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El dilema de las derechas chilenas: fundar o no una coalición amplia como fue la Concertación

El histórico expresidente de la UDI, tras las enjutos resultados de Matthei en la elección y las grandes posibilidades de Kast de llegar a La Moneda, propone una alianza amplia de las derechas, desde los libertarios al Partido de la Gente

Pablo Longueira, una de las voces más influyentes en los últimos 30 años de la política chilena y figura icónica de la UDI, un partido de la derecha tradicional que presidió (renunció en 2021), vaticinaba en diciembre de 2023, en una entrevista con EL PAÍS, que si Chile Vamos —el conglomerado que forman la UDI, RN y Evópoli— “no es bien liderado, puede ocurrirle lo mismo que a la Concertación: desaparecer”. Casi dos años después, la coalición cruje, tras el enjuto 12,4% que obtuvo Evelyn Matthei, la candidata presidencial del sector, en las elecciones del domingo 16. Llegó quinta entre ocho candidatos. Fue superada ampliamente por el republicano José Antonio Kast (23,9%), de la derecha radical y conservadora, quien pasó a segunda vuelta, que se celebrará el 14 de diciembre, con la abanderada del bloque de la izquierda y exministra del Trabajo del Gobierno de Gabriel Boric, la comunista Jeannette Jara (26,8%).

Si después del domingo el alcalde de Santiago, Mario Desbordes (RN), sepultó al conglomerado pues para él “está muerto”, y el tres veces exministro de Sebastián Piñera (2010-2014, 2018-2022), Cristián Monckeberg (RN), admitió que “está en su etapa final”. Longueira, sin embargo, ha ido más allá: “Chile Vamos nunca existió. No puede morir alguien que no existió (...) Para mí, nunca fue una coalición, era una sigla que unía a tres partidos. Una coalición hace [elecciones] primarias, convoca, participa, dirige, conduce, tiene comando (...). Aquí no hubo nada", dijo a radio Pauta este jueves.

Y agregó: “La única coalición que ha existido después del Gobierno militar [la dictadura, entre 1973-1990] fue la Concertación”, el conglomerado de centroizquierda que tuvo cuatro gobiernos consecutivos entre 1990 y 2010, pues “tenía estructura, sede, un secretario ejecutivo, comisiones políticas. Pero aquí [Chile Vamos] no hay nada”. El presidente de la UDI, el diputado Guillermo Ramírez, discrepa: “Decir que Chile Vamos se acabó, me parece una exageración”, señaló a CNN.

Hasta junio, Matthei era la favorita para llegar a La Moneda, pero resultó quinta. Kast contó, la noche del domingo, con el respaldo automático de Chile Vamos y el del líder del Partido Nacional Libertario, de la ultraderecha, Johannes Kaiser (13,%), que llegó en cuarto lugar. Las tres derechas suman más del 50% y para ganar la presidencial se necesita el 50% más uno de los votos. Pero en el camino hubo noticias para las derechas y la izquierda: el tercer lugar en la elección, con el 19%, fue para el populista Franco Parisi, fundador del Partido de la Gente (PDG) y muy crítico de Boric. La formación, además, logró 14 diputados. Hacia dónde irán esos votos del PDG en la segunda vuelta —sus electores son objeto del deseo para Kast y Jara— es todavía un misterio. Este jueves, sus parlamentarios electos se han declarado, en un comunicado público, como una “fuerza outsider" y “un movimiento independiente de los extremos políticos”. Y han dicho que decidirán sus apoyos en una consulta entre la “familia PDG”. Aunque uno de ellos, el periodista Javier Olivares, ya apoyó al republicano.

Una coalición amplia

Longueira, quien hace un mes fue absuelto del Caso SQM, ha dado varias entrevistas tras la elección. La primera fue este martes, en Canal 13: señaló que la del domingo “es la peor derrota política y cultural que ha habido la izquierda chilena”. “No hay ningún Gobierno, desde la democracia [1990], por cuya continuidad el 75% haya votado en contra (...) Esta es la única ocasión en que saca un poquito más del 25%. Y, además, con una, o tres derechas, con un discurso muy ideológico. Para mí, ese es un cambio cultural enorme y esta energía se va a instalar”.

Una energía que, luego de las grandes posibilidades que tiene Kast de llegar a La Moneda, estima que se debe canalizar en una coalición amplia, que vaya desde el Partido Nacional Libertario de Kaiser hasta el Partido de la Gente de Parisi y así “intentar una estructura de gobernanza que permita proyectar los gobiernos”.

“Tenemos que hacernos cargo que en nuestro mundo existe diversidad. El fondo, es cómo la estructuras y la organizas para poder construir un Gobierno que le ofrezca al país un camino de unos 12 años, porque creo que los países no progresan si se van alternando [los Gobiernos] cada cuatro años”, dijo el referencia a lo que se conoce como el péndulo chileno.

Para Longueira, este es un momento político para las derechas que se debe “capturar”. “¿Vas a ser un Gobierno en la expresión más dura de la derecha? Eso te va a durar cuatro años y, lo más probable, es que no puedas cumplir las expectativas que se han generado. Necesitas una nueva mayoría, un nuevo conglomerado, que acompañe en este desafío que tiene la derecha chilena. Y sin son capaces de construirlo con amplitud, puedes construir un cambio político que perdure en el tiempo. De lo contrario, va a ser una aventura de cuatro años".

Este jueves, en Pauta ha reiterado la idea de una gran coalición, que sea “la del 62%”. La cifra alude al porcentaje que en septiembre de 2022 rechazó, en un plebiscito, la propuesta de Constitución que propuso la izquierda. Aunque, en mayo de 2023, un segundo proyecto de la extrema derecha, liderado por los republicanos y apoyado por Chile Vamos, también fue sepultado por un 55% frente a un 44%.

Longueira advierte que Kast, por sí solo, obtuvo un porcentaje cercano al 25% en la primera vuelta y, de ser electo, eso no la dará una carta blanca para gobernar, pues necesitará de una alianza amplia.

“Cuando tú llegas al Gobierno se genera una mayoría en la segunda vuelta, que no es el apoyo a tu programa en la primera vuelta. Ese es el mayor error que cometen los presidentes, y que cometió Boric, y con el que hoy tiene que tener cuidado José Antonio y republicanos”, dijo a Pauta. “Hoy tienes un voto de castigo al Gobierno, pero no necesariamente es adhesión a lo que se ha planteado en primera vuelta. Ojalá lo estén leyendo así [los republicanos]. Y si no entienden el mensaje, obviamente van a cometer el mismo error y va a ser una experiencia de Gobierno tan traumática como ésta”.

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