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La NASA desvela al fin sus imágenes de 3I/ATLAS, el ‘misterioso’ cuerpo interestelar: “Parece un cometa y se mueve como un cometa”

La agencia espacial de EE UU descarta totalmente los rumores de que sea una nave alienígena, tras presentar las fotos y señales captadas por sus sondas en distintos puntos del sistema solar

La NASA ha roto su silencio sobre el cometa 3I/ATLAS, tras más de un mes y medio sin difundir información ni imágenes. Este miércoles, la agencia espacial de EE UU ha compartido sus más recientes imágenes del objeto interestelar, recopiladas por ocho de sus misiones científicas en diferentes puntos del sistema solar. Desde sus observatorios en la Tierra hasta sus sondas en Marte, pasando por el telescopio espacial Hubble, las fotografías y señales captadas y desveladas ahora por la NASA ayudan a que la comunidad científica tenga una idea mucho mejor de cómo es realmente este objeto astronómico tan inusual y misterioso.

Amit Kshatriya, asociado de la agencia espacial tomó la palabra al principio de la conferencia de prensa —celebrada en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, en Maryland (EE UU)— para aludir a los rumores del supuesto origen alienígena del cometa: “Este objeto es un cometa. Se ve y se comporta como un cometa, y toda la evidencia apunta a que es un cometa. Pero este ha venido de fuera del sistema solar, lo que lo hace fascinante, emocionante y científicamente muy importante”, declaró Kshatriya, quien dejó claro que si no habían salido antes a desmentir otras explicaciones ha sido por el reciente cierre de las administraciones que, como la NASA, dependen del Gobierno federal estadounidense.

El cometa fue detectado por primera vez el pasado 1 de julio, por el Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides (ATLAS, por sus siglas en inglés), una red de defensa planetaria financiada por la NASA y formada por cinco telescopios repartidos por diferentes puntos de la Tierra —uno de ellos situado en España, concretamente en el Teide—. Su nombre viene de ese sistema de alerta y de que es el tercer (3) objeto interestelar (I) detectado por la humanidad dentro de nuestro propio vecindario espacial, procedente de algún otro lugar de nuestra galaxia, la Vía Láctea.

Las primeras observaciones del 3I/ATLAS enseguida descartaron que suponga ninguna amenaza para la Tierra: su máxima aproximación será a más de 273 millones de kilómetros, el 19 de diciembre, y eso es casi el doble de distancia que hay entre nuestro planeta y el Sol. Sin embargo, sí ha pasado mucho más cerca de Marte —a unos 28 millones de kilómetros del planeta rojo, el pasado 3 de octubre— y allí la sonda orbital Mars Reconnaissance de la NASA tomó entonces, con su cámara de alta resolución, la foto más cercana que se ha hecho del cometa y que ha sido desvelado este jueves la agencia espacial estadounidense. Desde la superficie marciana, también el róver Perseverance interrumpió su exploración del cráter Jezero para dirigir su cámara al cielo y captar dos imágenes del 3I/ATLAS.

Semanas después de su descubrimiento, el telescopio espacial Hubble ya había puesto sus objetivos en este cometa y dio una primera estimación de su tamaño: el diámetro de su núcleo podría tener entre 320 metros y 5,6 kilómetros, lo que lo convierte en el mayor objeto interestelar visto en nuestro sistema solar, además de ser el más rápido: ha llegado a alcanzar los 246.000 kilómetros por hora.

A pesar de que este cometa que está cruzando el sistema solar a toda velocidad no tiene ningún riesgo de impactar con la Tierra —su trayectoria y detalles pueden seguirse en este visualizador interactivo presentado por la NASA—, tiene unas peculiaridades que han dado lugar a todo tipo de teorías sobre su origen. El mes pasado, Avi Loeb, un físico de la prestigiosa Universidad Harvard, planteó la hipótesis de que el 3I/ATLAS no era en realidad un cometa, sino una nave alienígena, y que se acercaba al centro de nuestro sistema planetario para, desde allí, lanzar sondas hacia la Tierra y otros planetas. Ese acercamiento máximo al Sol sucedió el 29 de octubre —pasó a unos 210 millones de kilómetros— y nada ha cambiado desde entonces en el comportamiento de este objeto astronómico.

Loeb ya atribuyó origen alienígena al primer objeto interestelar detectado —el asteroide 1I/ʻOumuamua, en 2017— y es una figura con un impacto mediático más basado en avivar este tipo de controversias que en sus investigaciones científicas sobre cometas y asteroides. El consenso entre los expertos en ese campo es que sus hipótesis son “descabelladas” y fruto de meras especulaciones. Pero la idea del origen alienígena del 3I/ATLAS ha encontrado amplio eco en las redes sociales, fomentado por teorías de la conspiración que buscaban solidez en el silencio mantenido por la NASA durante el último mes y medio, en lo que respecta a este objeto astronómico.

Sin embargo, el silencio de la NASA ha sido general y tiene que ver con el reciente cierre del Gobierno de EE UU —el más largo de su historia, entre el 1 de octubre y el 12 de noviembre de este año—. Además de que miles de empleados públicos no recibieran sus sueldos durante ese período, otra de las consecuencias es que las redes sociales de la agencia espacial han estado sin ninguna actividad durante ese período, en el que la agencia no ha publicado nuevos contenidos: ni sobre el cometa 3I/ATLAS ni siquiera para festejar el éxito del lanzamiento de dos sondas gemelas hacia Marte, realizado la semana pasada por un cohete New Glenn del magnate tecnológico Jeff Bezos.

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