A la caza de lo gratis en Cibeles

La máxima de muchos de los asistentes a la Madrid Fashion Week la verbaliza Belén, de 20 años. "Todo lo que sea gratis, está genial, ya sean copas o chocolate", afirma tras haberse recorrido la casi treintena de stand que rodean la zona de desfiles. Una zona vedada para gran parte de los visitantes, la mayoría mujeres, que se acercan estos días hasta el pabellón 14 de Ifema. "Lo mejor sería ir a un desfile, pero no se puede", se queja Irene, una mujer de mediana edad, que ha aprovechado el día para que le asesoren sobre un cambio de imagen en el espacio de una marca de cosméticos.
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La máxima de muchos de los asistentes a la Madrid Fashion Week la verbaliza Belén, de 20 años. "Todo lo que sea gratis, está genial, ya sean copas o chocolate", afirma tras haberse recorrido la casi treintena de stand que rodean la zona de desfiles. Una zona vedada para gran parte de los visitantes, la mayoría mujeres, que se acercan estos días hasta el pabellón 14 de Ifema. "Lo mejor sería ir a un desfile, pero no se puede", se queja Irene, una mujer de mediana edad, que ha aprovechado el día para que le asesoren sobre un cambio de imagen en el espacio de una marca de cosméticos.

Y eso que los puestos de firmas relacionadas con el cuidado o el embellecimiento del rostro y el cabello son los que registran más colas. Ana lleva casi dos horas esperando junto a su hija adolescente para que las maquillen. El mismo tiempo llevan aguardando su turno otra madre, Miriam, y su hija, de unos diez años, para que las peinen en la parte opuesta del mismo espacio. Llegaron a las 12 para pasar un día rodeadas de moda porque a la pequeña "le hacía mucha ilusión".

Cuando crezca quizá vuelva con sus amigas, como ha hecho Sonia de 19 años. Ya visitó Cibeles el viernes y entonces salió cargada de revistas y relajada por el masaje que le dieron en el espacio de una empresa de chocolates. Ayer domingo tuvo más suerte y pudo entrar a ver un desfile, el de Sita Murt. "En algunos pases te dejan entrar si hay huecos libres", explica. Eso sí tras esperar la consabida cola, que bien podría ser la previa a un concierto del ídolo musical del momento.

Además de los cosméticos y los desfiles, los productos que logran convocar las mayores filas son las revistas. Solo se reparten un número limitado cada vez que termina un pase y en apenas un par de minutos los ejemplares desaparecen. Muchos visitantes hacen la espera más llevadera con un cóctel o una cerveza sin alcohol en la mano. Algunos incluso combinan la cerveza con el chocolate. Una mezcla en principio poco apetecible, pero gratis.