemente “ha habido la posibilidad histórica [de formar un gobierno de izquierda] y no se ha logrado”. 

Una consecuencia de esta desilusión, de acuerdo con Toni, ha sido el giro de la música urbana hacia un creciente desinterés por hablar de los problemas sociales. “Y ahora hemos llegado nosotros a cortar el rollo”, se ríe. Sin embargo, en Comanchería no han escapado de la invasión de la música latina. No es que en este disco hayan experimentado con reggaetón, pero sí que se pueden encontrar bases de salsa y música andina, como El extraño viaje, tema en el que ha participado la cantante chilena Ana Tijoux. “Llevamos muchos años trabajando con la misma base clásica de hip-hop de Nueva York de los 90, y supongo que el cuerpo nos lo pedía”, afirma Nega.

Esa no ha sido la única novedad a la que se han enfrentado en su tercer álbum. Ante las condenas de raperos como Pablo Hásel y Valtònyc o la censura contra Def con Dos, los dos MC de Los Chikos del Maíz han tenido que lidiar ahora con la autocensura. “Sí que les das muchas vueltas a las cosas cuando escribes, porque tampoco quieres suicidarte políticamente”, comenta Nega. No obstante, también piensa que esto les obliga a esforzarse más y, por lo tanto, a sacar lo mejor de sí mismos como artistas. Aun así, no deja de señalar la amenaza y de lanzar una última acusación: “Vivimos en un país en el que la libertad de expresión es para quien la puede pagar”.

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