11 de febrero, la iniciativa para crear referentes femeninos de la ciencia y la tecnología
Este proyecto conmemora la fecha que la Unesco declaró como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia
María García cuenta que siempre le han gustado las letras. Sin embargo, cuando tenía que elegir a qué dedicarse, impulsada por los comentarios que le advertían de que esta área “no tenía futuro” y por su interés por los ordenadores, se decantó por estudiar el grado en Ingeniería técnica en Informática de Gestión. Tras acabar la carrera “por cabezonería”, y con el transcurso de los años se dio cuenta de que apenas conocía referentes mujeres en el mundo de la informática: “A mí solo me habían hablado del señor de Microsoft, del señor de Apple, y del señor de Linux, no me habían hablado de ningun...
María García cuenta que siempre le han gustado las letras. Sin embargo, cuando tenía que elegir a qué dedicarse, impulsada por los comentarios que le advertían de que esta área “no tenía futuro” y por su interés por los ordenadores, se decantó por estudiar el grado en Ingeniería técnica en Informática de Gestión. Tras acabar la carrera “por cabezonería”, y con el transcurso de los años se dio cuenta de que apenas conocía referentes mujeres en el mundo de la informática: “A mí solo me habían hablado del señor de Microsoft, del señor de Apple, y del señor de Linux, no me habían hablado de ninguna mujer”. Hace casi cuatro años, escuchando un programa de radio en la cadena que solía escoger estaban hablando sobre la iniciativa 11 de febrero. El objetivo que tiene este proyecto ciudadano es promover actividades que conmemoren el día de la Mujer y la Niña en la Ciencia. La idea le gustó tanto que no tardó en apuntarse. Desde entonces es una de las coordinadoras de esta iniciativa que este año recoge cerca de 1.000 actividades, según recuenta.
La iniciativa pretende visibilizar a las mujeres que se dedican a las áreas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés), de manera que se creen referentes femeninos para la infancia y se rompan estereotipos. 11 de febrero es un nexo de unión entre profesionales de la comunidad STEM y centros educativos para facilitar charlas y talleres, según comenta García, además de proporcionar material e información relacionada. Otra de sus labores es publicitar todas aquellas actividades relacionadas con los objetivos que tienen marcados, como charlas o talleres. También cuentan con dos actividades propias: el concurso #Cuentáme11f en el que las científicas mandan un vídeo de 3 minutos para contar su labor. Este año es la segunda edición. De esta forma se visibiliza a científicas actuales y al trabajo que desempeñan. Estos vídeos se suben al canal de Youtube de la iniciativa y contabilizan los votos en función de los “me gusta” que reciban. Las ganadoras son entrevistadas en el podcast propio llamado Voces del 11 F, en el que también hacen capítulos temáticos.
Esta iniciativa comenzó a coger forma en septiembre de 2016. Apenas nueve meses antes, la Unesco había declarado el 11 de febrero como Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia como un recordatorio de que estas desempeñan un papel “fundamental” no solo en la ciencia, sino también en la tecnología, y animando a fortalecer su participación. El organismo defiende la igualdad entre géneros y la ciencia para el desarrollo sostenible, pero los datos están alejados de este objetivo: según recogen menos del 30% de los investigadores científicos en el mundo son mujeres.
La física Leni Bascones se enteró de esta declaración cuando apenas quedaban unos días para el 11 de febrero de 2016. Fue entonces cuando se decidió a movilizar a alguna sociedad científica para hacer algo por redes, mientras que otras personas por su parte también lo hicieron. Ese año, sin organización alguna, se consiguió ser trending topic. Meses después, al acabar el verano, se planteó seriamente que la comunidad científica organizase actividades. Junto con dos compañeras comenzaron esta iniciativa, a la que pronto se le unieron más.
“Empezamos a llamar puertas; éramos personas individuales y comenzaron a animarse diferentes personas y a raíz de ahí tiramos. Las redes sociales funcionaron bastante bien y ya el primer [11 de febrero] fue un éxito”, rememora Bascones, que formó parte de la coordinación hasta septiembre de 2020. No solo se interesaron por científicas, sino también por comunicadoras. El primer año consiguieron reunir más de 300 actividades.
Este año se acercan al millar. Las hay de todo tipo: charlas dirigidas a distintos públicos, obras de teatro, wikimaratones (en los que, según explica Bascones, las personas se organizan para subir perfiles de científicas a Wikipedia), concurso de cortos, o la decoración de escaparates, son solo algunas de ellas. “Para mí lo bonito es que cada persona a la hora de hacer las actividades haga con las que se siente más identificada y a la hora de ir como público haya para todos”, sintetiza.
Sin embargo, una gran mayoría están destinadas a niños. García critica que los libros escolares no visibilizan por igual a las mujeres. Un estudio realizado por Ana López-Navajas en la Universidad de Valencia sobre la presencia de hombres y mujeres en los libros de la ESO recoge una presencia general de mujeres muy baja, 12,8%, y que, si se observa su recurrencia, apenas alcanza el 7,5%. “Con el tiempo se va forjando esa idea de que la ciencia la hacen los hombres. Si tú desde el primer momento empiezas a conocer científicas y su trabajo lo ves como algo natural”, defiende Bascones.
García explica que con estas actividades escolares buscan disminuir los estereotipos de género para que vean que las mujeres también pueden estudiar carreras STEM. Una investigación publicada en la revista Plos One analiza el número de veces en las que se representan a hombres y mujeres y las profesiones que ejercen en recursos educativos para primaria. Los resultados muestran la distribución desigual por género de los adultos representados en una profesión científica: había muchos más hombres que mujeres (un 75% frente a un 25%). En cuanto a la representación de docentes ocurría lo contrario: ellas representaban un 63,9% frente al resto.
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