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El Partido Comunista de Chile se resiste a que los tribunales cierren el sumario por la muerte de Pablo Neruda

La jueza Paola Plaza, que debe determinar si el premio Nobel murió de cáncer o fue asesinado, cerró la causa en septiembre. Los querellantes señalan tener un antecedente nuevo

Ana María Sanhueza
Pablo Neruda
Pablo Neruda concede una entrevista en París, el 21 de octubre de 1971.Laurent Rebours (AP)

El Partido Comunista chileno ha presentado un recurso de apelación para que se reabra el sumario de la investigación sobre las circunstancias de la muerte del poeta y Premio Nobel de Literatura Pablo Neruda, quien falleció en la Clínica Santa María de Santiago el 23 de septiembre de 1973, 12 días después del golpe de Estado que lideró Augusto Pinochet (1973-1990) en que fue derrocado en presidente socialista Salvador Allende (1970-1973). El escritor padecía de un cáncer de próstata con metástasis, sin embargo, en 2011 se inició una indagatoria judicial luego que su exchófer, Manuel Araya, asegurara que fue envenenado mientras estuvo internado a través de la inoculación de una sustancia que, según él, fue una inyección letal.

El chófer, quien murió en junio de 2023, fue quien trasladó al poeta junto a su esposa Matilde Urrutia, desde su casa en Isla Negra, una localidad costera a unos 100 kilómetros de Santiago, hasta la Clínica Santa María. Su testimonio era el único en la causa que aseguraba que Pablo Neruda, quien se llamaba Neftalí Reyes, fue asesinado. En base a su declaración, que surgió tras una entrevista que otorgó a la revista mexicana Proceso, es que el Partido Comunista y el sobrino del poeta, Rodolfo Reyes, se querellaron.

El caso ha sido investigado durante 12 años por dos jueces, primero por Mario Carroza, quien dejó la causa en 2018 tras ser ascendido a la Corte Suprema, y luego por Paola Plaza, quien cerró el sumario el 25 de septiembre al estimar concluidas todas las diligencias y sin dictar procesamientos.

En 2013 Carroza ordenó la exhumación del cadáver de Neruda. Y, ese mismo año, un panel de científicos chilenos confirmó que la causa de muerte fue el cáncer. Pero, en 2017, un segundo grupo de científicos, de distintos países, tras nuevas pericias encontró la presencia de Clostridium botolinium en un molar del poeta. Ante las divergencias, en febrero de 2023 un tercer equipo de especialistas, de Canadá, Dinamarca y Chile, volvió a realizar pruebas destinadas a determinar si el Clostridium botolinium era de origen endógeno o exógeno, esto a fin de establecer si la bacteria estaba en el cuerpo del poeta al momento de morir o si entró después al lugar donde fue sepultado. Se trata de una información clave para el fallo que deberá emitir la magistrada Plaza sobre las circunstancias del deceso, si fue por su enfermedad o fue un homicidio, pero que ahora se dilatará tras la apelación del Partido Comunista.

El plazo para la apelación era de 15 días corridos, y justo en la fecha, el Partido Comunista, donde militaba el poeta, recurrió contra el cierre del sumario. En una conferencia de prensa esta mañana, Lautaro Carmona, presidente de la colectividad, señaló que “como partido tenemos la obligación política, moral, ética y jurídica de hacer lo que debe hacer una institución cuando temas que tienen una trascendencia histórica quedan a la interpretación en el cierre”. “Va a mostrar como una determinación nuestra la prueba de la perseverancia, la prueba de que cuando se lucha por las causas justas nunca hay que renunciar ni desmayar”.

Carmona dijo que Neruda “podría haber sobrevivido mucho tiempo a ese cáncer” y que “todas las pruebas dicen que la causa de su fallecimiento no fue ni tiene relación con la enfermedad que sostenía”. “No fue el cáncer como se hizo un certificado de defunción que indica esa causa. Hay una falta grave, que es un documento falso. Por eso nuestro equipo de abogados está solicitando que se precise las responsabilidades de todos quienes gestaron los procedimientos dentro de la clínica”.

Carmona se refiere al certificado de defunción de Neruda, que durante el proceso que tramitó el juez Carroza fue puesto en duda, pues señalaba que el deceso del poeta fue por “caquexia cancerosa”. Sin embargo, tras una pericia posterior a su cinturón de cuero, que aún conservaba la marca en la que lo abrochaba, se concluyó que no habría perdido peso por el cáncer avanzado, sino que al momento de fallecer pudo pesar unos 90 kilos.

El abogado que representa en la causa al Partido Comunista, Manuel Luna, dijo que en la petición de reapertura del sumario “hemos pedido diligencias concretas y una de ellas dice relación con la determinación de las personas que intervinieron en el delito” para lo cual “hemos citado antecedentes nuevos de quien podría estar vinculado directamente con poner la inyección”.

Luna dijo que el caso de Neruda es similar al de la muerte del simpatizante comunista Eduardo Morales, asesinado en noviembre de 1973 en la ciudad de San Fernando, en la Región de O´Higgins, a unos 140 kilómetros de Santiago, luego que se le inyectara una sustancia que resultó ser letal.

El abogado Luna recordó que en la causa de Neruda, el Departamento de Derechos Humanos de la Policía de Investigaciones (PDI) interrogó a todos los médicos que trabajaban en la Clínica Santa María en el período en que estuvo internado el poeta. “Pero, con posterioridad, uno de ellos, Eduardo Arriagada Rehren, ha sido condenado en una causa que se tramitó también dentro de las violaciones los derechos humanos”, por lo que solicitó su testimonio.

Según un fallo de 2021 de la Corte de Apelaciones de Santiago —queda pendiente el pronunciamiento de la Corte Suprema— en el caso de Eduardo Morales, “el examen toxicológico realizado a los restos de la víctima estableció la presencia de pentotal y persantin, lo que demuestra la participación de terceros en su muerte”, y elevó la condena en contra del médico Eduardo Arriagada Rehren.

Tras la presentación del Partido Comunista y del sobrino de Neruda, que pidieron la realización de más de 15 diligencias, la jueza Paola Paola debe resolver si acoge o rechaza reapertura del sumario. En caso negativo, las partes pueden recurrir a la Corte de Apelaciones de Santiago.

Sobre la firma

Ana María Sanhueza
Es periodista de EL PAÍS en Chile, especializada en justicia y derechos humanos. Ha trabajado en los principales medios locales, entre ellos revista 'Qué Pasa', 'La Tercera' y 'The Clinic', donde fue editora. Es coautora del libro 'Spiniak y los demonios de la Plaza de Armas' y de 'Los archivos del cardenal', 1 y 2.

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