El uribismo perdió, pero no se da por vencido
Tras la derrota de Fico Gutiérrez, el Centro Democrático dará libertad a sus electores para adherirse a la campaña de Rodolfo Hernández
Desde la noche del domingo, Rodolfo Hernández es la pala con la que el uribismo intenta desenterrarse, tras el derrumbe en el que quedó atrapado con la derrota de Federico Gutiérrez. Al candidato de la derecha, que parecía el seguro contendor de Gustavo Petro en la segunda vuelta, le salió el tiro por la culata. Ponerse en la orilla opuesta al izquierdista permitió que por el medio se colara el exalcalde de Bucaramanga, que cambió por completo el escenario electoral. No ser de un lado ni del otro, ni estar vinculado a ninguna figura política, fue lo más audaz que hizo Hernández para llegar a esta etapa como protagonista.
Ya no es Petro sobre quien están puestos los focos. Y si Uribe no pintaba en estas elecciones hace una semana, ahora con Fico de vuelta a su casa en Medellín, su nombre es totalmente irrelevante, aunque desde el petrismo se quiera ubicar a Hernández como el as bajo la manga del uribismo como estrategia para revivir al enemigo que necesita para hacer campaña. Tendrán motivos para sostener esa idea. Gutiérrez, tras aceptar que perdió, anunció su voto por el ingeniero. También lo han hecho otras figuras visibles del uribismo y de la derecha, que no se dan por vencidas y se pondrán del lado que sea con tal de evitar que Petro llegue a la presidencia de Colombia.
La senadora del Centro Democrático (CD) María Fernanda Cabal –la más votada del uribismo– reconoce que el escenario en el que quedó su colectividad tras la jornada del domingo no es el ideal. “Yo tengo especial independencia, en cuanto a que mis posturas fueron desde un principio críticas con este gobierno [el de Duque]. No rompió monopolios ni gestionó con el partido de Gobierno [su partido]. El resultado: un partido disminuido y una base electoral propia dolida”, asegura a este diario. Fico Gutiérrez, que quedó de tercero con el 24% de los votos, fue sepultado por el peso del impopular Ejecutivo de Iván Duque, incluso dentro del movimiento que lo llevó al poder. El Centro Democrático no logró tener candidato propio y Gutiérrez no terminó de convencer justamente por ser visto como el representante del continuismo.
“Las bases que quieren libertad se irán a apoyar al ingeniero, que no necesita estructura clientelista y tiene suficiente opinión para ganar”, señala Cabal, que ante la pregunta de si –como ha repetido desde anoche el petrismo– Rodolfo Hernández era “el gallo tapado” del uribismo, responde con otra pregunta. “¿Y Petro es el “gallo destapado” de Santos?”. No se necesita hacer mucho cálculo político para suponer que los votos de la derecha se irán con Hernández, así él no los esté pidiendo. Si no es Hernández, es Petro y ni el uribismo ni los partidos tradicionales parecen dispuestos a permitir que la izquierda llegue al poder. Sería la primera vez en la historia de Colombia.
El expresidente Uribe, que cada vez tiene más claro que resta en lugar de sumar, así como lo hizo con Fico Gutiérrez, se mantendrá en la sombra de la campaña del ingeniero, aunque su voto sea por él. Cómo no va a serlo si es su última opción para no ver a Petro en la Casa de Nariño. “Uribe estuvo al margen de la candidatura de Fico para no le endilgaran ninguna responsabilidad. Nuestra base está dispersa por cuenta del Gobierno [actual]”, señala la senadora Cabal, que anuncia que emprenderá una campaña de cara a las elecciones del próximo 19 de junio: “Yo estaré construyendo mi propia plataforma de democracia digital, hablando con la gente, recorriendo el país y viajando al exterior para fortalecer los lazos de países que enfrentamos la perversidad como lo es la internacional progresista Grupo de Puebla”.
La derrota de Federico Gutiérrez sintió el peso de que siempre lo compararan con Duque, como lo insinúa la senadora, pero también el del abandono que fue sufriendo en el camino, y que se notó en las encuestas, en las que no pudo despegar más allá de un veintipico que logró cuando ganó la consulta de la derecha. Aunque el expresidente liberal César Gaviria se puso la camiseta y se rebeló incluso contra voces destacadas de su colectividad, su apoyo no se tradujo en votos, ni siquiera en su compañía el día más importante de la contienda. En el lugar donde Gutiérrez esperó los resultados, la tarde el domingo, sobraban dedos de la mano para contar las personalidades políticas que lo acompañaban: Enrique Peñalosa y Jaime Castro, dos exalcaldes de Bogotá. No hubo banderas de ningún color, como sí ocurrió hace cuatro años, cuando todos los que ahora respaldaban a Fico, empujaron a Duque para llegar al Ejecutivo.
El senador Ernesto Macías, también del Centro Democrático, reconoció el mazazo que significa para su partido que la presidencia de Colombia esté entre dos candidatos que están por fuera de la tradición política. “Nada qué discutir. Nos derrotaron”, escribió en Twitter. Pero entre los dos opcionados en llegar al Gobierno hay uno que les incomoda más y es por eso que, desde ya, Rodolfo Hernández puede contar con sus votos, sin ni siquiera buscarlos. Este lunes, cuando lo que no sobran son análisis de lo que podrá pasar el próximo 19 de junio, Hernández mandó un mensaje que –cierto o no– ratifica un poco más la idea de que es un independiente, una de las razones que lo llevaron a superar a Gutiérrez. “El uribismo puede brindar todos los apoyos que quiera, pero no se les cambia el discurso, cero negociaciones, cero alianzas con esos politiqueros de siempre”.
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