Pedro Pablo Peña, el coreógrafo que acogía a los artistas cubanos exiliados

El bailarín era director del Festival Internacional de Ballet de Miami y creó en La Florida el mayor centro de artes latinoamericanas y la Casa Blanca del Ballet

Pedro Pablo Peña.

El pasado sábado 24 murió en Miami tras una larga lucha contra el cáncer el bailarín, coreógrafo y director Pedro Pablo Peña. Había nacido en La Habana en 1944 y llegado a los Estados Unidos en 1980, en el momento del éxodo masivo de cubanos que huyeron de la isla por el puerto de El Mariel. Tras décadas de intenso trabajo y éxitos a partes iguales, Peña logró trabajar en Hollywood como coreógrafo de películas y en la televisión, logrando un prestigio que le permitió apoyos para sus grandes proyectos: el Centro de Artes de Miami, el Festival Internacional de Ballet y el Cuban Classical Ballet,...

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El pasado sábado 24 murió en Miami tras una larga lucha contra el cáncer el bailarín, coreógrafo y director Pedro Pablo Peña. Había nacido en La Habana en 1944 y llegado a los Estados Unidos en 1980, en el momento del éxodo masivo de cubanos que huyeron de la isla por el puerto de El Mariel. Tras décadas de intenso trabajo y éxitos a partes iguales, Peña logró trabajar en Hollywood como coreógrafo de películas y en la televisión, logrando un prestigio que le permitió apoyos para sus grandes proyectos: el Centro de Artes de Miami, el Festival Internacional de Ballet y el Cuban Classical Ballet, compañía con la que hizo una gira a España y que tradicionalmente acogía a todos los artistas cubanos que escapaban de la dictadura castrista. El Cuban Classical Ballet hospedaba anualmente en dos temporadas a artistas criollos que desarrollan su carrera en todo el mundo.

Pedro Pablo Peña estudió ballet en La Habana con Anna Leontieva, Joaquín Banegas, José Parés y Azari Plisetski; en danza moderna se entrenó con Ramiro Guerra y Luís Trápaga. Bailó en el ballet de la Ópera de La Habana, el Ballet Nacional de Cuba y el Teatro Musical de La Habana. Ya en Miami, a los dos años de llegar, fundó el Creation Ballet, su primer conjunto y escuela; durante siete años fue coreógrafo de Univisión y su coreografía para el filme El Especialista lo reputó en la meca del cine. Entre otros teatros, Peña coreografió para el Ballet Concierto Dominicano, Ballet Nacional de Panamá y el Odeón Teatro de Viena. Fundó el Festival Internacional de Ballet de Miami, que en 2018 llegará a su 23ª edición, un evento reconocido como de los más importantes que se realizan en su especialidad en los Estados Unidos y cuyo premio a la Carrera han recibido personalidades como María de Ávila, Carla Fracci, Maya Plisetskaia, Violette Verdy y Vladimir Vasiliev entre otros grandes de la danza de nuestra época. Por el festival de Miami han pasado en los últimos 20 años los mejores bailarines internacionales, ampliando notablemente el horizonte cultural del Estado de La Florida.

Pedro Pablo Peña había sido jurado en el Premio Benois de la Danza del Teatro Bolshoi de Moscú y era desde 2013 director general del Miami Hispanic Cultural Arts Center, llamada coloquialmente The White House of Ballet, donde desarrollaba una intensa actividad no solamente en el ballet, sino también en la literatura, la música y la plástica, organizaciones que ayudaron a crear el muy variado y pujante ámbito cultural que late en Miami en la actualidad. Su legado para la ciudad de Miami y para la cultura cubana en el exilio ha sido reconocido tanto por las autoridades políticas como culturales con premios y distinciones honoríficas. Supo Peña tocar a todas las puertas y sensibilizar al potente exilio histórico cubano con el arte del ballet. El Centro de las Artes de Miami, que pasó por varias etapas, se convirtió rápidamente en un lugar de acogida y protección de los artistas cubanos y latinoamericanos del ballet que llegaban en busca de un nuevo horizonte de libertad y de expansión profesional. Al mismo tiempo, la oficialidad cubana intentó infructuosamente desprestigiar su trabajo y sus iniciativas, recibiendo ataques de todo tipo con campañas orquestadas para frustrar sus iniciativas, pero Pedro Pablo siguió adelante y ayudando a todos los que llegaban a Miami. Hoy día, muchas exitosas carreras internacionales de artistas cubanos del exilio reconocen haber comenzado con la mano tendida por Peña. Entre sus planes estaba la construcción en los terrenos aledaños a la Casa Blanca del Ballet (un edificio de estilo sureño de principios de siglo XX) de un complejo con el Museo y Archivos del Ballet Cubano en el Exilio, un conservatorio de música y una escuela de ballet de varios niveles, proyecto que no tuvo tiempo de levantar.

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