Un fármaco para tratar la artritis salva vidas contra la covid
El baricitinib reduce un 5% la mortalidad entre los hospitalizados con neumonía
En febrero del año pasado, cuando el mundo estaba a punto de entrar en el peor momento de la pandemia de coronavirus, un sistema de inteligencia artificial concluyó que un fármaco ya aprobado para tratar la artritis reumatoide podía ser efectivo contra la covid.
Casi dos años después, un estudio con más de 1.500 pacientes ingresados por covid en hospitales de 12 países, incluida España, acaba de demostrar que ese fármaco —baricitinib— es uno de los pocos tratamientos conocidos capaces de salvar vidas contra la enfermedad que provoca el SARS-CoV-2.
El estudio se realizó durante la...
En febrero del año pasado, cuando el mundo estaba a punto de entrar en el peor momento de la pandemia de coronavirus, un sistema de inteligencia artificial concluyó que un fármaco ya aprobado para tratar la artritis reumatoide podía ser efectivo contra la covid.
Casi dos años después, un estudio con más de 1.500 pacientes ingresados por covid en hospitales de 12 países, incluida España, acaba de demostrar que ese fármaco —baricitinib— es uno de los pocos tratamientos conocidos capaces de salvar vidas contra la enfermedad que provoca el SARS-CoV-2.
El estudio se realizó durante la segunda y la tercera ola —las más mortíferas— y muestra que si este medicamento se administra junto a los tratamientos ya conocidos, básicamente la dexametasona y en mucha menor medida el antiviral remdesivir, la mortalidad por covid se reduce un 5% en términos absolutos. Esto supone que se salva una vida por cada 20 pacientes tratados.
Los resultados de este ensayo vuelven a hacer patente la cruda realidad de los tratamientos contra la covid. Casi dos años después del inicio de la pandemia apenas hay fármacos que curen la covid.
Es la mayor reducción de mortalidad registrada hasta el momento en un ensayo de este tipo, resaltan los autores del trabajo
“Hicimos este estudio cuando mucha gente aún no estaba vacunada y la mortalidad era varias veces mayor que ahora”, explica Vicente Estrada, jefe de enfermedades infecciosas del Hospital Clínico de Madrid y firmante del trabajo. “Ahora los enfermos que tenemos son negacionistas que no han querido vacunarse y gente mayor con la pauta completa que está muy frágil”, relata. “Aunque la situación es menos grave, se nos sigue muriendo gente y este fármaco puede evitarlo en parte”, añade.
El baricitinib —con nombre comercial Olumiant— es un fármaco de la empresa estadounidense Lilly, que ha financiado el estudio. Fue elegido por el sistema de inteligencia artificial porque reduce las citoquinas. Estas proteínas inflamatorias producidas por el sistema inmune causan la famosa “tormenta de citoquinas” que puede matar al paciente.
El baricitinib ha mostrado reducir la mortalidad de los enfermos hospitalizados que están en un momento intermedio de la covid. La fase inicial de infección ha quedado atrás y los pacientes ya muestran neumonía en ambos pulmones y señales claras de inflamación. Pueden necesitar oxígeno pero aún no han caído de lleno en la tormenta inflamatoria ni han entrado en la UCI. Es en este punto cuando el baricitinib puede impedir que el tren “descarrile por completo”, en palabras de Eugene Wesley Ely, médico de la Universidad Vanderbilt (EE UU) y autor principal del trabajo.
“Ahora los enfermos que tenemos son negacionistas que no han querido vacunarse y gente mayor con la pauta completa que está muy frágil”Vicente Estrada, jefe de Infecciosas del Hospital Clínico
Esta es la mayor reducción de mortalidad registrada hasta el momento en un ensayo de este tipo, resaltan los autores del trabajo, publicado en The Lancet Infectious Diseases. En junio de 2020 se descubrió que la dexametasona reduce la mortalidad absoluta un 3%. Y en febrero de este año se averiguó que si a esta se le suma el anticuerpo monoclonal tocilizumab la mortalidad absoluta es un 4% menor. El antiviral remdesivir, en cambio, no ha demostrado claramente evitar defunciones.
“Lo más importante es que mostramos que dexametasona y baricitinib son complementarios”, resalta Estrada. “Ahora este fármaco está solo recomendado para enfermos de covid que no pueden tomar corticoides como la dexametasona. Nosotros planteamos que si estos resultados se confirman en más estudios sea aprobado junto con la dexametasona para todos los hospitalizados que estén en el estadío descrito en el estudio”, añade Estrada.
Las autoridades sanitarias de EE UU han aprobado el uso de este medicamento en ese tipo de pacientes —ingresados que reciben oxígeno pero aún no han llegado al punto de máxima gravedad ni al ingreso en la UCI—.
“Sin fármacos, la mortalidad de los pacientes en este estudio rondaría el 16%”, explica Jesús Sierra, coordinador del registro de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria, una base de datos de 16.000 pacientes para identificar fármacos asociados a una menor mortalidad por covid. “La dexametasona la reduciría al 13% y sumando el baricitinib se quedaría en 8%, casi la mitad”, añade. “El coste por paciente es de 325 euros, con lo que evitar una muerte supondría un gasto de unos 6.500 euros”, detalla.
“Este es un nuevo dato positivo que sin embargo no es la panacea, pues muestra lo difícil que es ganarle la batalla a esta infección en la población más expuesta”, resalta Marcos López Hoyos, presidente de la Sociedad Española de Inmunología. El experto confía en que, además de completar la vacunación, quizás en los próximos meses se comiencen a conocer datos de otros fármacos experimentales, sobre todo de antivirales capaces de evitar la replicación del virus y por tanto las fases más graves de la enfermedad. Entre ellos está la plitidepsina, un antiviral fabricado en España que resultó 100 veces más potente que el remdesivir.
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