Medio millón de vecinos de São Paulo siguen sin luz a los tres días de una tormenta que mató a siete personas

El viernes pasado, al filo de las cuatro de la tarde, oscureció del tal manera en São Paulo que parecía que había anochecido. En realidad era una tormenta de especial virulencia, con fuertes lluvias y vientos superiores a los 100 kilómetros por hora, que ha causado la muerte de siete personas además de gravísimos daños materiales en la ciudad más poblada de América Latina. Un nuevo fenómeno climático extremo. Este lunes, tres días después de la tempestad, medio millón de vecinos siguen todavía sin suministro eléctrico en São Paulo y otros 24 municipios metropolitanos, según la empresa Enel. El apagón llegó a afectar a 3,7 millones de personas. Las clases han quedado suspendidas en los barrios más afectados por el vendaval que se llevó por delante cientos de árboles que, al caer, bloquearon cientos de calles.

Las víctimas perdieron la vida al ser alcanzadas por árboles o por muros que se desplomaron ante la fuerza de las ráfagas de viento. Dos fallecieron en la ciudad, el resto en municipios de los alrededores. Enel estima que el suministro estará completamente restablecido este martes.

Los fenómenos climáticos extremos se multiplican en Brasil, como en otros países, agravados este año por el efecto El Niño, que durante el mes de octubre ha causado una sequía histórica en torno al río Amazonas, como fortísimas lluvias en la región fronteriza con Argentina o un huracán de categoría 5 en Acapulco (México).

Algunos de los paulistanos afectados celebraron ruidosamente la vuelta de la electricidad a sus hogares, según contó con ironía el tuitero Tiago Scheuer. “¿Final del Mundial? No, es solo la energía eléctrica que vuelva al barrio 53h13 minutos después! Surrealista!”, se felicitaba el domingo.

Surrealista fue también el calificativo elegido por Gabriela Lotta, otra usuaria de X que se quejaba de sufrir semejante estrago “en una metrópoli como São Paulo”. Por cierto, la ciudad más rica de la región.

Mientras cientos de miles de personas perdían la comida guardada en las neveras y se buscaban la vida para darse una ducha caliente o cocinar en casas de allegados, el alcalde, Ricardo Nunes, estaba en el circuito de Interlagos, disfrutando de la Fórmula 1. Nunes pretende ser reelegido dentro de un año.

El alcalde de São Paulo ha explicado este lunes que ya han logrado retirar más de 170 árboles caídos, pero aún quedan unos 125 que todavía bloquean calles. Están esperando a que la empresa de electricidad corte el suministro para retirarlos con seguridad. Una docena de escuelas permanecen cerradas.

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