Eros para torpes
Explora un arquetipo que ya casi cabe considerar una constante de la comedia, el del inmaduro o patoso sexual
Tercera colaboración, tras Inertia (2001) y Lucid (2005), entre el director Sean Garrity y el actor-guionista Jonas Chernik, Mi gran aventura sexual explora un arquetipo que ya casi cabe considerar una constante de la comedia, nexo de unión entre Siete ocasiones (1925) y la mitología Apatow: el inmaduro o patoso sexual. La película encierra al arquetipo dentro de una estructura narrativa de manual de autoayuda, pautando el aprendizaje de su protagonista desde la relación humillante que mantiene con una novia promiscua hasta su emancipación afectiva, coronada...
Tercera colaboración, tras Inertia (2001) y Lucid (2005), entre el director Sean Garrity y el actor-guionista Jonas Chernik, Mi gran aventura sexual explora un arquetipo que ya casi cabe considerar una constante de la comedia, nexo de unión entre Siete ocasiones (1925) y la mitología Apatow: el inmaduro o patoso sexual. La película encierra al arquetipo dentro de una estructura narrativa de manual de autoayuda, pautando el aprendizaje de su protagonista desde la relación humillante que mantiene con una novia promiscua hasta su emancipación afectiva, coronada con la conquista romántica de su terapeuta / stripper.
MI GRAN AVENTURA SEXUAL
Dirección: Sean Garrity.
Intérpretes: Jonas Chernik, Emily Hampshire, Sarah Manninen, Vik Sahay, Melissa Merie Elias.
Género: comedia. Canadá, 2012.
Duración: 98 minutos.
La película intenta ser civilizada y sensible —incluye veladas transformistas, lecciones prácticas de cunnilingus y sesión sado sin culpa, ni aureola de perversión—, pero este crítico llega a la conclusión de que había más verdad en las melancolías sexuales de Alfredo Landa, Benny Hill o Álvaro Vitali.