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Carlos Nobre: “El potencial económico de los bosques en pie en la Amazonia es mayor a la agricultura”

Uno de los científicos más reconocidos de la región insiste en que esta selva está cerca de un punto de no retorno, pero destaca el potencial de su conservación

Carlos Nobre en la reserva ecológica de Cuieiras, a 100 kilómetros de Manaus.Tore Marklund (Divulgação)

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A pesar de que tiene en su mente todos los datos de lo que podría salir mal con la Amazonia, el científico brasileño Carlos Nobre (São Paulo, 72 años), uno de los más reconocidos por sus estudios en este ecosistema, asegura sentirse esperanzado. Lo dice en la primera Conferencia Panamazónica por la Bioeconomía que se realizó en Belém, Brasil, hace dos semanas, donde más de 300 líderes indígenas, miembros de la sociedad civil y representantes de los gobiernos locales les enviaron a los presidentes de los países amazónicos una serie de recomendaciones de cómo debería ser la economía de la región. Y esas conversaciones para pensar en cómo lograr una nueva bioeconomía, afirma, le genera optimismo.

La primera vez que Nobre viajó al Amazonas fue en 1971. “Claro, en ese tiempo había casi que cero deforestación”, comenta. Para 1975, solo el 4,5% de sus bosques habían sido despejados, por lo que tuvo la oportunidad de conocer la región sana, sin disturbios, con “magníficos ríos”. Desde entonces, hace medio siglo ya, empezó a advertir que la Amazonia podría llegar a un punto de no retorno. Hoy, ante sus ojos, sus predicciones parecen volverse realidad.

Pregunta. ¿Qué siente al ver lo que está sucediendo con la Amazonia?

Respueta. Estoy muy preocupado porque he estado investigando mucho sobre este tema. Hace 33 años publicamos el primer artículo científico llamando la atención sobre la deforestación y cómo llevaría a un punto de no retorno a la Amazonia, a pesar de que en ese momento la deforestación era solo del 7%. Pero, ahora, por desgracia, no se trata de una proyección para el futuro, sino que estamos al borde de este punto de inflexión. La Amazonia está muy cerca de llegar allí. Por lo tanto, necesitamos realmente detener la degradación de los bosques de inmediato. Y esa es la idea de esta conferencia: cómo mantener el bosque y cómo mejorar los medios de vida de toda la población amazónica. Entonces tenemos que crear una nueva economía que llamamos la bioeconomía del bosque en pie.

P. Usted es el primer autor de un estudio que se presentó recientemente sobre cómo la bioeconomía es clave para la Amazonia de Brasil. ¿A qué conclusiones llegaron?

R. Ese estudio mira el potencial de las cadenas de valor de los productos forestales, analiza más de 40 productos. Y luego miramos que, si desarrollamos estos productos, en vez de desarrollar los negocios estándar, como la ganadería, que ha sido el principal motor de deforestación durante 50 años, podremos sostener el bosque con una bioeconomía estable. Es más, encontramos que esa bioeconomía generaría más de 300.000 empleos más, además de mejorar tremendamente la calidad de vida de toda la población amazónica. Tambiénimplicaría la restauración de un área muy grande, de casi un millón de kilómetros cuadrados, que, además, implica retirar casi 1.000 millones de toneladas de dióxido de carbono de la atmósfera, esencial para combatir la emergencia climática.

Carlos Nobre en la primera Conferencia Panamazónica de Bioeconomía, en Belém (Brasil).Manu Cecim (Cortesía)

P. ¿Y cómo se lo explicaría a alguien que no es cercano al tema? ¿Qué es la bioeconomía?

R. La bioeconomía es una economía que tiene que ver con los productos de la naturaleza, así que hay varias definiciones. Nosotros preferimos usar la palabra ‘la bioeconomía de los bosques en pie’, solo para que no se confunda con otras bioeconomías, como la agricultura, que también tiene que ver con los productos de la naturaleza. Y lo decimos así porque es esencial mantener los bosques para evitar que la Amazonia llegue a un punto de no retorno. Como lo he dicho, debemos mantener los bosques y restaurar una gran parte de los que ya hemos degradado.

P. ¿Cómo puede la bioeconomía evitar que se llegue a ese punto de no retorno?

R. Para esto hay dos grandes desafíos. Uno es en la Amazonia propia: que se dé cero deforestación, cero degradación y que se restauren las áreas degradadas. Lo segundo, que ya es más grande que la Amazonia, es que cumplamos con el Acuerdo de París: evitar que la temperatura de la tierra aumente más de 1,5°C en comparación con la era preindustrial para final de siglo. Si perdemos control de la temperatura e incrementa 2,5°C o 3°C – actualmente estamos a 1,15°- eso también causaría que la Amazonia desaparezca. Entonces tenemos esos dos desafíos. Uno local y otro global. Pero si cumplimos con el Acuerdo de París, llegamos a cero deforestación y ponemos a correr este gran proyecto de restauración, de un millón de kilómetros cuadrados, entonces el crecimiento de ese bosque secundario sería capaz de evitar ese punto de no retorno. Aunque, bueno, hay algunas investigaciones que dicen que la parte más al sur del Amazonas ya llegó a su punto de no retorno, aunque aún hay una discusión científica al respecto.

P. En cuanto a los cambios que está teniendo la Amazonia, usted usa un término, el de “sabanización”. ¿De qué se trata?

R. En el norte y el sur del Amazonas, tenemos lo que se conocen como sabanas tropicales que evolucionaron por 40 millones de años al clima de esas zonas, uno de tipo monzón. Es decir, tienen periodos de sequía de seis meses y muchos incendios provocados por relámpagos. Esa mezcla de cosas dio para que se convirtieran en sabanas tropicales. Entonces cuando hablamos de sabanización de la Amazonia queremos decir que, cuando se llegue a ese punto de no retorno, solo el 50% de la región sería bosque. Quizás el 70%. En realidad, solo los lugares donde sigue cayendo mucha lluvia, unos tres metros de lluvia. El resto, el sur, el oriente y el centro de la Amazonia empezarían a tener un clima como el de la sabana, con estaciones secas de seis meses, perdiendo el bosque, así que por eso le llamamos sabanización.

P. Justo de esta conferencia saldrán una serie de recomendaciones para los Gobiernos de países amazónicos. ¿Qué les diría usted si los tuviera en frente?

R. Inicialmente, que es urgente lograr la cero deforestación y degradación, aunque sé que es un gran desafío, porque mucha tiene que ver con negocios ilegales, con el crimen organizado. Pero por eso necesitamos que los Gobiernos apliquen una gobernanza efectiva. Además, también debemos convencerlos que el potencial económico de los bosques en pie, de la bioeconomía, es mucho mayor al del sector de la agricultura como la conocemos hoy. De nuevo, esto no es fácil porque los políticos de la Amazonia siguen estando asociados con la economía actual, con la ganadería, entonces ahí debemos dar una gran batalla para convencer a los Gobiernos. Vemos que hay discursos políticos como los de Lula [en Brasil] o Petro [en Colombia], que son hermosos. Pero, desafortunadamente, hay un gran grupo de políticos dentro de la Amazonia que están asociados con la economía actual, incluyendo el crimen organizado.



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