La oposición reprocha a Colau que permita la ampliación de la Sagrada Familia

El pleno aprueba, entre críticas, el plan urbanístico que permitirá regular las obras del templo

La fachada de la Glòria de la Sagrada Familia, donde el templo quiere colocar un voladizo. CARLES RIBAS

Barcelona aprobó este viernes en el pleno del Ayuntamiento el plan especial urbanístico que permitirá regularizar las obras de la Sagrada Familia (y que pague licencia tras más de 130 años creciendo sin permiso). Pero la oposición en pleno, tanto los partidos que votaron a favor del acuerdo alcanzado por el gobierno de la alcaldesa Ada Colau y la...

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Barcelona aprobó este viernes en el pleno del Ayuntamiento el plan especial urbanístico que permitirá regularizar las obras de la Sagrada Familia (y que pague licencia tras más de 130 años creciendo sin permiso). Pero la oposición en pleno, tanto los partidos que votaron a favor del acuerdo alcanzado por el gobierno de la alcaldesa Ada Colau y la Junta Constructora (el PDeCAT, Ciutadans y el PP), como los que votaron en contra (PSC y CUP), reprocharon al ejecutivo que el plan aprobado permite al templo crecer sobre la calle de Mallorca.

Porque el plan contempla la construcción de un enorme voladizo de cemento que sería la primera pieza de la escalinata que el templo quiere construir sobre la calle de Mallorca y que comportaría derribar edificios y echar a 3.000 vecinos. Los vecinos, que la semana pasada se manifestaron, rechazan el acuerdo y critican que se cocinó con el templo de espaldas a ellos. Además, cuestionan que los dibujos con los que la Sagrada Familia defiende que el arquitecto Antoni Gaudí dibujó la escalinatasean del autor del templo y mantienen que las proyectaron discípulos suyos.

La teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, defendió la votación como "paso histórico en el urbanismo de la ciudad", que "significa legalizar las obras que se realizaban sin licencia desde hace más de un siglo" y de un avance que se produce gracias a "la colaboración" entre el consistorio y la Junta Constructora. Sanz subrayó además que la regularización irá acompañada de una aportación de 36 millones de euros del templo para compensar a la ciudad por los efectos negativos que generan sus visitantes.

Los grupos felicitaron al ejecutivo, pero señalaron que el acuerdo no aborda eventuales afectaciones urbanísticas. "Es un buen trabajo, regulariza lo existente, pero este era el trabajo fácil, falta lo difícil", advirtió el concejal del PDeCAT, Jordi Martí, que recordó que incluso el Colegio de Arquitectos pidió la retirada del plan. "El acuerdo deja fuera la construcción de la fachada principal y la escalera", añadió Koldo Blanco, de Ciutadans. "Han optado por solucionar la parte más fácil, no afrontan las afectaciones de la zona", insistió el popular Alberto Vilagrassa.

Los únicos que votaron en contra fueron los socialistas y la CUP. Daniel Mòdol, que si algo tiene es falta de simpatía por el templo, espetó: "No nos podemos creer la mutación de Barcelona en comú: decía que pararía los desahucios y hoy acosan a los vecinos. Esta gente desayuntará hormigón la próxima década". Desde la formación anticapitalista Pere Casas se preguntó si es un "aviso a navegantes que no se puedan cobrar licencias si no se redacta un plan especial". Desde ERC, Jordi Coronas, que se abstuvo, aseguró que "dejan la patata caliente de la escalinata y las afectaciones al próximo gobierno".

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