El desnudo literario de Britney, la última novela de Vargas Llosa, el parloteo vulnerable de Yasmina Reza y otros libros de la semana

Britney Spears, la princesa del pop de finales de los noventa, con más de 100 millones de discos vendidos en todo el mundo, llegó años después a mendigar a sus cuidadores patatas fritas durante la larga tutela en la que su padre tomaba todas las decisiones que le afectaban —él pasó a ser, según sus propias palabras, “Britney Spears”—; y nunca se las daban: para que no ganara peso, solo le permitían comer pollo y verduras enlatadas. “Era degradante”, explica en La mujer que soy, la autobiografía...

Britney Spears, la princesa del pop de finales de los noventa, con más de 100 millones de discos vendidos en todo el mundo, llegó años después a mendigar a sus cuidadores patatas fritas durante la larga tutela en la que su padre tomaba todas las decisiones que le afectaban —él pasó a ser, según sus propias palabras, “Britney Spears”—; y nunca se las daban: para que no ganara peso, solo le permitían comer pollo y verduras enlatadas. “Era degradante”, explica en La mujer que soy, la autobiografía que se publica ahora simultáneamente en 26 mercados tras el cobro de 15 millones de dólares. Lejos de lo que pueda parecer, no se trata de un autohagiografía edulcorada. Se trata de un “relato riguroso de su descenso a los infiernos, narrado con una voz literaria que no tiene mucho que ver con el registro neutro o funcionarial de productos parecidos”, escribe en su reseña del libro Àlex Vicente.

Le dedico mi silencio es la despedida narrativa de Mario Vargas Llosa, aunque pronto publicará un ensayo sobre Jean-Paul Sartre. Después, la merecida jubilación. En su última novela, vuelve a un Perú roto por las diferencias sociales. Y lo hace con un recurso narrativo frecuente en su obra: el protagonista está inmerso en la escritura de un libro, en este caso un ensayo sobre la música criolla (valses, huainos, marineras…) como mágica panacea nacional contra la desunión y la desigualdad del país. Una reflexión del Nobel sobre el idealismo bienintencionado pero reductivo, que conduce al engaño, la derrota y la melancolía.

Por su parte, la escritora Luna Miguel reseña las dos últimas novelas cortas traducidas de la francesa Yasmina Reza: Adam Haberberg, una parodia del escritor cisgénero, heteronormativo, blanco y misógino que se adelanta casi dos décadas a las críticas vertidas sobre dichos especímenes desde los feminismos; y Anne-Marie La Bella, el monólogo de una actriz retirada que enumerar los amores y las miserias de toda una vida. Otra novela analizada esta semana es Mediodía en el tiempo, en la que José María Guelbenzu ensancha y ahonda la radical indagación sobre la vida y la conciencia de uno mismo que abordaba en otros títulos inolvidables.

Y también destacan los ensayos Universal concreto. Método, ontología, pragmática y poética de la ejemplaridad, de Javier Gomá Lanzón; De campesinos a franceses. La modernización del mundo rural (1870-1914), la obra cumbre Eugen Weber que sigue vigente 50 años después de su publicación; Testigo de un tiempo incierto. De la caída del Muro a la invasión de Ucrania, una repaso de Javier Solana a la situación internacional desde las últimas décadas; y el volumen ilustrado El franquismo. Una historia gráfica, de Gonzalo Pontón y Amat Pellejà.

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