CRÍTICA DE 'GANGSTER SQUAD'

Pegatinas de la mafia

En el filme no hay dobles caras, solo estereotipos, simulacros, gente de una sola pieza en las esquinas del bien y del mal, muestra del infantilismo que nos invade

El cine negro reveló el lado oculto del sueño americano, la cara sucia de un país forjado con el material del triunfo que, sin embargo, escondía la podredumbre de la condición humana en unos personajes de doble o múltiple rostro. Mickey Cohen fue uno de ellos. Junto a Meyer Lansky, Bugsy Siegel… Ellos y sus mujeres fatales, sus compinches y hasta los que se empeñaban en su caza y captura desde un lado de la ley que también flirteaba con la corrupción, forjaron la Otra América. En Gangster squad, sin embargo, no hay dobles caras, solo estereotipos, simulacros, gente de una sola pieza e...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El cine negro reveló el lado oculto del sueño americano, la cara sucia de un país forjado con el material del triunfo que, sin embargo, escondía la podredumbre de la condición humana en unos personajes de doble o múltiple rostro. Mickey Cohen fue uno de ellos. Junto a Meyer Lansky, Bugsy Siegel… Ellos y sus mujeres fatales, sus compinches y hasta los que se empeñaban en su caza y captura desde un lado de la ley que también flirteaba con la corrupción, forjaron la Otra América. En Gangster squad, sin embargo, no hay dobles caras, solo estereotipos, simulacros, gente de una sola pieza en las esquinas del bien y del mal, muestra del infantilismo que nos invade. “No soy mala, es que me han dibujado así”, decía Jessica en ¿Quién engañó a Roger Rabbit?, un rol de dibujo animado con más carne y hueso, con más alma, que cualquiera de los protagonistas de Gangster squad, un derroche de dinero, ambientación y reparto, de estructura calcada a Los intocables de Eliot Ness; película de Brian de Palma que, por cierto, ya tendía hacia el simulacro. Ruben Fleischer compone así la fotocopia de una fotocopia, una pegatina sin la menor capacidad para la puesta en escena.

GANGSTER SQUAD

Dirección: Ruben Fleischer.

Intérpretes: Josh Brolin, Sean Penn, Ryan Gosling, Emma Stone, Giovanni Ribisi.

Género: policiaco. EE UU, 2013.

Duración: 110 minutos.

Fleischer ve a unos tipos disparando y lo único que se le ocurre es filmar a cámara lenta. Siempre. El hartazgo. Por lo demás, el guion de Will Beal se escapa por la tangente con elipsis cada vez que la inverosimilitud de los hechos provoca dificultades. Así que cuando, en el desenlace, el héroe policial tiene al alcance de su pistola y sus esposas al gánster Cohen, pero las lanza a tomar viento para demostrar su hombría con un último combate a puñetazos, cliché del peor cine de acción, uno se acuerda de nuevo de los dibujos animados. No es que la película sea mala, es que la han escrito así.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Sobre la firma

Archivado En