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Costa Rica evita ‘in extremis’ aplicar un plan de cortes eléctricos, pero muestra fragilidad de su matriz renovable

Las lluvias de la semana permiten al país centroamericano mantener la estabilidad del servicio, aunque no hay certeza sobre la situación de los próximos días

Una planta hidroeléctrica en Costa Rica
Una planta hidroeléctrica en Costa Rica.Joe Raedle (Getty Images)

Costa Rica logró evitar el plan de racionamientos eléctricos de hasta tres horas diarias anunciado para esta semana en todo el país centroamericano por una fuerte caída de los caudales en las plantas hidroeléctricas. Las lluvias de los últimos días permitieron una recuperación mínima para mantener la estabilidad del servicio en todo el país, según los reportes que cada día ha emitido el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) para postergar la entrada de los apagones. La emergencia parece controlada por ahora, pero ha dejado en suspenso la situación de los próximos días y encendida la alerta sobre la fragilidad de la matriz energética basada en fuentes renovables sobre las que las autoridades carecen de control.

“Si Dios nos sigue ayudando no habrá racionamientos del todo”, dijo el miércoles el presidente Rodrigo Chaves, apelando a la fe como un factor favorable para la suspensión del plan de racionamiento programado para empezar el lunes y que ya se descartó para toda la semana, al menos. Reportes oficiales emitidos cada dos días han señalado la recuperación leve de los embalses de las principales plantas hidroeléctricas, que sostienen casi un 70% de la generación eléctrica del país orgulloso del carácter limpio de su producción eléctrica y que al juntarse con pequeñas instalaciones eólicas, geotérmicas y solares deja en menos de 10% la porción de electricidad alimentada por combustibles fósiles.

El problema viene cuando merman las lluvias y los vientos, como ocurrió en los últimos meses por efectos del fenómeno climático El Niño sobre la zona central del continente. El déficit de lluvias en 2023 y primer trimestre del 2024 puso en jaque la estabilidad del servicio y obligaron a preparar racionamientos como no había ocurrido desde el 2007, aunque in extremis ha entrado la época lluviosa estacional y ha suspendido los cortes.

“La primera semana de aplicación de la medida concluirá sin haber efectuado cortes en el abastecimiento eléctrico del país”, reportó este mediodía el ICE, entidad estatal que tiene el monopolio de la distribución eléctrica en el país. “De avanzar la consolidación de la época lluviosa, se valorará en los próximos días el eventual levantamiento de la alerta de racionamiento. Hasta ese momento, seguirá activo”, añadió el comunicado oficial, sin dar certeza sobre el abastecimiento de la semana próxima. “Desearíamos contar con una proyección mayor, pero dependemos de la volatilidad de las condiciones meteorológicas”, reconocen las autoridades.

Embalses a filo de agua se llaman los sistemas de generación que se nutren de la lluvia de cada día y que han resultado vitales en esta semana. Un día a la vez, sin posibilidad de pronosticar más allá de unas horas, es la manera como las autoridades eléctricas han enfrentado el momento crítico enviando voltaje a las líneas de transmisión, pero también a la discusión política por las culpas de haber llegado a esta escasez y por las responsabilidades de planificación. También por la manera en que el país debe prepararse para el futuro, más aún con la política de atracción de industrias extranjeras intensivas en el consumo energético y por el aumento de uso de aires acondicionados debido al incremento de temperaturas.

El debate de tiempos recientes sobre la sostenibilidad del modelo energético se reactivó al punto de que el presidente Chaves ha dejado abierta la posibilidad de reactivar un gran proyecto hidroeléctrico llamado Diquís, en la zona sur del país, que obligaba a construir un enorme embalse con repercusiones ambientales y sociales, pues incluso requería de consulta a poblaciones indígenas que viven en esa región. El motivo para cancelar el proyecto en 2018, sin embargo, era la consideración de que el país tenía exceso de capacidad instalada para generar electricidad.

También hay en el papel proyectos para generación solar y geotérmica, con el propósito de mantener el carácter sostenible de la matriz energética, aunque reconociendo que debe haber una mayor reserva basada en hidrocarburos, como ha dicho el ministro de Ambiente y Energía, Franz Tattenbach. En paralelo, surgen llamados sobre una reforma legal que amplía la generación de plantas privadas y la posibilidad de romper el monopolio estatal que mantiene el ICE. Su presidente ejecutivo, Marco Acuña, por ahora respira aliviado por sortear la insuficiencia energética del momento, aunque sabe que nada está solucionado del todo por motivos que en agosto expresó en una entrevista a EL PAÍS: “No podemos firmar un contrato de compra de energía con la madre naturaleza”.

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