Boric alude al crimen del venezolano Ronald Ojeda en la conmemoración del atentado a Bernardo Leighton: “Las dictaduras cruzan fronteras”
El mandatario ha inaugurado un seminario en homenaje al político democristiano en Roma. En 1975, un ultraderechista italiano, aliado con agentes de Pinochet, le disparó a él y su esposa Anita Fresno, quienes estaban exiliados en Italia
El 6 de octubre de 1975, el tres veces exministro de Estado, el democristiano Bernardo Leighton, bajaba de un bus en Roma junto a su esposa Anita Fresno cuando recibieron múltiples disparos que los dejaron gravemente heridos y, aunque sobrevivieron, lo hicieron con secuelas. El atentado provocó impacto y terror, y levantó rápidas sospechas de que detrás podía estar la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), que exilió a la pareja, y neofascistas italianos. Luego se supo que estuvo involucrado el ultraderechista Stefano delle Chiaie, con fuertes vínculos con la DINA, la policía secreta de Pinochet. El caso impactó a Chile e Italia y, cuando se conmemoran los 50 años, la Fundación Vittorio Occorsio, que lleva el nombre del juez asesinado en 1976 también por el grupo ligado a Delle Chiaie, ha invitado al presidente Gabriel Boric, quien culmina este miércoles su gira a Roma, a la apertura de un seminario en homenaje a Leighton. Ha asistido junto al mandatario de Italia, Sergio Mattarella.
Apenas se instaló la dictadura, sus tentáculos se extendieron fuera de Chile. El 30 de septiembre de 1974, el excomandante en jefe del Ejército, el general constitucionalista Carlos Prats y su esposa Sofía Cuthbert, fueron asesinados en Buenos Aires, donde estaban exiliados, luego que detonara una bomba en su automóvil. En 1975, ocurrió el ataque a Leighton y su esposa y, un año después, el 21 de septiembre de 1976, en el barrio cívico de Washington, estalló el automóvil donde viajaba el excanciller de Salvador Allende, Orlando Letelier, junto a su asistente Ronni Moffitt.
Esos tentáculos fueron abordados por Boric en su alocución en el Templo de Adriano, ubicado en el centro de Roma. “El intento de asesinato contra Leighton y su esposa no fue solo obra de la dictadura y la política chilena. Fue posible porque las diferentes dictaduras, en ese momento de extrema derecha, se pusieron de acuerdo para cometer este atentado”. Luego, dijo que hay lecciones que no se deben olvidar: “Las dictaduras y los líderes autoritarios cruzan fronteras para imponer el miedo cuando creen que pueden hacerlo impunemente. Sin ir más lejos, en Chile tenemos el caso del asesinato de un exmilitar venezolano [Ronald Ojeda], en donde uno de los sospechosos de haber perpetrado el asesinato es el mismo régimen del dictador Nicolás Maduro, que se robara las elecciones en su patria. Menciono esto porque es importante decir desde la izquierda que no podemos perder de vista que los desvíos autoritarios pueden estar a la orden del día en cualquier lado, y que la defensa de la democracia tiene que ser sin dobles estándares y que la defensa de los derechos humanos es siempre”.
Ojeda, un activo disidente de Maduro y con asilo político en Chile, fue secuestrado y asesinado en Santiago en febrero de 2024. El fiscal del caso, Héctor Barros, ha imputado el crimen a varios miembros del Tren de Aragua. Y ha dicho que “existen antecedentes claros que apuntan hacia Diosdado Cabello”, vinculando al número dos del régimen venezolano como quien habría “pagado y encargado” el delito.
El papel de Leighton en Roma
El embajador de Chile en Estados Unidos, Juan Gabriel Valdés, quien participa en Roma en el homenaje a Leighton, recuerda que cuando se enteró del atentado, él estaba en exiliado en Estados Unidos y se encontraba ese día junto a Orlando Letelier. En este diálogo con EL PAÍS, rememora que entonces le dijo a Letelier: “Orlando, esto es en serio. El año pasado mataron a Prats, ahora atentaron contra Leighton: te tienes que cuidar. Y él me dijo: jamás se atreverían a hacerlo en Washington”.
Delle Chiaie había conocido a Pinochet a Manuel Contreras, el jefe de la DINA, la policía secreta de la dictadura, en el funeral de Francisco Franco, en Madrid, en 1975. El ultraderechista tenía vínculos con Michael Townley, agente de la DINA, que estuvo tras los atentados con bomba en contra de Prats y Letelier. Fue quien lo ayudó a ubicar en Roma a Leighton: “Delle Chiaie hizo este ‘trabajo’ sin siquiera saber quién era Bernardo Leighton”, explica Valdés.
Italia recibió a cientos de exiliados chilenos, entre ellos José Antonio Viera-Gallo, actual embajador de Chile en Argentina. Precisamente a él llamaron, desesperados, desde Estados Unidos a Italia, Valdés y Letelier, para conseguir un médico que pudiera operar de urgencia a Leihgton en Roma, mientras su esposa estaba grave: quedó parapléjica.
En los setenta, Viera-Gallo junto a Leighton, Julio Silva Solar, quien fue diputado por la Izquierda Cristiana, y Esteban Tomic, crearon en el exilio en Italia la revista Chile América, que llegó a tener suscriptores en 66 países y desde el primer número denunció las violaciones a los derechos humanos de la dictadura.
Viera-Gallo recuerda que Leighton primero visitó Roma invitado por la DC italiana y que recorrió varios lugares denunciando los abusos de la dictadura. Y que fue tras un discurso en Holanda ante unos sindicatos, que Pinochet le prohibió volver a Chile.
En el exilio en Italia, Leighton cumplió un papel clave. Cuenta Valdés: “Fue el primer demócratacristiano que aseguró que la única forma de enfrentar a Pinochet era uniendo a toda la izquierda. Y él no tuvo ningún problema en juntarse con socialistas y comunistas, cosa que era muy rara en el Partido Demócrata Cristiano”.
El embajador recuerda que Leighton habló en manifestaciones públicas organizadas por el Partido Comunista italiano y por el Partido Demócrata Cristiano italiano. Y yo creo que la razón por la que atentaron en su contra fue, precisamente, porque él encarnaba esta idea de que la Democracia Cristiana no tenía que seguir sola [en la oposición a Pinochet].
Bernardo Leighton y Anita Fresno regresaran a Chile en 1978, autorizados por la dictadura, tres años después del atentado. Fueron recibidos en el aeropuerto en Santiago por el expresidente democristiano Eduardo Frei Montalva (1964-1970). Apenas pisó suelo del país sudamericano, Leighton se agachó y lo besó.