“Los niños escriben cada vez más de temas como la sexualidad o las violaciones”

Blas Senent testimonia la evolución en la forma de narrar de los menores tras 35 años como jurado del Concurso Jóvenes Talentos de la Fundación Coca-Cola

Blas Senent, en la sede de la Real Academia Española.Jaime Villanueva

Al principio, los niños piensan que tienen que guardar silencio. Que la corrección de sus formas es más elocuente que sus palabras. Entonces callan. Y muchas de las cosas que tienen por decir se quedan ahí, olvidadas. La ficción acude al rescate de esos niños que ocultan sus pensamientos por miedo a que alguien los juzgue. Ante una hoja en blanco, por primera vez, se sienten libres. Desde hace más de 35 años, el profesor de lengua y literatura Blas Senent contribuye a esa libertad.

Con motivo del 65 aniversario de Coca-Cola en España, la figura de Senent ha recibido el homenaje a una tr...

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Al principio, los niños piensan que tienen que guardar silencio. Que la corrección de sus formas es más elocuente que sus palabras. Entonces callan. Y muchas de las cosas que tienen por decir se quedan ahí, olvidadas. La ficción acude al rescate de esos niños que ocultan sus pensamientos por miedo a que alguien los juzgue. Ante una hoja en blanco, por primera vez, se sienten libres. Desde hace más de 35 años, el profesor de lengua y literatura Blas Senent contribuye a esa libertad.

Con motivo del 65 aniversario de Coca-Cola en España, la figura de Senent ha recibido el homenaje a una trayectoria llena de lecturas, correcciones e impulso literario a centenares de niños. Su carrera como docente se extiende 41 años atrás, cuando comenzó a trabajar en el colegio El Vedat, en el municipio valenciano de Torrent. "En nuestra primera visita a la embotelladora de Coca-Cola en Valencia conocí a Julián Álvarez, el director, y le dije que me gustaría ser jurado del Concurso de Jóvenes Talentos de relato corto que organiza su fundación. Fui un poco atrevido, la verdad, pero se lo pedí así", recuerda.

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De ese modo comenzó una larga trayectoria dentro de este certamen que se convoca anualmente para alumnos de 2º de secundaria (antes 8º de EGB), es decir, niños de 13 o 14 años. "En la 24ª edición del concurso ya fui miembro del jurado. Estaba rodeado de personas que me generaban una admiración absoluta, como, por ejemplo, el poeta Luis Rosales. Yo iba a recogerlo a su casa, ya que estaba mayor, e íbamos los dos paseando hasta el taxi, a las comidas... era el mejor día del año para mí", rememora Senent, quien asegura que, dado el nivel de la gente que lo rodeaba, pensó que no duraría más de uno o dos años en el jurado nacional del concurso. "Afortunadamente, no fue así".

A lo largo de todos estos años, Blas Senent ha leído miles de relatos de todos los participantes valencianos. De su colegio, de hecho, han salido tres ganadores nacionales del concurso. De toda esa experiencia, saca una cosa en claro sobre todas las demás: "Puedo decir que el conjunto de los relatos que escriben los niños cada año es una fotografía social, cultural y política de cada época". "A través de sus miedos y sus ilusiones, son capaces de reflejar la realidad del país en el que viven", afirma.

Juan José Litrán, director de la fundación Coca-Cola, explica que las líneas temáticas se han abierto mucho en los últimos años, en buena medida gracias a que las últimas generaciones "poseen mucha más información, así que cuentan con mucho más criterio". "Por ejemplo, hemos tenido un relato de un chico que se enfrentaba a su sexualidad, que no estaba conforme con lo que le había tocado. Cada vez se presentan temas más duros pero que están en la actualidad, como puede ser el de las violaciones", explica.

Los niños, pues, hablan de las cosas cuando comienzan a conocer sus nombres. Porque lo que no se nombra no existe, que decía George Steiner. "El tema del bulllying también ha empezado a aparecer en los últimos años, dado que ha entrado en el debate. Se ha empezado a hablar de ello y los niños lo reflejan", cuenta Senent. "Ven una hoja en blanco y se encuentran con que pueden escribir ahí todo lo que sienten".

Todos sus años como jurado del concurso le han servido para extraer multitud de experiencias e impresiones. La primera, "lo bien que escriben los andaluces". "Era raro el año en el que no había un primer o segundo premio que viniese de Andalucía", explica, antes de señalar como posible motivo el hecho de que se trate de "una sociedad mucho menos académica". También resalta la sensación de comunidad que se genera en torno a los ganadores de cada una de las comunidades autónomas, que realizan un viaje todos juntos como premio. "Son niños de una sensibilidad especial que se encuentran con personas similares a ellos, con las que comparten muchas cosas", cuenta Senent. Litrán, por su parte, señala que "desde la fundación se pretende estimular precisamente eso, la vivencia, la experiencia a una edad determinada".

Sin embargo, al final, todo se reduce a lo mismo. "El objetivo para todos los profesores de lengua y literatura es siempre el mismo: lograr que los niños aprendan a leer y escribir bien. Parece que no es decir mucho, pero es decirlo todo", sentencia Senent. Por el momento, él sigue leyendo los relatos de sus alumnos y fomentando la lectura y la escritura entre ellos. "Busco que comprendan las cosas, que tengan juicio crítico". Y que las hojas en blanco sigan liberando las palabras que, de otro modo, permanecerían encarceladas. 

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