El Juli indulta un toro en Bogotá y sufre una herida en el muslo izquierdo

El torero fue corneado por el quinto de la tarde al que, después, se le perdonó la vida

El Juli, en un momento de la cogida.Mauricio Dueñas (EFE)

El diestro Julián López El Juli se recupera satisfactoriamente de la herida por asta de toro sufrida este domingo durante la corrida de cierre de la temporada taurina en la plaza de toros La Santamaría de Bogotá.

El torero fue corneado por el quinto ejemplar de la tarde, marcado con el hierro de la ganadería Juan Bernardo Caicedo. El astado obtuvo el indulto, tras la faena del torero español, pero en los momentos postreros de la lidia, el toro buscó al matador y lo corneó en la arena.

El parte médico de la plaza de Bogotá señala que El Juli sufre una herida de 15 centímetros de l...

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El diestro Julián López El Juli se recupera satisfactoriamente de la herida por asta de toro sufrida este domingo durante la corrida de cierre de la temporada taurina en la plaza de toros La Santamaría de Bogotá.

El torero fue corneado por el quinto ejemplar de la tarde, marcado con el hierro de la ganadería Juan Bernardo Caicedo. El astado obtuvo el indulto, tras la faena del torero español, pero en los momentos postreros de la lidia, el toro buscó al matador y lo corneó en la arena.

El parte médico de la plaza de Bogotá señala que El Juli sufre una herida de 15 centímetros de longitud en la cara posterior de su muslo izquierdo, con trayectoria única de seis centímetros, sin compromisos vasculares ni nerviosos.

Los diestros El Juli y Luis Bolívar y los toros de las ganaderías Ernesto Gutiérrez Arango, Mondoñedo y Juan Bernardo Caicedo dejaron una estela de emociones en el cierre de la temporada bogotana.

El diestro madrileño paseó tres orejas, dos de ellas simbólicas, mientras el local Luis Bolívar cortó dos trofeos. La plaza registró más de tres cuartos de entrada.

Se lidiaron seis toros de tres ganaderías. Primero (con movilidad y sin alegría) y segundo (bravo y encastado) de Ernesto Gutiérrez Arango. Tercero (bravo) y cuarto (manso) de Mondoñedo. Quinto (bravo y a más, indultado) y sexto (parado) de Juan Bernardo Caicedo. Se lidió un séptimo de regalo, de Mondoñedo, que tuvo acometividad.

La voluntad y disposición de los alternantes más la exigencia de la mayoría de astados arrojaron un balance en el que si hubo un gran ganador ese fue el público de la capital colombiana.

La apoteosis, que prometía llegar, sobrevino en el quinto, ejemplar de Juan Bernardo Caicedo, al que El Juli indultó tras una labor hecha, primero, de arte y mando, y luego en el suspenso de una cogida de la que se levantó para continuar delante del toro.

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