Galán se reunirá con el gobernador de Cundinamarca para discutir sobre el pico y placa regional los sábados en Bogotá

El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, ha anunciado este lunes que se reunirá el miércoles con el gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey, para dialogar sobre su decisión de imponer la restricción vehicular del pico y placa a los vehículos matriculados fuera de la ciudad. En una rueda de prensa, el mandatario de centro ha manifestado que, además del líder del departamento que circunda a la capital colombiana, en la reunión participarán algunos alcaldes y servirá para “dialogar en general las circunstancias que hay, buscando trabajar conjuntamente por la equidad y la corresponsabilidad”. La medida anunciada por el Distrito será implementada durante el primer semestre del próximo año (sin una fecha exacta), consistirá en limitaciones a la movilidad durante dos sábados del mes, y desde ya ha despertado tensión entre Galán y distintos mandatarios.

Tras el anuncio de la decisión de Galán, el pasado 21 de noviembre el personero de Bogotá, Andrés Castro, anunció la instalación de una mesa con sus pares de los municipios de Fusagasugá, Soacha, Chía, Cajicá, Facatativá, Madrid, Mosquera y Subachoque, para dialogar sobre la decisión y aliviar esa tensión. Ya han realizado un primer encuentro sobre la medida, sus impactos y los estudios que la sustentan, que Castro calificó de “técnico y sereno” y que giró alrededor de “los efectos de la decisión sobre derechos fundamentales y humanos como la movilidad, el trabajo, la salud, la educación y los derechos de las familias que se ven afectadas por los desplazamientos entre Bogotá y municipios vecinos”. El encargado de los derechos humanos de la ciudad expresó que cuando se conozca el texto de la decisión instalará otra mesa “apoyada por expertos para hacer un análisis riguroso y definir la forma de intervención de las personerías”.

Al anunciar la medida, el pasado 14 de noviembre, Galán argumentó que busca que las personas que transiten por las vías de la capital matriculen sus vehículos allí, un asunto que calificó como “lógico”. Según él, eso dará a la ciudad más recursos para invertir en los semáforos, las vías, y la prevención e intención de los accidentes. “Hoy, 3 de cada 10 carros que circulan por Bogotá están matriculados por fuera de la ciudad. Eso significa que usan las vías, contribuyen al trancón, a la contaminación, pero no pagan impuestos”, reprochó al momento del anuncio, cuando agregó que desde 2012 el número de matriculaciones en Bogotá ha caído “exponencialmente”. Ese año se matricularon el 37,3% de los vehículos nuevos de todo el país, mientras que en 2024 solo lo hicieron el 13,7%. La Alcaldía ha agregado que ese descenso de matriculaciones, que desde el 2015 suma 241.000 vehículos, ha evitado que se obtengan cerca de 1,1 billones de pesos por cuenta del impuesto de vehículos para invertir en la ciudad.

La medida fue aplaudida por expertos en movilidad y transporte como el profesor Juan Pablo Bocarejo, director del departamento de Ingeniería Civil y Ambiental de Universidad de Los Andes, quien a través de su cuenta de X calificó la decisión como “justa”. Aseguró que “muchos bogotanos matriculan vehículos fuera de Bogotá mientras usan las vías y los recursos de la ciudad” y recordó que “en muchos países es obligatorio tener el vehículo registrado en la ciudad de residencia”.

El gobernador Rey, sin embargo, rechazó de plano la medida. En un mensaje a través de X el pasado 27 de noviembre, aseguró que esa restricción envía “un mensaje de segregación contrario a la integración regional y desnaturaliza el impuesto vehicular”, cuyo objetivo, agregó, es garantizar la libre circulación en el país, no limitarla. El político planteó alternativas como destinar parte de los recursos que Bogotá y Cundinamarca transfieren a la recientemente creada Región Metropolitana para que esta los destine al mantenimiento de la semaforización, así como avanzar en una reforma que permita transferencias recíprocas del impuesto según el domicilio del contribuyente.

Asimismo, a través de un comunicado oficial, ese mismo día el gobernador reprochó que la medida no fuera “socializada ni discutida con el departamento ni los municipios”. Rey aseguró que “se basa en una lectura superficial y poco rigurosa del comportamiento del parque automotor de la región, así como del componente normativo que la regula”. Y agregó que la decisión “afecta la confianza regional”. Cuestionó también que Galán atribuya de la caída del recaudo a los vehículos matriculados en Cundinamarca, y argumentó que entre enero y octubre de 2025, los registros en la capital aumentaron en un 34%, pero su recaudo bajó de $1,2 billones a $1,1 billones. Mientras tanto, en el mismo periodo, Cundinamarca elevó sus ingresos de $369.000 millones a $406.000 millones.

Al gobernador se unieron los alcaldes de Soacha, Julián Sánchez, y Chía, Leonardo Donoso, dos municipios que colindan con Bogotá al sur y al norte, respectivamente. Donoso dijo que no se imaginaría lo que sucedería si “todos los alcaldes de Cundinamarca tomáramos la decisión de no permitir el tránsito de vehículos matriculados en Bogotá por el departamento” e instó a Galán a “unir y no dividir”. Sánchez, por su parte, invitó a Galán a “revisar esta decisión y sus implicaciones en los municipios vecinos”. “Es como pensar que en Soacha pusiéramos pico y placa exclusivo para vehículos con placa de Bogotá”, agregó. Por su parte, el alcalde de Facatativá, Luis Carlos Casas, advirtió que la medida “podría generar un desequilibrio económico para las Secretarías de Tránsito municipales”.